Las denuncias de extorsión bajo la amenaza de divulgar imágenes eróticas o pornográficas de la víctima registraron un aumento de casi 20 veces más ataques en un año. La Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen (AALCC) denunció 39 casos durante 2017 por el fenómeno denominado sextorsión, mientras que en todo 2016 sólo llegaron a la justicia dos casos.
Las redes sociales, principalmente Facebook (en enero inhabilitó más de 14 mil cuentas relacionadas con este tipo de abuso sexual), que se caracterizan por ofrecer mensajes directos con videollamadas, son los sitios preferidos de los delincuentes. El modus operandi de este ciberdelito comienza con una solicitud de amistad que se convierte en mensajes privados. Luego de entrar en confianza, el/la chantajista disuade a la víctima de desvestirse ante la cámara. Lo que no sabe es que esas imágenes o video se utilizarán para pedir dinero a cambio de no divulgarlos a sus contactos.
La sextorsión entre desconocidos afecta al 3% de los usuarios de internet, según un estudio de Microsoft. "Son perfiles que están bien hechos. En muchos casos roban fotos de perfiles reales", aseguró Diego Migliorisi, abogado especialista en delitos informáticos y vicepresidente de la AALCC, asociación en la cual durante este año asesoraron a 140 víctimas, contra sólo dos en 2016.
"No vimos casos en que la amenaza se haya materializado, incluso con gente que decidió no pagar. Estas mafias son como una empresa, no pierden tiempo ni siquiera en publicar, sólo quieren recaudar", comentó el experto. El reclamo para no hacer público el video generalmente es de 500 euros, según la AALCC. "Mucha gente accede a pagar, en algunos casos dejan de contactarse, y en otros le siguen pidiendo", aseguró Diego Migliorisi.
Uno de los casos que manejó la organización fue sobre una mujer de 32 años que trabajaba en una multinacional de comunicaciones. "Se conocieron por Tinder y empezaron una relación, ella se enganchó y le facilitó información de su vida. Luego el tono de la conversación subió, al punto de llegar a un intercambio de fotos. El problema es que ella mostró la cara. Ahí la amenazó diciendo que le iba a mandar las fotos a la empresa. Le pidió 5 mil dólares. Ella no se desesperó, antes de responder nos consultó. Por eso, tratamos de que no contestara y desapareciera, que el victimario no supiera si ella recibió el mensaje", contó el psicólogo de la AALCC, Lucas Vázquez Topssian.
"Al final no pasó nada, pero era una posibilidad traumática. Fueron meses muy intensos y tuvimos que contenerla, porque siempre estaba latente el peligro a pesar de que ya habíamos arreglado con la empresa para prevenir y cortar la circulación de un principio. Al no responder fue suficiente, como que ella no se enganchó. Si pagaba lo podría haber hecho igual o pedir otra suma mayor", concluyó el psicólogo.
El 50% de las víctimas se contactan con la AALCC luego de depositar el dinero. "Lo que pasa es que es tan inmediato que los agarran en estado de shock. Sin duda lo están haciendo bien porque hay mucha gente que ha caído. Es un negocio redondo para los delincuentes", confesó Diego Migliorisi.