SOCIEDAD
piden a la justicia que cierre la estacion aerea

Vecinos de El Palomar se quejan por los efectos del ‘síndrome Flybondi’

Los vuelos rasantes y ruidos ensordecedores, entre las principales críticas al nuevo aeropuerto. La baja en el valor de las propiedades.

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Riesgos. Los propietarios de casas que están en la ruta aérea cuestionan el bajo vuelo de los aviones e hicieron reclamos legales. | Cuarterolo

Ruidos molestos y ensordecedores, vuelos casi rasantes al despegar y al aterrizar sobre zonas urbanizadas, proximidad a diferentes escuelas y estrés –al que ya denominan “El síndrome Flybondi”– son algunos de los factores que, según aducen, padecen a diario los vecinos del aeropuerto El Palomar, en la zona oeste del conurbano bonaerense en el que confluyen los partidos de Morón –donde está la entrada a la base aérea– y Tres de Febrero. Tanto es así que es justamente ese estrés el que utilizan como principal argumento para seguir pidiéndole a la Justicia que cierre la estación aérea.

“Una noche nos despertó el ruido de un avión que parecía que iba a caerse. Pasó volando varias veces por sobre nuestra casa. Así no se puede vivir más”, afirmó Roxana Montes, una vecina de El Palomar cuyo domicilio queda en línea directa con la pista de aterrizaje del aeropuerto. “Cualquier ruido raro que oímos fuera de lo habitual pensamos que se nos viene un avión encima”, graficó.

En sintonía, Beatriz Lidia Díaz suma su testimonio y asegura que al estar también bajo la ruta de los aviones, “mi casa no solo tiembla sino que ya se generaron grietas. Hace 56 años que vivo acá y esto nunca pasó”, indicó Betty en la puerta de su casa en el Barrio de los Alemanes, en Hurlingham, a unas pocas cuadras de la estación aérea. Un punto álgido del reclamo vecinal tiene que ver con la escuela Emaús,que se encuentra a unos 500 metros de la pista.

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El fantasma de Lapa. “Hay que recordar que el avión de Lapa siniestrado en 1999 recorrió 700 metros tras despistarse. El aeropuerto trucho de El Palomar va a funcionar hasta que haya un accidente”, afirmó Lucas Marisi, abogado, uno de los referentes e impulsores del cierre de la estación aérea desde el grupo vecinal Stop Flybondi.  

Otro factor de peso para los vecinos es la desvalorización de las propiedades en los últimos meses a raíz de la apertura del aeropuerto. Según datos del sector inmobiliario zonal, las viviendas sufrieron una depreciación de su valor entre un 20% y 40%. “Nadie quiere vivir cerca de un aeropuerto. Esto era una zona residencial y con el aeropuerto dejó de serlo”, sentenció Marisi.    

Esta semana, y atento al reclamo vecinal, el fiscal federal Jorge Di Lello solicitó al juez Sergio Torres que suspenda todos los vuelos desde esa terminal aérea, en este caso puntual de la línea aérea Flybondi, hasta tanto se evalúen las condiciones de seguridad de los vecinos.  

A la espera de la decisión judicial, desde el Ministerio de Transporte de la Nación y de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) respondieron que el aeropuerto de El Palomar cumple con todas las medidas de seguridad inherentes a la operación aerocomercial y que las denominadas líneas low-cost tienen las mismas exigencias que cualquier otra aerolínea y se someten a los mismos procedimientos de fiscalización y control.

Una recorrida de PERFIL por la zona afectada según el colectivo vecinal Stop Flybondi permitió constatar que parte del recorrido aéreo de los aviones al despegar como al aterrizar lo hacen sobre zonas urbanizadas. De todas maneras, y ante la consulta de este diario, desde la ANAC informaron que “se tomaron todas las medidas de seguridad que tienen todos los aeropuertos del mundo. El Palomar es monitoreado frecuentemente con el fin de velar por la seguridad aérea de las operaciones y que todos los procedimientos están adecuados a las normas vigentes de Seguridad Operacional”.  En relación con la altura de los vuelos, desde la intendencia de Morón informaron, por su parte, que “los aviones vuelan a la misma altura que los de la Base Aérea realizan desde hace sesenta años. Además, se hicieron los estudios correspondientes y no existen problemas ambientales”.  

Uso casi exclusivo. Desde su inauguración –no exenta de polémica– en febrero de este año, el aeropuerto de El Palomar es utilizado por una sola línea aérea, Flybondi, y desde allí despegaron 1.006 vuelos, en tanto que aterrizaron unos 997. Las líneas aéreas low-cost que comenzarán a volar en el país en octubre próximo también podrían utilizarlo .

Durante el mes de julio, en tanto, transitaron unos 80 mil pasajeros, lo que lo ubica en el noveno lugar en términos del número de pasajeros de cabotaje en el mes, según datos del Ministerio de Transporte. En ese mismo mes, además, se inauguraron desde allí rutas hacia Puerto Iguazú y Santiago del Estero, con un movimiento de 8.900 y 3.400 pasajeros, respectivamente.

 

Récord de venta de pasajes a precios low-cost

Esta semana, el récord de venta online no fue de electrodomésticos sino de pasajes: después de que el Ministerio de Transporte lanzó una promoción de pasajes aéreos sin piso tarifario, en un solo día se vendieron 180 mil tickets a precios bajos, lo que equivale a 1.895 vuelos llenos, según informaron. El objetivo fue que las líneas tradicionales pudieran competir con las low-cost de igual a igual, en vuelos de cabotaje. Aerolíneas Argentinas vendió unos 5.400 tickets en 10 horas, entre $ 499  y $ 899  para vuelos desde y hacia Aeroparque. En el caso de Latam se vendieron unos 11 mil pasajes con destinos a Iguazú, Bariloche y Córdoba.

Flybondi, en tanto, vendió 31.076 tickets ese día, 10 mil a un precio especial de $ 199 por tramo, con Bariloche, Iguazú, Mendoza Salta y Córdoba entre los más elegidos.  Pero a pesar del éxito en esta promoción, la línea aérea vivió una de las peores semanas en materia de vuelos: más  de setenta tuvieron que reprogramarse en los últimos siete días tanto por cuestiones climáticas, o cambios de horarios, con reclamos de pasajeros en distintos aeropuertos del país.

Para fin de año, se espera el inicio de las operaciones aerocomerciales de tres low-cost entre las que se destaca Jetsmart, que volará a Chile desde El Palomar. En  el caso de Norwegian, comenzará a volar en el último trimestre del año, pero aún no confirmó desde qué aeropuerto operará sus vuelos de cabotaje. La tercera línea será Lasa, que operará en el sur del país.