La pandemia del coronavirus generó un cambio radical en la forma de trabajar.
A poco de llegar a los 150 días de cuarentena, el home office y el teletrabajo se establecieron como sustitutos de la presencialidad y se quedarán hasta que finalicen los contagios por Covid. Incluso posterior a eso podrían seguir implementándose ya que muchos lo prefieren. Sin embargo, también generan inconvenientes referidos al esfuerzo extra realizado por fuera de hora laborales. Las personas se encuentran en sus casas, con sus computadoras y eso las lleva a continuar con su tareas aún en momentos que no deberían hacerlo.
Una de las medidas que se tomaron para regular estos hechos fue la Ley de Teletrabajo que se sancionó recientemente. De todas formas, existen acciones individuales que pueden ayudar a evitar el estrés y el desgaste físico y mental que genera trabajar tantas horas desde casa.
“Nos empezamos a preguntar ¿se puede ser improductivo? Todos necesitamos algo de motivación porque cambiar significa que debemos aceptar y admitir que no tenemos el control y que no sabemos. Por lo que frenar en lugar de acelerar, hacer una pausa, con apertura y voluntad de cambio es muy difícil. Por eso una alternativa para practicar es la de ‘No hacer’ o ‘Hacer menos’”, explican desde BTR Consulting, empresa dedicada a la ciberseguridad que recientemente emitió un informe sobre el teletrabajo durante la cuarentena.
“Cuando relajás la demanda de tu tiempo, tus pensamientos y tus relaciones estás disminuyendo la velocidad y dando espacio para que surjan los sentimientos”, indican desde la compañía y dan cierto consejos a tener en cuenta:
TU TIEMPO: Permitite hacer nada, literalmente perder el tiempo.
TUS PENSAMIENTOS: Deja que tu mente divague. Cuando vayas a caminar no escuches música o podcasts. Dejá volar tu mente.
TUS RELACIONES: Si necesitás descanso de vincularte con otros, hacelo.
Por otro lado, también motivan a las empresas a respetar el tiempo libre de sus empleados. “Observamos que muchas organizaciones ante el temor a las pérdidas de productividad, junto con la disminución de ingresos, se han visto seducidas por aumentar los esfuerzos de supervisión de sus colaboradores y empleados”, señalan. Y agregan al respecto:“Monitorear el trabajo podría ser una amenaza que erosione la confianza entre empleadores y empleados, si no se respeta al máximo la privacidad”.
Para las compañías también hay ciertos consejos a tener en cuenta con el objetivo de evitar estas situaciones:
Elegir cuidadosamente los parámetros de medición: asegurarse de que lo que se mide es relevante y necesario. Participar a todas las partes interesadas pertinentes.
Ser transparente sobre lo que se está monitoreando y por qué: comunicarse abierta y honestamente con los colaboradores, decirles lo que se está monitoreando y por qué; compartir los resultados.
Ofrecer premios así como castigos: las mediciones tienen que pensarse como una herramienta, que debería ir acompañada de “premios” para motivar y “castigos” para desalentar las ineficiencias.
Los buenos colaboradores no siempre hacen muy buenos trabajos: asegurarse que los líderes hablen con sus colaboradores. Centrarse en soluciones creativas, no en amenazas.
Disminuir la vigilancia progresivamente cuando y donde se pueda: tener presente que los empleados son el activo más valioso de la organización.
AJ / DS