Desesperación. Esa es la palabra que describe la situación que viene viviéndose los fines de semana en dos hospitales públicos porteños, la Maternidad Ramón Sardá y el Hospital Alvarez, debido a la decisión de los anestesistas de no prestar servicios los sábados y domingos.
“Esta es una situación que venimos arrastrando desde hace tres domingos y que lamentablemente se profundizará, ya que en enero no vamos a tener anestesistas ni los sábados ni los domingos”, denunció ante las cámaras del canal Crónica TV un médico de la Maternidad, quien aclaró: “Si el parto se complica o hay alguna complicación asociada, no podemos solucionar nada. Por eso, estamos tratando de plantear la derivación y no internación en todos los casos de pacientes con cirugías programadas o riesgo de parto”.
El médico continuó con su crudo alegato diciendo. “Hoy hemos derivado cada vez más pacientes con el SAME, pero se torna cada vez más complejo porque en el embarazo las complicaciones no se pueden prever y por eso no podemos garantizar la salud de nuestros pacientes”.
Al lado del facultativo, una compañera suya aportó un ejemplo concreto de la desesperación con que deben lidiar en la Maternidad los fines de semana: “Hoy tuvimos un caso y no podíamos operar ni derivar a la paciente. Fue una situación muy estresante. Recién después de dos horas pudimos derivarla”.
Ambos profesionales coincidieron en calificar la problemática como “de urgencia extrema” y la compararon con la que se vive en otros centros médicos públicos de Capital Federal como el Hospital Alvarez, que según dijeron “lleva dos años sin anestesista los domingos, y tuvo ya cinco casos de muertes fetales por eso”.