En 2019, solo un 10,6% de intendencias están ocupadas por mujeres, lo que significa que en los últimos doce años ese porcentaje creció por debajo del 2%. El dato surge de un estudio basado en las elecciones de este año desde el mes de marzo en todas las provincias.
El informe presentado ayer fue elaborado por la Asociación Civil Mujer y Gobierno, que comenzó a investigar desde 2007 la participación de mujeres en cargos electivos ejecutivos de gobiernos locales.
“Son avances relativos porque el ejecutivo no tiene Ley de cupo ni Ley de paridad, se llega por los electores, por eso deseamos también que las mujeres voten mujeres”, dice Susana Campari, presidenta de la asociación. La provincia que más creció en este porcentaje es Río Negro, llegando a un 20% en doce años.
Este informe se dio a conocer en el encuentro “Mujeres Intendentas: superando obstáculos” que se realizó en la Fundación Foro del Sur. Una de las mandatarias que participó de la jornada es Celia Smiak, de Almafuerte, Misiones. Ella tuvo que competir en las elecciones con su ex pareja. “Mi caso es especial porque tuve que competir con el padre de mis hijos, fue como un choque pero salió con actitud. Tuve que pasar por algunas situaciones de sometimiento, pero le gané bien”, dice la funcionaria.
Erica Revillas conduce el municipio de General Arenales en la provincia de Buenos Aires y forma parte de un foro de intendentes integrado por 60 personas siendo ella la única mujer. “Siempre milité en política y me trataron bien, en este foro me siento una más, pero soy la única mujer y eso no está bueno”, afirma la intendenta y agrega: “Siempre me planté bien y cuando una se planta la respetan”.
“En Paraguay es muy difícil: de 33 comunas en mi departamento, solo 5 son lideradas por mujeres”, comenta Gladys Maricel Rivarola, intendenta de San Rafael del Paraná, en el país vecino. “Me fue muy complicado porque hay machismo y no nos quieren dar oportunidades, los candidatos son elegidos por los viejos militantes”, agrega.
“Si logran prevalecer esas candidaturas al crearse las listas, empieza el vil escrutinio de sus vidas personales, eso cuando no son sometidas a violencias verbales y físicas”, explica por su parte Marlise Ilhesca, directora de la Fundación Foro del Sur.
La filósofa Diana Maffía, moderadora del panel de intendentas, asegura a PERFIL que “los datos son desalentadores: hay un marcado retroceso en la lucha porque las mujeres ocupen más cargos ejecutivos; pero también es alentadora la intensidad de trabajo, la legitimación social que tienen, el modo en que crece su confianza para administrar la cosa social”.
Por otra parte, destaca el concepto de “la cañería que gotea, que describe ese camino que emprendemos las mujeres, donde muchas van quedándose porque los partidos políticos son bastantes misóginos. Hay muchas mujeres de la militancia, pocas llegan a ser candidatas y poquísimas llegan a ser elegidas”, concluye.