Se estima que un 30% de los empleados en el mundo finalizarán el año trabajando desde sus casas. Beneficios y riesgos de una modalidad impulsada por la pandemia.
Brecha digital. No hay las mismas oportunidades para el trabajo remoto de las mujeres. |
AFP
La pandemia del coronavirus impuso al teletrabajo como una herramienta casi indispensable durante el 2020. El riesgo de contagios y lo poco preparados que están los espacios de trabajo para respetar los protocolos, provocaron que gran parte de las personas realizaran sus actividades laborales en sus hogares. Y en el 2021 esa situación no cambiará mucho ya que el covid continuará siendo una problemática grave durante varios meses. Por ese motivo, se piensa un año en el cual el teletrabajo continuará siendo necesario y las cifras respaldan esta situación.
“En el mundo, 3.300 millones de empleados fueron afectados por la pandemia. Y para fines de 2021 entre el 25% y el 30% trabajará varios días por semana desde su casa”, sostienen desde BTR Consulting, empresa argentina dedicada a la ciberseguridad. En ese contexto, explican que solo el 15% de los trabajadores habían tenido alguna experiencia previa con esta modalidad y que el 35% son completamente nuevos “teletrabajadores”.
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Esta realidad se está analizando en todo el mundo. Un ejemplo es Estados Unidos donde se estima que se ahorrarán 10 mil dólares anuales por cada trabajador en conceptos de instalaciones e inmuebles. También se espera una reducción de pérdidas de hasta 78 mil millones de dólares por la disminución de problemas relacionados al alto tráfico que significa tener a millones de personas yendo a sus puestos laborales.
El lado negativo, es que se incrementó considerablemente el riesgo de caer en un robo o estafa digital. “Con miles de millones de usuarios y el uso diario, continuo y permanente, se disparó el riesgo y la exposición”, explica Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting. Y agrega al respecto: “Las plataformas de redes sociales, el teletrabajo, home office, las decenas de apps que descargamos en nuestros smartphones, que se volvieron aparentemente necesarias para sobrevivir en cuarentena, se convirtieron en una mina de oro para los cibercriminales y estafadores”.
Por este motivo, resultará también necesario mejorar las habilidades de los trabajadores en relación a las estafas digitales. En su gran mayoría se realizan a través de la llamada “ingeniería social” la cual busca engañar a través de mails o mensajes falsos. Será importante que los empleados sean capacitados y concientizados en relación a estas temáticas para que no caigan en las trampas digitales. De hacerlo, podrían generar graves perjuicios tanto para ellos como para las empresas en las cuales desarrollan su actividad.
