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Guillermo Calabrese: “MasterChef es una ficción y está todo guionado”

El famoso cocinero participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil. Por qué no se arrepiente de haber silbado el hit anti Macri. Cuáles son sus planes para volver a la Televisión Pública. Y el recuerdo del Gato Dumas.

Entrevista a Guillermo Calabrese 20201015
Entrevista a Guillermo Calabrese | Capturas de pantalla

Guillermo Calabrese visitó de forma virtual la Escuela de Comunicación para participar de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de Perfil. Confirmó que existe un ofrecimiento desde la Televisión Pública para realizar un nuevo programa y expresó su anhelo de crear una marca país que permita promover internacionalmente la cocina argentina. Y se referió a otros shows de cocina en la TV. “MasterChef es una ficción y está todo guionado. Es parte del espectáculo”, opinó el ex conductor de Cocineros Argentinos.

Por último, dijo que no se arrepiente de haber silbado el hit contra Mauricio Macri, pero reconoció que fue “una picardía inconsciente” y que “se convirtió en una bomba” que le ocasionó muchos problemas. “No sé si lo haría de nuevo, por la que se armó, no porque me falten ganas”, aclaró Calabrese en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Se arrepiente de haber silbado el hit contra Mauricio Macri en una transmisión de la Televisión Pública?

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No me arrepiento. Pero es algo que se convirtió en una bomba, realmente increíble. Fue una picardía inconsciente del niño que llevo adentro. Nunca pude ni siquiera soñar en todo lo que generó, fue una cosa realmente grande. ¿A cuántas personas y niños maté? Se me vino el mundo encima. ¿Qué me llevó a cometer semejante ilícito? En ese programa había un ambiente distendido, de algarabía, donde hacíamos las recetas y disfrutábamos inmersos en un arenero. No lo medí en absoluto. Muchas veces, hasta sin querer, he metido la pata. No sé si lo haría de nuevo, por la que se armó, no porque me falten ganas. Me perjudicó de una manera enorme, a mí y a mí familia. Me decían que era un bandido, un estafador, un asesino. Las redes sociales son implacables, la gente desde el anonimato es miserable. Yo sé quién soy, sé de qué lado de la cama me acuesto y con quién. Pero, a veces, hay que medir las consecuencias en el balance. Yo quedé marcado para siempre, en algunos como un héroe, que es una exageración ridícula, y en otros como un degenerado absoluto, que también es una ridícula exageración.

¿Tiene alguna propuesta para volver a la Televisión Pública tras la salida de Cocineros Argentinos?

—Sí, siempre hay una idea, estamos en conversaciones porque es mi voluntad, porque en la Televisión Pública yo me siento como en mi casa. He cocinado en lugares más serios, más académicos. Pero la Televisión Pública es para divertirme, como era el concepto de trabajo de Cocineros Argentinos. Entonces, si existe esa posibilidad de divertirme y poder comunicar qué es la gastronomía, estoy recontra bien. Por otro lado mi actividad primaria es ser el director académico de un instituto de gastronomía, donde no solamente se imparte cocina, también pastelería, el gerenciamiento gastronómico, hotelería, panadería y muchas cosas más.

—¿Cuál será el formato para volver a la televisión?

A mí me interesa mucho la difusión de la gastronomía y de la gastronomía argentina. Yo veo recetas de otros que recomiendan comprar un producto en el Barrio Chino, ¿y cómo hacen los que viven en Formosa? Me gustaría mucho llegar a hacer una marca país gastronómica porque envidio lo que han logrado nuestros hermanos peruanos. Con el trabajo, con dedicación, con la constancia, con el ponerse de acuerdo hicieron una marca país registrada, Perú Cocina, Perú Gastronómica. Al punto que un señor que vive en Alemania sabe lo qué es el ceviche o el tiradito. A los argentinos nos han encapsulado durante millones de siglos con las carnes, pero hablemos de otras cosas. Tenemos mucho más que las carnes. Me encantaría buscar y hacer un menú nacional y darle difusión a eso. 

Entrevista a Guillermo Calabrese 20201015

—¿Con qué plato saldría a presentar a la Argentina en el mundo?

—Habría que unificar por zonas y elegir los platos emblemáticos de las distintas regiones del país. Dividimos a la Argentina en distintas zonas, creamos los cinco mejores o más representativos platos de esas regiones y luego se les hace una reformulación moderna a los fines de lo atractivo y de presentación.

—¿Qué opina de otros formatos televisivos de cocina, como MasterChef?

—Estos formatos de reality conllevan muchísimo rating, entusiasmo, seguidores y muchísima polémica por el show que tienen alrededor. MasterChef es una ficción y está todo guionado. Es parte del mundo del espectáculo. Germán Martitegui no es tan malo como lo hacen aparecer, en absoluto, le ponen un rol de malo. Es parte del entretenimiento y bienvenido sea. Pero no voy a hacer una receta que hizo el participante número cuatro de MasterChef. No, para eso busco a alguien que sepa de verdad. Esto es entretenimiento. Bienvenidos sean todos los formatos, bienvenida sea la gente que en época de la cuarentena sube una recetita a Instagram. Para mí, que adoro la gastronomía, vivo y disfruto de ella, bienvenido sea todo lo que sea material de difusión.

¿Qué opina sobre la soberanía alimentaria, el monopolio de las marcas y el transporte de los alimentos?

—Es un tema muy importante. ¿Cómo puede ser que un productor de Mendoza o de Santa Fe la única manera que tiene de vender su trabajo es venir a Buenos Aires? Las marcas y los grandes supermercados desplazan esa posibilidad, para que pequeños productores se instalen. Hay muchas organizaciones que se están preocupando, pero es una pelea de David contra Goliat. Tenemos que hacer un mayor esfuerzo para difundir la existencia de esos productos, qué si no quedan en el anonimato o en alguna feria muy pequeña en un pueblo donde se producen.

—¿Quién es su referente en la cocina, a qué cocinero admira y por qué?

—Yo tuve la fortuna de encontrarme, convivir, disfrutar y aprender de un ícono de la gastronomía, no solo nacional, sino mundial, que fue el Gato Dumas, Carlos Alberto Dumas. Lo conocí como cliente de su restaurante, me enamoré de su producto, de su manera de realizar las preparaciones, de su estética, de su estilo, de sus cantidades, de sus sabores y, después, tuve la posibilidad de enamorarme de la persona. Recuerdo que le escribí una carta, cuando las cartas se escribían con una lapicera sobre un papel, se ponían en un sobre con una estampilla y en un buzón. Le contaba que estaba terminando mi carrera de Medicina, pero no la quería terminar, porque, aunque la termine y aunque obtenga el título, me estaba dando cuenta, tardíamente, de que eso no iba a ser mi felicidad o mi futuro.

—¿Y qué le respondió?

—Me dijo que le encantó la locura de mi idea y tuvimos una entrevista donde se ocupó durante más de una hora de hacerme entender que yo estaba absolutamente loco, porque tenía que terminar Medicina, y que la gastronomía no era lo que aparentaba. Recuerdo que me levanté y le dije que lo lamentaba mucho y que alguna otra persona me iba a dar la oportunidad. Cuando estaba por llegar a la puerta, me pegó un grito y me dijo que al otro día me presente a trabajar a las cuatro de la mañana. Muy sabiamente me hizo comenzar bien abajo, en la limpieza del restaurante. Ahí transcurrí por los distintos escalafones y en tres años fui jefe de Cocina. Convivimos por más de veinte años, fundamos el Instituto Gato Dumas y hasta el presente en mi escritorio tengo una foto enorme de él. Para mi es único.
 

—¿Qué platos les serviría a Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Macri si los tuviera sentados en una misma mesa?

—Es muy difícil, voy a tener que pensarlo… Si lográramos reunirlos en una mesa, eso sería el mejor menú para toda la sociedad. Qué les dé de comer es algo, absolutamente, secundario. Lo importante sería que estén reunidos en una mesa.

—Le agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje.

—Lo que tengo para decirles es que no se frenen por nada, sigan estudiando, sigan nutriéndose, sigan siendo curiosos. Se los digo desde lo personal, acabo de cumplir 59 años y sigo teniendo la misma pasión. Agradezco en algún momento haber dicho que no quería ser médico, que quería ser cocinero. Son enormes las satisfacciones que me ha dado la vida profesional, inmensas, innumerables. Soy muy afortunado. Bueno, una cosa es la fortuna o la suerte que uno puede llegar a tener, pero es todo lo que hago, básicamente, es trabajo. Cuando me voy a dormir a la noche cansado, siento mucha satisfacción por haber trabajado.

Por Pablo Canales, Gabriela Egas y Esteban Larrosa
Estudiantes de Periodismo 
Escuela de Comunicación de Editorial Perfil