El CEO de la compañía de transporte a nivel local habló sobre el precedente de lo ocurrido en Mendoza y del crecimiento del porcentaje de las mujeres que manejan los vehículos.
Mariano Otero, CEO de Uber Argentina, participó del encuentro Ciudades del Futuro en donde se planteó como eje del debate la digitalización del ecosistema urbano y los desafíos del nuevo paradigma. Luego de exponer, habló con Perfil.
—Teniendo en cuenta lo que ocurrió en Mendoza con UBER -donde la Corte provincial falló en contra de una acción de amparo por la ley de Movilidad y permitió poder operar allí-¿Qué expectativas tienen ahora para el resto del país?
—Hoy somos muy optimistas porque lo que Mendoza hizo fue establecer un antecedente muy positivo que muchas ciudades pueden empezar a copiar. De hecho, el movimiento regulatorio en el interior del país lo estamos viendo con muchísima fuerza, con propuestas ya en la mesa en Misiones; Neuquén; Jujuy; Rosario. Un caso muy interesante que se dio días atrás en Córdoba donde se estaba intentando pasar una ley para prohibir directamente la plataforma y, con un poco de revuelo que hubo en las redes sociales de parte de los propios usuarios, las 50.000 personas que en Córdoba ya se bajaron la aplicación a pesar de que el servicio no está activo, hicieron que muchos legisladores comenzaran a cuestionarse esta idea de si había que prohibirlo y dieron vuelta la misma ley; terminaron no aprobándola. Ahora empieza un debate regulatorio positivo donde lo que se va a intentar hacer es regular el servicio. Obviamente a la ciudad más grande del país, Buenos Aires, todavía se le debe este debate, el cual ya con dos años y medio de operación tuvo muchas propuestas. En la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires hay una del diputado Marcelo Gouman -miembro del partido Evolución de Martín Lousteau- que está en la Comisión de Transporte y que todavía no ha sido debatida, pero esperamos que en las próximas semanas la Comisión encuentre ese buen sentido de tratar de empezar ese debate por lo menos y de tratar de determinar cómo tiene que ser el marco regulatorio que queda a criterio de la Ciudad. Que hoy no se debata directamente, que no se abra el juego a tratar de entender porque cientos de miles de porteños están usando UBER, ya es un poco absurdo. Esperemos tener buenas noticias en las próximas semanas o meses.
—¿Por qué crees que es tan difícil la presencia de UBER en Argentina y no en otros países?
—Creo que hubo varias cuestiones respecto al lanzamiento en Buenos Aires que fueron errores relacionados al momento en el que lanzamos; la forma en la que lo hicimos; el tipo de diálogo que habíamos construido y las relaciones que teníamos en ese momento, que nos hicieron el camino de ahí un poco más difícil. Pero de hecho hay una cuestión práctica muy importante que es que la atribución de la regulación de transporte en Argentina se da a nivel municipal, por lo que si uno quisiera expandirse por todo el país tiene 3.000 municipios en los que tiene que ir a hablar, que es algo diferente a lo que ocurre en Chile y Colombia donde las regulaciones se dan a nivel nacional; y esto termina siendo menos problemático. Esa cuestión práctica es interesante en Argentina pero también nos da, como pasó en Mendoza, la idea de que hay muchísimos municipios que realmente están mirando al futuro y tratando de planificar un mejor servicio de transporte para la gente y que pueden tomar el debate proactivamente. Creo que es esa combinación la que hizo que Argentina fuera un mercado difícil pero lo que también estamos viendo es que es el que más crece a nivel global, es decir que es el mercado N°1 para UBER a nivel mundial en términos de crecimiento y es una gran apuesta de la empresa para poder expandirnos en servicio por el país.
—¿Qué ocurre con las mujeres que deciden sumarse a UBER? ¿Qué porcentaje les representa en la actualidad?¿Cómo manejan la flexibilidad horaria ellas?
—Es súper interesante el tema de las mujeres porque obviamente en un país como Argentina las mujeres en muchos aspectos habían quedado relegadas en el mercado laboral, principalmente por un tema de la flexibilidad que muchas de ellas todavía necesitan. En el tema del transporte además, se suma el tema no menor de la seguridad: muchísimas mujeres no se sentían seguras cuando estaban manejando algún esquema de transporte, un taxi o un colectivo. De hecho hace pocos días, el Gobierno de la Ciudad presentó estadísticas muy interesantes en las cuales hablaba que hoy de todas las mujeres de todos los taxistas, las mujeres representan el 1,8%; en colectivos representan el 0%; y la única categoría que anda bien es el subte que cuenta con el 30% aproximadamente. Uber tiene dos ventajas para ellas entonces: flexibilidad y seguridad. La primera es que si una mujer tiene que hacer tareas domésticas en la casa o cuidar a los hijos o un familiar, puede manejar en Uber cómo y cuándo quiera. Y la segunda les da seguridad, porque sabe que cada persona que se sube a la plataforma porque pide un viaje, pasa por un proceso de verificación y tiene una tarjeta de crédito ligada a su cuenta, un proceso de chequeo y de su identidad social. Hoy el número de mujeres en Uber está cerca de 10% y queremos seguir trabajándolo. A nivel global es uno de los números más altos en Latinoamérica. Queremos que haya más mujeres manejando en la plataforma; la mayoría de nuestros usuarios son mujeres por lo cual que haya una de ellas al volante es algo que le da más seguridad al usuario.
—En el debate se habló de Ciudades del futuro, ¿cómo ve Uber a los usuarios en los próximos cinco años?
—Creo que hay varias cuestiones que Uber fue pionero en implementar, como el tema de la reputación digital, algo que cada vez será más importante. Cada vez que consumamos algo en el futuro será más importante la reputación digital que ese servicio o ese producto tiene, ya sea en calificaciones en Amazon o Mercado Libre por ejemplo y eso va a ir trasladándose hacia múltiples industrias que ni nos imaginamos. Se hablaba hace poco con la ley de Protección de Datos en Europa esta idea de que uno puede empezar a llevar su reputación digital entre compañías, o sea hoy tu calificación de Uber la vas a llevar cuando vayas a alquilar o a sacar un préstamo y se va a transformar en un punto importante a la hora de evaluar tu capacidad crediticia todo eso va a continuar pasando. Vamos a tener consumidores muy sofisticados y que principalmente van a saber la calidad de los servicios y productos que están adquiriendo y cuál es la reputación que esas empresas tienen no solamente en esa transacción sino en las millones de transacciones que hayan tenido en el pasado que van a formar nuestros hábitos de consumo.
