Una mujer y su hija de tres años fallecieron en la tarde de ayer a raíz del derrumbe de una tira de balcones de un edificio en la parte céntrica de Punta Mogotes. Se trata de un inmueble de ocho departamentos distribuidos en dos plantas bajo las cuales funcionan una heladería y varios locales comerciales más.
Tiene una antigüedad de unos 50 años, similar a la de la mayoría de los edificios erigidos en la zona.
Datos preliminares del sector inmobiliario indicaron que el inmueble no presentaba indicios de mal estado ni rajaduras estructurales que hicieran prever la tragedia. El edificio fue evacuado preventivamente y se cortaron los suministros de luz y gas.
Según fuentes policiales, el hecho se produjo alrededor de las 14 en la esquina de las calles Puan y Acevedo, cuando Agustina Ferró, de 35 años, y su hija India Luzardi, de 3, caminaban circunstancialmente bajo los balcones del edificio de dos plantas que se encuentra en esa ochava.
Decisión fatal. Familiares de Ferró y Luzardi relataron ayer cómo, además, la hija mayor de Ferró se salvó de la tragedia: mientras tomaban un café en La Vereda de Vicente, uno de los bares más tradicionales de la calle Puan, la mujer y sus hijas decidieron cruzar a mirar una vidriera, pero la niña de 8 años decidió quedarse con su padre y volvió sobre sus pasos.
En simultáneo, Ferró e India terminaban de cruzar y se acercaron a la vidriera, cuando se desplomaron los balcones.
Las víctimas eran residentes de Mar del Plata. Tanto Ferró como su hija quedaron sepultadas bajo los escombros. A los pocos minutos, personal de la Comisaría 5ª, de la estación de Bomberos Puerto y ambulancias de SAME llegaron hasta allí para intervenir en el rescate de los cuerpos.
El fiscal Pablo Cistoldi, titular de la Fiscalía 11 de Delitos Culposos de Mar del Plata, dijo a este diario que “se tomó declaración a los residentes del edificio en la Comisaría 5ª y se pidió al municipio las cámaras de seguridad de la zona. Son medidas que se toman habitualmente en este tipo de casos. También se le dio intervención a la Policía Científica, que se encargará de recabar toda la información necesaria para hacer las pericias correspondientes y tratar de esclarecer el hecho. Es una tragedia que le puede pasar a cualquiera y en cualquier ciudad, un hecho lamentable”, agregó el funcionario judicial.
Desde Defensa Civil de Mar del Plata, en tanto, informaron a PERFIL que “se desprendió un voladizo de la terraza que arrastró la tira de balcones. La estructura del edificio en general no sufrió daños. Estamos apuntalando los otros balcones con la posibilidad de demolerlos. La zona está perimetrada para evitar que haya daños colaterales”, señaló Rodrigo Gonçalvez, director de ese organismo.
No fue el primer accidente de estas características que ocurre en esta ciudad balnearia. En febrero de este año, en la zona de la avenida Lugo al 10.000, tres balcones de un edificio se derrumbaron sobre una parada de colectivo y lesionaron levemente a tres personas, pero sin víctimas fatales. En 1992, en Pinamar, cuatro rugbiers habían muerto de la misma forma (ver aparte).
Investigación. Cistoldi aseguró que si bien aún no hay imputados por la tragedia, “al único que ordené se le realizara lo que se denomina ‘lectura de derechos’ es al administrador del edificio. Es una especie de imputación pero para garantizarle los derechos que pueda tener de controlar las pericias o de presentarse espontáneamente. De todas maneras, tenga o no responsabilidades, no lo puedo interrogar sin la presencia de un defensor, ni que declare en su contra. Así y todo, es muy pronto para determinar las responsabilidades de lo sucedido”, señaló por último.
Antecedente en Pinamar
Hace 26 años, otra tragedia también eclipsaba la temporada de verano, pero en Pinamar. Juan Seoane, Matías Albani, Cristian Tisi y Juan Janón integraban un grupo de amigos adolescentes que charlaban en el balcón del octavo piso del edificio ubicado en Las Toninas 65, en el centro de esa localidad. Pero la estructura se desmoronó y los cuatro se estrellaron contra el suelo. Solo uno de los compañeros del club de rugby San Cirano logró salvarse, que minutos antes de la tragedia había ingresado al departamento.
Por el hecho condenaron, en 1996, a los constructores del edificio Atica I, Juan y Andrés Majersky, a tres años y dos meses de prisión. Pero como eran mayores de 70 años no pasaron ni un solo día en la cárcel. La Asociación de Ingenieros Agrimensores y Arquitectos de Pinamar afirmó en un documento que había irregularidades en la construcción del balcón, que se hizo con posterioridad al edificio. La Justicia Civil de Dolores ordenó que las familias cobraran $ 1 millón cada una, que diez años más tarde aún no habían cobrado.