El escritor canadiense Steven Pinker concedió una entrevista a Jorge Fontevecchia, CEO de PERFIL Network, en la que se tocaron múltiples temas como política, psicoanálisis y escritura, entre otros. Al ser consultado sobre la aparición del lenguaje inclusivo, Pinker dio su parecer: "Decir él o ella en lugar de decir solo él es razonablemente natural. Pero el intento de reemplazar el pronombre él o ella por un tercer pronombre es más difícil, a las demás personas les va a parecer introducción burocrática en su vida cotidiana. Seguramente va a ser resentido", afirmó el intelectual.
No obstante, Pinker se mostró permeable a los cambios progresivos que se dan en el habla, pero diferenció entre una parte parte que está "abierta", y es la de verbos y sustantivos, que "cambian constantemente, se inventan nuevas jergas, nuevas maneras de expresarnos", y una parte "cerrada", que es la de la sintaxis, los pronombres y los artículos.
"Sí cambia con el paso de la historia, pero no con el transcurso de una vida", añadió Pinker respecto de la parte cerrada.
En lo referente a las discusiones de género, el escritor consideró: "El lenguaje se debería acomodar a la idea de igualdad de género, pero, como todo, en el lenguaje hay concesiones y si se siente como algo muy intrusivo, puede generar rechazo".
Asimismo, agregó: "El se debería acomodar a la idea de igualdad de género, pero que, como todo,o en el lenguaje hay concesiones y si se siente como algo muy intrusivo, puede generar rechazo. Podemos no tener un lenguaje perfecto en igualdad de género, pero al menos podemos decir que estamos tratando de promover igualdad".
Steven Pinker: "Los progresistas odian el progreso"
Respecto del movimiento Me Too, que surgió como forma de denunciar el acoso sexual, Steven Pinker tuvo palabras elogiosas: "La idea de terminar con la explotación sexual y el acoso de las mujeres es admirable y necesaria. Nadie puede negar que hubo explotación y que los hombres poderosos ven a las mujeres como fuente potencial de acoso sexual".
Sin embargo, señaló: "La razón por la cual tenemos un sistema de Justicia en lugar de una caza de brujas, es que la historia nos dice que no todos los acusadores son creíbles".