Víctor Santa María: "Tuve miedo de ir preso durante el gobierno de Macri"

Víctor Santa María visitó de forma virtual la Escuela de Comunicación para participar de una conferencia de prensa organizada por los estudiantes de Periodismo de Editorial Perfil y analizó la situación que atraviesa la Argentina en medio de la pandemia del coronavirus. En ese marco habló sobre la situación de los encargados de edificios y se refirió a la reunión que mantuvo en Olivos la diregencia gremial con el presidente Alberto Fernández.

El líder del PJ porteño también se refirió a la situación que vivió durante el gobierno de Mauricio Macri por las presiones que sufrió en su condición de autoridad del diario Página 12. Santa María declaró que tuvo miedo de ir preso durante el macrismo. “Me sentí perseguido”, sostuvo en la materia Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret.

—¿Cómo queda el PJ porteño con la cercanía de Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta? ¿Desdibujado o fortalecido?

—El PJ porteño estaba en un proceso de normalización electoral, al igual que el PJ nacional. El peronismo siempre trabajó en la ciudad para llevar alternativas a las medidas del oficialismo. De todos modos, ahora no es el momento para criticar a Rodríguez Larreta. La oposición trata de aportar soluciones y está haciendo un gran esfuerzo para contener la pandemia. Hace más de nueve días que la Villa 31 está sin agua, por ejemplo, y no resultaría oportuno discutir quién tuvo la culpa. Hay que ponerse a trabajar en conjunto.

—¿Se sintió acosado por el gobierno de Macri?

—Me sentí perseguido y, de hecho, alguna vez tuve miedo de ir preso durante la gestión de Macri. En ese gobierno hubo mesas de operaciones judiciales. Perseguían a los dirigentes políticos, sociales y gremiales que pensaran diferente.

—Luis Barrionuevo, titular de la UTHGRA, puso en duda la totalidad del cobro de los salarios de su gremio. ¿SUTERH puede garantizar los sueldos o hay crisis?

—Los trabajadores de edificios están dentro del decreto que establece un 5% más de salario para los que desarrollen tareas esenciales. No tuvimos denuncias por falta de pago. Al principio nos costó coordinar, ya que la excepción que le permitiría trabajar al gremio llegó recién el 22 de marzo. Desde entonces, hubo modificaciones –o flexibilizaciones- a la normativa de la actividad. Un caso es el acuerdo firmado con el PAMI, el Gobierno de la Ciudad y la Municipalidad de La Matanza, el cual establece que, en los supuestos en los que un adulto mayor viva solo, el encargado puede ser el nexo con el exterior y hacerle un trámite o las compras. Es una tarea que excede al C.C.T y a la ley de contrato laboral. Por otro lado, nos pusimos más rígidos con las medidas de seguridad, como ser el uso de alcohol en gel y barbijos.

—¿Qué opina acerca de las suspensiones de los trabajadores? ¿Podrán recuperar el salario?

—Vivimos un momento excepcional. La pandemia trasciende a la Argentina. En el mundo hay cerca de tres mil millones de trabajadores y, según la OIT, aproximadamente el 40% tiene sus actividades suspendidas. Es un hecho lamentable. Por eso hoy el Estado asiste a muchas actividades, al tiempo que pone en valor a la salud pública. Estoy seguro de que recuperaremos el salario perdido, siempre y cuando exista un desarrollo equilibrado. Para ello hay que entender que, si no tenemos salud, no hay trabajo, y sin trabajo, no hay ni consumo, ni producción. El pasado lunes participé en una reunión con el presidente, la cúpula de la CGT y los representantes de las principales cámaras empresariales. Conversamos acerca de la deuda y del plan de pago que propone el Gobierno. Se hizo hincapié en que se trata de un compromiso asumido por Estado, con independencia de quién esté en el Ejecutivo. Por eso se busca una solución sostenible, pero que no se lleve puesta ni a la salud, ni a las fuentes de trabajo, ni a la productividad de los grupos económicos. Todos los presentes en dicha reunión apoyamos la propuesta del Gobierno. Nadie quiere caer en default, por todo lo que implica. Quizá debamos disminuir las ganancias, pero no porque un sector tenga que perder, sino para poder distribuir un poquito mejor entre todos.

—¿Cómo afronta el Grupo Octubre la crisis derivada de la pandemia?

—Tuvimos que adaptarnos. Cuidamos a los trabajadores con estrictas medidas de seguridad. Implementamos el teletrabajo, impulsamos la web del diario (que creció bastante el último mes y con pocos recursos) y resguardamos a quienes pertenecen a grupos de riesgo. Con respecto a lo económico, la pauta privada cayó entre 30% y 35%. Eso nos afectó mucho, ya que nosotros veníamos sin pauta oficial desde la gestión de Macri y Vidal, y con muy poca pauta del gobierno de Larreta. Por otro lado, el periodismo es el sector que peor paritaria tuvo en 2019.

—¿Se publicaría un caso de corrupción del gobierno actual en Página 12?

—Sí, incluso publicamos casos de corrupción en el otro gobierno, no solamente con el de Macri. Página 12 pasó por una larga trayectoria de denuncias. Siempre estuvo en pos de la verdad y trabaja sobre dos valores muy básicos: los derechos humanos y la democracia. Por eso fue importantísima la ley de medios, porque le permitió al público conocer no sólo a los periodistas, sino también a los dueños de los medios. Antes era un tabú y hoy es un valor agregado a la democracia.

—¿Cómo tomó las críticas de Vilma Ibarra sobre la falta de presencia femenina en el encuentro del presidente con empresarios y dirigentes sindicales en Olivos?

—Vilma tuvo mucha razón. Tenemos que mirar esta temática con más compromiso, tanto desde la CGT como desde las cámaras empresariales. Debemos luchar para que pronto haya más secretarias generales en los sindicatos y presidentas de cámaras. Desde Página 12 lo pregonamos desde hace tiempo. Es el único diario cuya directora es mujer.

—¿Cómo evalúa la gestión de Amor Ameal y J. R. Riquelme en Boca?

—Creo que Boca está mucho mejor de lo que estuvo hasta diciembre del año pasado. Esperemos que se mantenga así y que la cuarentena no nos perjudique; ni a nosotros ni a ningún otro equipo de fútbol.

—¿Hay algo que no le preguntamos y que quiera mencionar?

Una pregunta que me hubiese hecho a mí mismo y que me encanta responder es, ¿qué es lo que más me gusta hacer? Representar a los trabajadores y las trabajadoras de edificios y velar por sus derechos.

Por Marina Diksaitis, Sofía Luz Granato y Eugenia Trubbo Faugas

 Alumnas de segundo año de la Escuela de Comunicación de Editorial Perfil