Más de dos millones de turistas llegaron a la Ciudad durante el año pasado y San Telmo fue uno de los tres barrios más visitados. Al ritmo de ese crecimiento se multiplicaron los hostels y los locales de indumentaria, anticuarios, objetos de orfebrería y artesanías. Sin embargo, la infraestructura se encuentra colapsada por la falta de los servicios básicos elementales para una zona de alto interés turístico: no hay cajeros automáticos ni baños públicos. Además, los cestos de basura se llenan en las primeras horas de los días domingos, cuando circulan entre 10 y 15 mil personas, y las calles se convierten en un basural. De noche es peor. Por eso, tanto vecinos como entidades del barrio reclaman inversiones y medidas urgentes para mejorar los servicios, como el ordenamiento del espacio público.
“ En ningún casco histórico del mundo sucede lo que en San Telmo, ya se convirtió en una pequeña Saladita: sólo en Parque Lezama hay mil vendedores, por eso decimos que no hay lugar para un comerciante más y el Gobierno mira para otro lado”, dijo Juan Carlos Maugeri, presidente de la Asociación de Anticuarios y Amigos de San Telmo. “ Arreglaron las avenidas Caseros, Garay y Paseo Colón y se olvidaron del adoquinado roto de las arterias por las que más gente circula, que son Defensa, Carlos Calvo y Humberto Primo”, agregó.
Después del paso diario de los cartoneros y los recolectores, las montañas de residuos desparramados se convierten en el festín de ratas y cucarachas. Una fuente de Espacio Público porteño explicó que se está estudiando la zona para establecer un plan para la recolección de residuos, pero por el momento no hay acciones concretas en marcha ya que el control de la basura fue heredado desde el Ministerio de Medio Ambiente hace menos de diez días por decisión del jefe de Gobierno, Jorge Telerman.
Por otro lado, el pasado miércoles los vecinos de San Telmo se reunieron en la Plaza Dorrego para reclamar una vez más el retiro definitivo del tránsito pesado por la arterias más concurridas del barrio, donde las veredas no tienen más de 1,10 metro de ancho. Aseguran que los colectivos rompen calles y aceras, destruyen las bocas de tormenta, generan contaminación y amenazan los cimientos y fachadas de edificios históricos, que sufren rajaduras y desprendimiento de mampostería. Un día después, dos delegados se reunieron con María Rosa Martínez, directora de Casco Histórico, para comunicarle los reclamos. “ Fue una reunión muy positiva porque aceptó nuestra posición y el próximo paso será una reunión conjunta con la Dirección de Tránsito”, dijo Ana Melnik, consejera del Presupuesto Participativo por San Telmo, quien además anunció una nueva movilización el 7 de marzo a las 19 en Plaza Dorrego.
Manuel Fernández, presidente de la Asociación República de San Telmo, sumó a la lista de reclamos la necesidad de instalar una unidad sanitaria móvil. “ Si alguna persona sufriera un accidente, sería imposible que una ambulancia ingresara a la zona crítica de San Telmo por la cantidad de personas y puestos de venta que existen”, explicó.