Pablo Avelluto, ministro de Cultura desde diciembre de 2015, es fan de Charly García. “Me crié escuchándolo”, contó en el Ciclo de Conferencias que se organiza los estudiantes de periodismo de la Escuela de Comunicación de Perfil. Según el funcionario, su pasión por el ex Serú Giran no se vio afectada por los insultos que el músico lanzó contra Mauricio Macri, en un show en Córdoba. “No lo voy a dejar de escuchar porque insultó al Presidente”, aseguró. Además, detalló cómo es llevar la gestión en medio de escándalos y despidos, y también manifestó que no le gustan las grietas, aunque haya gente que crea que es algo bueno. También opinó sobre el escándalo de los cuadernos: “Ser optimista en relación a la depuración del sistema democrático”.
-Después de los escándalos del manejo de los fondos del INCAA, ¿qué medidas se han tomado para asegurar la transparencia del organismo?
-Creamos un departamento de transparencia junto a Laura Alonso y el sistema de modernización para diseñarlo. Los focos de corrupción e ineficiencia que denunciamos fueron porque había un débil sistema de control. Nos encontramos con montañas literales de carpetas sin firmar, por eso el proceso más importante fue digitalizar toda la información. Ahora hay expedientes electrónicos que no se pueden alterar ni adulterar. Muchos pensaron que queríamos acotar la disposición de fondos para la industria, pero en realidad estamos saneando el sistema de fomento del cine.
-Usted comento que a su comienzo había 4000 mil empleados y hoy hay menos de 3000. ¿Cuál fue el criterio que se utilizó para esos despidos?
-Nuestro criterio de selección fue tomar la menor antigüedad posible. En la gestión anterior de Teresa Parodi habían ingresado 1000 personas y muchas se fueron solas por el cambio de Gobierno. No había buena calidad de información y cometimos errores, lo cual nos llevó a reincorporar personas. Fuimos estrictos en el control de trabajo. Utilizamos herramientas de biométricas a través de huellas digitales para saber quién venía a trabajar. Redujimos los contratos de locación de obras en funciones que no se podían detectar en cuales eran. Pasado ese primer momento, tuvimos un trabajo más detallado acerca del plantel, porque tiene más de 50 edificios.
-En ese contexto, ¿cómo ve que su pareja Carolina Azzi ocupe un cargo público?
-El nombramiento nunca existió. Cuando comenzó la gestión y estábamos armando el equipo, Carolina que tiene ya tres largometrajes documentales en su haber, estuvo colaborando de manera totalmente ad honorem. Sabíamos que era una situación compleja y no había en ese momento una normativa en relación a los familiares de los funcionarios y, pudiendo trabajar en el área de comunicación audiovisual, no lo hizo. Lo desmentí antes y lo desmiento ahora.
-¿El Ministerio puede pasar a ser una Secretaria?
-El Presidente ratificó que no significaría ningún ahorro. Tenemos congelados nuestros salarios desde principio de año, o sea que no acompañamos las paritarias de los trabajadores estatales.
-¿De cuánto es su sueldo y como vive el ajuste económico?
-En la mano gano 120 mil pesos. No tengo auto y voy caminando al trabajo. Sí tengo un departamento y está en mi declaración de bienes. No me quejo, no es un mal sueldo: la mayoría de los argentinos ganan menos. Cobraba más en la actividad privada, cuando estaba en la editorial Sudamericana, pero sin duda comparto los mismos problemas que todos. La gente se asombra de que valla a comprar una torta o que no tenga chofer: hago las cosas que hace una persona normal, no me la creo por ser Ministro. A muchos les pasa que se acostumbran a la función pública y después les cuesta volver a la normalidad.
-¿Le ha pasado que algún artista le dijera que “no” por tener otro color político?
-Sí, me paso con un escritor al que respeto mucho, cuando lo invitamos a la Feria de escritores en Bogotá. Dijo que no aceptaba porque este era otro gobierno, sin entender que era para representar a la Argentina sin color político y no quiso viajar. No me interesa a quien vota la gente: el otro día Charly García insulto al Presidente, lo que a mí me parecio una pavada, pero no voy a dejar de escuchar a Charly por eso.
-¿Se imagina en el cargo en 2019?
-Primero hay que ganar las elecciones y quiero que mi Presidente sea reelecto. Se está viviendo un momento especial y todo lo que está pasando me genera optimismo y mucho dolor porque conocía los rumores y las investigaciones de los periodistas. Como editor, me había tocado publicar el primer libro sobre de Vido, de Diego Cabot y Francisco Olivera, le puse el título: “Hablen con Julio”. Siento incomodidad pensar en esos millones de dólares que hoy no están donde deberían y la vinculación de corrupción del sector privado con el Estado en ese momento. Soy enormemente optimista en relación a la transformación, modernización y depuración del sistema democrático y sus instituciones. Hay un proceso generacional muy interesante del que vamos a salir mejor del que se interrumpió raspando y justito en 2015 con María Eugenia y Macri. Fue como que se puso un pie en la puerta y se abrieran otras ventanas provocando una ventilación del sistema.
Telma Romero - Marcelo Carignano - Nicolás Nápoli
(Alumnos de Primer Año de Periodismo - Escuela de Comunicación de Editorial Perfil)