Al entrar, el aroma a malta y lúpulo recuerda el de una cervecería artesanal. Pero al avanzar, los hidromasajes, el sauna y las salas de degustación y de masajes no dejan lugar a dudas: aunque la materia prima es la cerveza, no se trata de un bar sino de un spa.
Instalado en Palermo desde hace seis meses, Tedelupulo Beer es el primero en su tipo en el país, una tendencia que en Europa ya lleva varias décadas. República Checa, Alemania, Austria e Islandia tienen desarrollados circuitos de spas donde las propiedades de la malta, el lúpulo y la levadura son utilizadas en beneficio del cuerpo (ver aparte).
“La bebida y sus componentes están puestos a favor del placer, la relajación y el descanso del cuerpo”, dice Javier Caba, uno de sus fundadores. El tiene tradición cervecera en su negocio familiar, y en la historia de su socio, Pablo Ruarte, están los spas: así surgió la iniciativa de fusionar la experiencia.
En medio del boom de las cervecerías artesanales, cada vez reciben más curiosos. La mayoría son parejas de todas las edades, o grupos de amigas que van para festejar despedidas de solteras o cumpleaños. A medida que se va desarrollando la visita, donde se pueden disfrutar el sauna, el hidromasaje o la ducha escocesa, se hacen las degustaciones de las distintas variedades de cerveza. “Lo vi como una buena opción para festejar San Valentín. Me sorprendió el lugar bien ambientado, es un clima de relax ideal para ir acompañado”, cuenta Sonia Romero Meier, de 29 años, quien con la invitación el 14 de febrero sorprendió a su novio, fanático de la cerveza artesanal.
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Beneficios. Aunque la mayoría se acerca para combinar el relax con la degustación, el objetivo del spa también es que se conozca más acerca de sus componentes y propiedades.
Por eso, en el transcurso del circuito guiado los visitantes entran en contacto con la materia prima en sus diversas formas: probando malta comestible y limonada lupulada, o usando almohaditas de malta para exfoliarse la piel, que se utilizan en el hidromasaje.
“En los masajes usamos el aceite de lúpulo por su capacidad de desinflamación y descongestión, o también para aromatizar el sauna, ya que tiene un amargor que produce la apertura de los poros”, explica Caba.
Los componentes de la cerveza tienen propiedades positivas para la piel, el pelo y las uñas, por un “alto contenido de vitamina B y silicio”, explica la médica dermatóloga Johanna Gleiser.
La malta y el lúpulo presentan propiedades hidratantes y protectoras para el cabello, mientras que este último también se recomienda para las migrañas, la inflamación y la sensación de ardor. En tanto, la levadura es naturalmente antioxidante. “Esto favorece a mejorar la vitalidad del pelo y de la piel”, destaca Gleiser.
Sin embargo, advierte que hay que tener presente que los componentes de la cerveza pueden aumentar el apetito y, por otro lado, que no son indicados para personas celíacas porque son derivados del gluten. Por esa razón, es recomendable que previamente consulten con un dermatólogo.
Al estilo europeo
Con diferentes estilos entre sí, pero con el denominador común de tener a la cerveza y su materia prima como protagonista de una experiencia revitalizadora y de relax, en el mundo Islandia, Alemania, Rusia, República Checa, Hungría y Estados Unidos son referentes. En Austria, por ejemplo, hay un castillo de 700 años de antiguedad con siete piscinas de cerveza tibia. En una versión más rústica, pero no por eso menos tentadora, en Islandia está el Bjorbodin Spa, ubicado en Árskógssandur. Los visitantes pueden sumergirse en dos bañeras al aire libre, mientras aprecian el paradisíaco paisaje de bosque que rodea el lugar. Según un informe de Booking.com, el 40% de los argentinos que viajará planea hospedarse en un alojamiento alternativo en 2019. “Los viajeros quieren experiencias fuera de lo común como una forma de expresar su personalidad”, dicen.
