SOCIEDAD
la obra costo $ 2.924 millones

Tras 12 años, abren a fines de mayo las tres estaciones que llevarán la línea E hasta Retiro

Es la más relegada del sistema de subte porteño y por la que más se quejan los usuarios. Tiene vagones de más de 50 años y altas demoras en el servicio. Con la extensión, se sumarán 63 mil pasajeros por día a la red.

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Casi listas. En contraste con las actuales, las nuevas paradas de la línea E tienen un diseño más moderno, con escaleras mecánicas y terminales de recarga digital. | SBASE

Tras 12 años de su anuncio original, hecho en 2007 por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, a fines de mayo de este año se inaugurarán las estaciones Correo Central, Catalinas y Retiro de la linea E. Una de las obras más esperadas por el Gobierno de la Ciudad para presentar en sociedad, junto a la inauguración del Paseo del Bajo. Se trata de la prolongación del ramal que correrá bajo la avenida Leandro N. Alem, y que permitirá a los usuarios de esa línea combinar con la B en Correo Central y con la C en Retiro. De esta manera, el ramal que une Plaza de los Virreyes, en el Bajo Flores, con la estación cabecera Bolívar, en Plaza de Mayo, sumará dos kilómetros a su recorrido.

Según prevé el Ejecutivo porteño, las futuras estaciones abrirán sus puertas a fines de mayo de esta año. De acuerdo con la estatal Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), con la ampliación de la línea se beneficiarán los 90 mil pasajeros que la utilizan actualmente, y se estima que se sumarán a la red unos 63 mil usuarios diarios.

La apertura de las estaciones se da en el marco del proceso de licitación encarado por la Ciudad que apunta a buscar un nuevo operador del servicio, que se encuentra en manos de Metrovías desde hace 24 años.  

La E es una de las seis líneas que conforman la red de subtes porteños. Es la más relegada del sistema y por la que más se quejan los usuarios.

Entre los problemas más comunes que deben padecer los pasajeros se destacan las demoras en las frecuencias entre las formaciones, el estado de los vagones, muchos de ellos de más de 50 años, y el deterioro paulatino de las estaciones, en las que la falta de escaleras mecánicas funcionando en algunas de ellas o los problemas de humedad en paredes y techos de otras, son parte de la escenografía de las mismas.

En la actualidad la línea cuenta con seis formaciones GEE y 14 trenes Fiat provenientes de las líneas A y D, las cuales tuvieron que ser adaptadas al sistema de señales ATP (Automatic Train Protection). Durante este año, y según informaron desde Sbase, el plan consistirá en seguir incorporando coches renovados a fin de brindar un mejor servicio y confort a los pasajeros que la utilizan a diario.

Una larga espera. Como se recordará, las obras de extensión de la Línea E fueron anunciadas en 2007, cuando Cristina Fernández estaba al frente del gobierno nacional, con un plazo de ejecución de los trabajos de 36 meses. Sin embargo, solo se licitaron la construcción del túnel y de las estaciones. Es decir, la ingeniería civil. Pero nunca se encararon las obras de instalación eléctrica, colocación de las vías y ni se equiparon las estaciones. Luego del traspaso del subte a la Ciudad por parte de la Nación, en enero de 2012, las obras quedaron paralizadas sin solución de continuidad. Recién en diciembre de 2016, el Ejecutivo se hizo cargo de los trabajos luego de que la Nación se la transfiera.

En aquel entonces, se preveía que a fines de 2017 iba a estar en funcionamiento la extensión. Luego, el plazo se estiró a mediados de 2018, para terminar abriendo sus puertas a fines de mayo de este año. Es decir, la extensión de la Línea E demoró una docena de años para su puesta en marcha.  

En relación con los trabajos que se están realizando para que las estaciones puedan estar operativas se destacan las obras de potencia y tracción; la instalación de los sistemas de señales y comunicaciones; la colocación de ascensores; locales comerciales, sistema contra incendios; instalación de diez máquinas de carga SUBE y equipamientos varios. Asimismo, ya se llevó a cabo la colocación de 4.700 metros de vía sobre balasto en el tramo Bolívar-Retiro, el montaje de las escaleras mecánicas y el tendido de catenaria.

Desde el operador del sistema de subtes, en tanto, aseguran que se están encarando los trabajos del preoperativo de puesta a punto de estas instalaciones. En tal sentido, se están diagramando los días de trabajo y el personal para la instalación de los dispositivos de información al usuario en boleterías, vestíbulos, andenes y medios de elevación; el trabajo de la cuadrilla especial de limpieza, prácticas operativas del personal de conducción en el nuevo tramo y la instalación del equipamiento de POS de recarga en boleterías. Adicionalmente, se están llevando adelante los

procesos de selección de personal de limpieza y capacitando al personal que será promocionado a puestos de guardas y conductores.

“En la línea E, invertimos $ 2.924 millones que permiten el funcionamiento de estas tres nuevas estaciones, un nuevo taller, el recambio de vías y la renovación de equipos de señales y potencia que nos van a permitir mejorar la frecuencia e incorporar trenes renovados”, afirmó Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte porteño.

Aumentos: el viaje costará $ 19 en abril y $ 21 en mayo

El miércoles pasado se llevó a cabo en el Centro Cultural Adán Buenosayres, en Parque Chacabuco, la audiencia pública que permitirá que el pasaje del Subte aumente a $ 19 desde abril y $ 21 desde mayo, desde los $ 16,50 actuales. Si bien la audiencia no es vinculante, es un paso necesario que se debe dar para que el aumento del boleto pueda aplicarse.

Durante el transcurso de la misma, Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) defendió el aumento de la tarifa basándose en el incremento de los costos operativos del servicio y la necesidad de reducir subsidios por parte del Estado. Mientras que la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y buena parte del arco opositor, se mostraron en contra del incremento del pasaje de subtes. La Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (Agtsyp), representada por su secretario general, Roberto Pianelli, también se mostró en contra del aumento de la tarifa.

Desde el Observatorio del Derecho a la Ciudad señalaron que “el acceso al subte es un derecho humano, una inversión social y no un gasto”.