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Graciana Peñafort: “Rosatti se convirtió en un mal juez”

La directora general de Asuntos Jurídicos de la presidencia del Senado, y abogada de Cristina Kirchner, participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL. Críticas a la Corte Suprema y al Grupo Clarín.

Graciana Peñafort
Entrevista a Graciana Peñafort en el Ciclo de Entrevistas del Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL | Posgrado Perfil-USAL

Graciana Peñafort participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación que organiza el Grupo Perfil junto a la Universidad del Salvador (USAL), en la que se refirió al funcionamiento de la Corte Suprema y al proyecto que busca su ampliación. “No sé si hay un número mágico, pero sé que hacen falta más jueces que no vengan de la corporación judicial”.

La directora de Asuntos Jurídicos en el Senado habló además sobre el papel del periodismo y los medios, entre ellos Clarín. “Es un grupo de poder que tiene una enorme influencia en la vida pública y privada de los argentinos y se ha constituido en un fuerte condicionante para los gobiernos democráticos”, declaró Peñafort en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

Usted dijo que la Corte Suprema es un “cachivache” y que cualquier modificación estaría bien ¿Por qué la califica de esta manera y cuántos jueces cree que debería tener?

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Concluí que era un cachivache el día que me notificó que le negaban la excarcelación a Héctor Timerman, porque se había muerto hacía un año y ese recurso llevaba tres años esperando. Ese día decidí que una Corte que no cuida la vida humana, sea de quien sea, es un cachivache.

Yo di años de derecho constitucional en la universidad, y usaba el libro de Horacio Rosatti, y me acuerdo cuando asumió por decreto el cargo en la presidencia en la Corte, que era algo que en su libro él decía que era contrario a la Constitución y al principio de "juez natural". Ese día empecé a darme cuenta de que algo funcionaba muy mal, sin contar que tenemos jueces de la Corte que han sido espiados y no lo denuncian, que han tenido que excusarse de las causas, que resuelven todo a oscuras, que hacen política y no hacen derecho.

Sobre el número de jueces de la Corte no tengo un número favorito. Lo que sé es que se ha convertido en una corporación que defiende intereses partidarios y que tiene que mixturarse con gente que no venga de la corporación. No sé si hay un número mágico, pero sé que hacen falta más.

¿Qué es hoy para usted Horacio Rosatti?

—Yo lo conozco hace años a Rosatti y lo admiraba mucho. Creo que es alguien que tiene una inmensa vocación de poder y que eligió el camino más equivocado para llevar adelante esa vocación de poder. Y está convirtiéndose en lo que nunca pensamos que iba a ser: un mal juez.

Como impulsora de la Ley de Medios, ¿qué opina de las editoriales que se están haciendo ahora? ¿Cree que existe el periodismo independiente?

—Cuando escribí la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, e incluso antes, siempre he pensado que el periodismo independiente es una ficción, es algo en lo que necesitamos creer. Creo que el periodismo independiente no existe, existe el periodismo intelectualmente honesto, que dice lo que piensa y cuenta lo que ve con sus ojos.

—Respecto de las editoriales, soy una defensora y me ha traído más de un problema. Creo que la libertad de expresión es absoluta, es un derecho sistémico. En materia de derechos humanos se define la libertad de expresión como un derecho sistémico y esto significa que no hay sistema democrático si no hay libertad de expresión. Es tan trascendente que yo creo que la libertad de expresión engloba incluso el derecho a mentir, que no quita que después, por la Convención Interamericana, nosotros tengamos la obligación de reparar si nuestra mentira causó un daño. Pero yo no creo en la censura y creo que las editoriales son de quien las escribe, bajo su propio riesgo y su propia responsabilidad. La única objeción que voy a hacer es que me preocupa que en este tiempo algunas editoriales están difundiendo algo que es muy grave que son los discursos de odio, porque incitan y legitiman las violencias contra determinados colectivos.

¿Pensar diferente es discurso de odio?

—No. Discurso de odio es cuando vos estigmatizás a una minoría. Pensar distinto no es para nada un discurso de odio, es una posición. Todos pensamos distinto y en buena hora, es la diversidad de pensamiento lo que nos permite una sociedad democrática. Los discursos de odio no.

¿No cree que tanto el peronismo como el kirchnerismo en varias oportunidades han tenido discursos de odio como, por ejemplo, en ese famoso acto donde había figuras de periodistas para ir a escupirlas?

—Yo he sido muy crítica de ese tipo de conductas. Tengo esta posición y la creo fuertemente. Es uno de mis dogmas. La libertad de expresión exige, nos exige a todos como sociedad, la obligación de ser tolerantes. Frente a ese tipo de cosas no es tolerancia, es un error. Es tan discurso de odio uno como el otro. En todos los casos está mal.

A partir de su experiencia con la Ley de Medios y el análisis que hace de los medios en la actualidad, ¿Qué es el grupo Clarín para usted?

—Es un grupo de medios con una posición bastante hegemónica en términos comunicacionales, que está dada por su estructura y que durante el gobierno de Mauricio Macri, adquirió poder en algo que es muy importante que son las redes por donde circula la información. Hoy el señor Magnetto, el grupo Clarín, puede decidir si nos vamos a comunicar o no con solo apretar un botón porque se quedó con las redes híbridas de Cablevisión y con las redes del duopolio de Telecom. Me parece que es un grupo de poder que tiene una enorme influencia en la vida pública y privada de los argentinos, y me parece que se ha constituido en un fuerte condicionante para los gobiernos democráticos.

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¿Cree que hay alguna posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner vaya presa?

Para que alguien vaya preso en general hacen falta pruebas. En Argentina hemos visto que no hacen falta pruebas porque cuando no las tienen, las fabrican. Yo soy abogada en una causa emblemática que es la causa de Ciccone, donde le pagaron a un señor para que declarara algo y es el único caso de pago ilegal con recibo, porque le pagó el Ministerio de Justicia a Vandenbroele.

—Veo muy complejo una prisión de Cristina Fernández de Kirchner por una razón, y es que todos los procesos que se han llevado adelante se han llevado en violación de las garantías más básicas: la defensa en el juicio, la garantía de la presunción de inocencia, es decir, veo que los procesos que ha atravesado Cristina como muchos exfuncionarios, están viciados de manera tal, que sería muy difícil que algo llegara a un resultado ajustado a derecho. Entonces cualquier abogado podría impugnar esos resultados.

¿Cree que Cristina es víctima de una persecución?

Estoy convencida. Vi cómo llevaban adelante procedimientos absolutamente infundados en Derecho y he visto cómo a Cristina la llaman a ocho indagatorias en un día. En ningún lugar del mundo te llaman a ocho indagatorias en un día porque la indagatoria es un acto de defensa, vos tenés que prepararla. Es una vulneración del derecho de defensa. Sin contar el padecimiento de causas que hoy ya se han caído como la del dólar futuro, como fue el Memorándum con Irán, la persecución a los hijos. Yo he visto la persecución, no me la han contado.

¿Qué opina sobre la prohibición de la ministra Acuña respecto al lenguaje inclusivo en las aulas y qué amparo legal tienen los docentes frente a esta decisión?

Estoy profundamente en desacuerdo. De ahora en más, en redes sociales, Horacio Larreta será para mí Horacio “Larrete”, solo con ánimos de fastidiar. Yo creo que el idioma es algo vivo, no se puede condicionar el idioma como no se puede condicionar la fe. Creo que tiene un corto destino, casi que me parece un incentivo. No hay nada más efectivo para incentivar algo que prohibirlo. Me parece absurda esta prohibición, es inconstitucional. Además porque vos no podés sancionar a las personas por cómo hablan y creo que prosperarían los pedidos de amparo por libertad de cátedra y libertad de expresión de los docentes que así lo iniciaran.

El 30 de junio vence el plazo para el concurso de acreedores de Vicentín para ver si aceptan el acuerdo con una quita muy importante. El diputado Carlos Del Frade dice que Vicentín va a buscar la quiebra para no pagarle a nadie. Entonces, ¿cómo se va a recuperar el dinero del Banco Nación?


No se va a recuperar. Después de la quiebra no puede seguir porque queda inhabilitada como sociedad. No así necesariamente los socios, que se verá en cada caso el nivel de responsabilidad. Ese es el desfalco que fue Vicentín. Fue una estafa. No es la primera estafa de esa naturaleza. Ya al final de la dictadura se estatizó, es decir, todos los argentinos nos hicimos cargo de la deuda privada. Esto va a ser un capítulo más de esa larga serie que, voy a decirlo con todo respeto y con toda ironía, es una larga serie que protagonizan los liberales más locos del mundo que son los liberales argentinos, que detestan al Estado, no lo quieren. Sí lo quieren como pagador, siempre como pagador. Son los liberales más locos del mundo. Viven del Estado.

¿Cuál es su opinión acerca de la apertura de la causa conocida como “La masacre en el comedor”? ¿Para usted fueron crímenes de lesa humanidad?

—La única manera es que sean crímenes de lesa humanidad es que se acredite la intervención de otros Estados porque las entidades, las agrupaciones políticas y demás, no tienen la entidad de los Estados, porque son ellos los responsables de los crímenes de lesa humanidad. Si se acredita la intervención de otros Estados, efectivamente, será un delito de lesa humanidad y si no, no lo será.

¿De ahí se inscribe que no está de acuerdo con la reapertura de la causa?

—No puedo estar de acuerdo. No conozco la causa. Leí los antecedentes y leí los argumentos que ponen quienes solicitan la reapertura de la causa. Yo la verdad es que veo compleja la participación de otro Estado, pero es una opinión personal. Yo no soy juez de la causa. Si se acredita que intervino algún Estado con apoyo efectivo, podrá ser calificado de lesa humanidad.

¿Qué opina con respecto a las pericias que se van a realizar en la causa de los cuadernos?

Creo que la Causa Cuadernos fue una gran operación de inteligencia llevada adelante por el macrismo y que tuvo determinados destinatarios. Un ejemplo constatado judicialmente de mentiras que hay en los Cuadernos fue la situación del Corcho Rodríguez, que todo el mundo sindicaba como el lobista de De Vido, que en los Cuadernos dice que le entrega dinero a un funcionario y ese día el Corcho Rodríguez estaba en Estados Unidos. Son inexactitudes, como lo que denuncia Loson sobre las correcciones que se han hecho en los cuadernos y la presión del fiscal de la causa que era Stornelli, que les hacía saber a los abogados que había pocas posibilidades de salir, salvo que se declararan como arrepentidos.

—Me espiaron a mí como abogada cuando tenía conversaciones con gente que yo tenía detenida ahí. A mí me parece que fue una causa armada, claramente.

Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y le damos la oportunidad de cerrar el reportaje con un comentario final que quiera realizar

—Mi comentario final tiene que ver con dos cosas: primero, está muy bien que los periodistas pregunten, es la tarea de los periodistas. Pero también está muy bien que los periodistas escuchen. Porque no se trata de un concierto de preguntas, se trata de un diálogo de preguntas y respuestas. Y me parece que este tipo de estudio y este tipo de experiencias nos ayuda a todos. A quienes contestamos las preguntas y a ustedes que las hacen, para que el diálogo sea un diálogo y no un monólogo.


Por Agustina Bordigoni, María Pastore y Ayelén Lazzaro

Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación

Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL