Julio Bárbaro participó de forma virtual de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de Perfil, en la que se refirió a la relación entre el kirchnerismo y el Papa Francisco. “Los medios de comunicación han inventado una imagen de Bergoglio completamente falsa. Bergoglio estuvo en contra de Kirchner los ocho años de su gobierno. Yo fui intermediario entre el él y Néstor Kirchner. Néstor no lo quería ni ver, Cristina tampoco. Cuando Bergoglio fue cardenal, Cristina lanzó a La Cámpora en su contra”, sostuvo.
El candidato a diputado por el Partido Federal también criticó al ex presidente Mauricio Macri porque “fue un fracaso y los fracasados no tienen que existir” y cuestionó a la organización La Campora. “Yo no sé qué quieren de la Argentina los de La Cámpora y ustedes tampoco. No lo saben ustedes, no lo saben ellos tampoco. No es la renovación de nada sino el atraso de todo”, aseguró Bárbaro en el el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret.
—Usted ha tenido una relación de muchos años con Jorge Bergoglio. ¿Por qué cree que el Papa no quiere venir a la Argentina?
—Porque los medios de comunicación han inventado una imagen de Bergoglio completamente falsa. Bergoglio estuvo en contra de Kirchner los ocho años, yo fui intermediario entre el él y Néstor Kirchner. Néstor no lo quería ni ver, Cristina tampoco. Cuando Bergoglio fue cardenal, Cristina lanzó a La Cámpora en su contra. Uno puede tener un imbécil tan grande como el Dippy, que escribe un libro contra un cardenal y lo hace Papa. A nosotros, nos cuesta trascender al mundo. Bergoglio es una imagen de la humanidad. Hoy la humanidad tiene dos personajes: Angela Merkel y Bergoglio. Barack Obama queda ahí, dando vueltas pero no está. Y Mauricio Macri se equivocó: Macri fue amigo de Bergoglio los ocho años que estuvieron juntos, cuando Macri era jefe porteño y Bergoglio era cardenal. Kirchner enfrentaba a los dos. Yo soy católico y no me molestan los ateos, me molestan los que son anticatólicos. Uno puede ser creyente o ateo, lo que no puede ser es creer que por ser una de esas dos cosas sos superior. Bergoglio no viene a la Argentina porque Clarín y La Nación lograron imponer la imagen de que Bergoglio es amigo de Cristina. Bergoglio nos queda grande. Todo lo que es afecto, sentimiento, trascendencia, generosidad, les queda grande. Son los que pasaron a la Argentina del 4% de pobreza al 50%. A esa gente le molesta Bergoglio y les molesto yo.
—¿Considera a La Cámpora como la renovación generacional del peronismo?
—No. Primero que Cámpora no tenía nada para se imitado. Si yo digo La Cámpora, es como decir Cristina: nada. Segundo, yo no leí nada de ellos que valga la pena. Me parece que es una expresión de la modernidad donde la codicia y la ambición y preventa se impone como complicidad a cualquier proyecto de Nación. Yo no sé qué quieren de la Argentina los de La Cámpora y ustedes tampoco. No lo saben ustedes, no lo saben ellos tampoco. No es la renovación de nada sino el atraso de todo.
—El presidente Alberto Fernández hace poco hizo una distinción entre Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri: ¿Qué opina al respecto?
—Yo creo que Macri fue un fracaso y que los fracasados no tienen que existir. Si yo fuera analista, ustedes dirían Macri es un invento de Cristina. Entonces, si Macri se corre va a ayudar a la oposición. Yo no veo que la actitud del Gobierno, Alberto y Cristina, se debe a algún diálogo con la oposición. No lo están logrando, no lo están intentando, no lo están haciendo. Además, la política internacional, el apoyar a Maduro y el pelearse con Estados Unidos no permitiría alianzas ni con Uruguay, Brasil y Chile; pero tampoco con el radicalismo ni el PRO.
—¿Qué opinión tiene sobre Miguel Ángel Pichetto?
—La peor. Porque estuve dos años con Menem y me fui, cuatro con Néstor y me fui. Pichetto aplaudió todo Menem, todo Néstor, todo Cristina y todo Macri: su vida fue un oficialismo. Yo digo que tiene cuatro hermanos porque no puede ser él mismo el que aplaudió siempre. La política es una cuota de rebeldía, usted está y cuando no le gusta se va. Entonces tengo la peor opinión de Pichetto además esta idea de reformar el peronismo desde el PRO, es absurdo, es como que alguien quiera revitalizar el matrimonio desde la casa del amante, es así de irracional. El PRO es una de las expresiones más claras de la decadencia de la política argentina.
—Ante el anuncio de su precandidatura a diputado por el Partido Federal ¿cuáles son sus propuestas?
—Decidí aceptar una candidatura porque me siento responsable de darle a la política y a los jóvenes alguna expresión de los sueños de los políticos. La política ocupó en mi idea el lugar de la poesía, del imposible, el militante era aquel que adelantaba el futuro era el testigo, entonces esa noción después fue desvirtuada por gente que llega a cargos y se hace rica, nombra a todos sus parientes, eso es la destrucción. Yo sigo soñando la política como el lugar donde los que logramos estar más allá del egoísmo, poder proponer el pensar un destino para todos. Por eso entro a la política, no porque me interesa el cargo sino porque la candidatura tiene el valor de decir lo que siento, que es mi amor por la política.
—¿Qué impacto va a tener en las próximas semanas la avanzada que ha mostrado el kirchnerismo sobre distintos cargos del oficialismo?
—Alberto no tiene una traba en Cristina sino que la tiene en sí mismo. Beatriz Sarlo en un diálogo con Luis Novaresio, dijo una cosa que es dura, pero bueno, es cierta. Dijo: “Alberto es un buen segundo, no es primero y no actúa de primero”. Cristina lo instala, ella dijo, “ministros que no funcionan”, está diciendo que culpa no es de ella, sino que pone a Alberto que hizo un gabinete muy gris. Digamos que cuando él la pone a la Frederic, le está dando un espacio a Sergio Berni maravilloso, porque Berni habla, pelea, lucha, no es que esté hablando bien de él, pero hace política, Frederic no sabemos si le interesa o no, no sabemos ni siquiera donde está.
—¿Usted cree que están dadas las condiciones para que Alberto Fernández finalice su mandato?
—No creo en esos tipos de rumores, que Alberto está muy débil, sí, pero no creo que a Alberto se le ocurra ni remotamente presentar la renuncia. Son esas cosas que se inventan para llamar la atención. Alberto no se va a ir por lo menos él no percibe su fracaso, no lo asume, no lo siente.
—Usted fue el primer apoyo que recibió Néstor Kirchner en el peronismo porteño. ¿Qué cree que diría Néstor Kirchner hoy frente a lo que pasa en el gobierno actual?
—Yo creo que Néstor fue un hombre que jamás permitió que su gobierno dejará de tener un rumbo, aunque ese no fuera lo mejor que nos hubiera pasado. Supe decir en algún momento, con el mismo poder de la Rúa le tenía miedo y Néstor me asustaba. Porque el poder es una consciencia. Entonces con los mismos resortes, Néstor armó un poder enorme y Alberto no encuentra la forma de hacerse presente en la sociedad. El poder es una consciencia, con menor poder Sergio Berni tiene más poder que la Frederic que no sabe dónde está el poder. El poder no es el cargo, sino lo que la persona llena con el cargo. El hábito no hace al monje, el monje es otra cosa, más que el hábito. Néstor sabía de poder, tenía como defecto que el poder era él, no era el gobierno era su persona. Néstor tenía un poder individual más importante que el poder del Estado. Hoy no hay poder, ni individual ni del Estado. El poder político no nos da aquello que es su obligación, la tranquilidad de un destino colectivo exitoso. creciendo.
—¿Cómo se une el peronismo de Carlos Menem con el de Néstor Kirchner y el de Sergio Massa con el de Hugo Moyano?
—El peronismo es un recuerdo que da votos, como se une el radicalismo de Alfonsín con el radicalismo de Macri, la argentina fue vaciando sus partidos, el peronismo de Menem no existió nunca porque Menem no era peronista. Se dice peronista para sacar votos, pero después cada uno piensa lo que quiere, en el radicalismo pasó lo mismo casi le diría que hasta los liberales, no hay un partido en la Argentina, en Uruguay, Chile o Brasil, que asuma un tronco ideológico y lo encarne en su militancia.
—Ricardo Alfonsín es embajador de este gobierno en España. ¿Cree que Raúl Alfonsín hubiese acompañado el Frente de Todos?
—Creo que Raúl Alfonsín, era muy democrático, y no sé, yo no lo acompañaría. Ser embajador nunca fue muy grave, no implicó ningún compromiso, me parece que se exagera esto de la confrontación. Ayer yo lo veía a Leuco, a Feinmann que decían que habían caído en la trampa, de Jorge Macri por la foto de la casa de gobierno, sino no hay trampa es una democracia, va a casa de gobierno y te sacan una foto, no hay ninguna trampa, me parece que hemos llegado, especialmente el periodismo y algunos medios, de tener tal convicción ideológica de la confrontación es el único elemento que existe. Un acto democrático como ir a casa de gobierno a discutir con el presidente del bloque de diputados cualquier cosa, es que parecía una trampa, no es un error de la política, es una mirada digamos absurda de los periodistas.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje.
—Para los jóvenes, encontrar un país hecho como puede ser Suecia, Holanda, es la obligación de los que están. A ustedes les tocó un país por hacer, no se vayan, lo mejor que les puede dar la vida es la responsabilidad de hacerse cargo del destino colectivo. Enamórense de la política no vayan a buscar comodidades afuera las dificultades de acá le van a dar una riqueza que les permita jugar un rol. ¡Gracias por haberme convocado!
Por Luis Miguel Bello, Mariana Ríos y Paola Ledesma Ramirez.
Estudiantes de Periodismo Escuela de Comunicación