En pleno corazón de Puerto Iguazú se encuentra un interesante atractivo, el paseo La Aripuca, ideal para complementar un viaje a las Cataratas. Se trata de un emprendimiento agro-eco-turístico de índole familiar que puede visitarse como excursión de medio día.
Puerto Iguazú. Un destino imperdible para un paseo en familia. |
CEDOC PERFIL
Ariel Bogdanov
La ciudad de Puerto Iguazú guarda en su interior todo un colorido abanico de atractivos turísticos, que complementan a la perfección la impactante experiencia que significa visitar las Cataratas del Iguazú, una de las maravillas naturales de la humanidad.
Uno de estos paseos, que puede realizarse por completo en medio día, es La Aripuca, un emprendimiento agro-eco-turístico familiar, construído con la finalidad de “crear conciencia sobre los recursos naturales que tenemos, incentivar acciones para preservar y promover el cuidado del medio ambiente y difundir la cultura, creencias y tradiciones de la región”, según explican los propios dueños del lugar.
El nombre de este complejo proviene de los guaraníes: aripuca es una típica trampa, utilizada en la selva y compuesta de pequeñas ramitas unidas en forma de pirámide, conectadas a un mecanismo muy sencillo pero efectivo, por el que al ingresar la presa a la trampa y pisar una de las ramitas del mecanismo, se cierra y atrapa al animal.
De esta manera, permite que la presa no sufra ningún tipo de daño al ser capturada, lo cual permite al captor liberarla en caso de que la presa no sea la buscada, que esté preñada o no sea apta para consumo. De esta trampa surge la expresión popular “pisar el palito”.
En el corazón de este complejo se encuentra una imponente muestra de una aripuca, construída a base de árboles rescatados, la cual impacta con sus 17 metros de altura y más de 500 mil kilos de peso, distribuídos en 30 especies nativas de la selva misionera.
La gigantesca artesanía combina 28 especies de árboles autóctonos, entre los que se encuentran: lapacho abá; cedro misionero; timbó; palo rosa; peteribí o loro negro; azota caballo; incienso; curupa-í; marmelero; mora amarilla; guayubira; cañafístula o ibirá pitá; lapacho negro; samohú o algodonero; alecrín; guaicá; laurel; camboatá; espina de corona; anchico; sombra de toro; guatambú; grapia; quina o palo amargo; pino paraná o araucaria; ceibo misionero, y sapuí o palo de canga.
Los nombres de cada árbol están tallados en sus cortezas y el visitante puede subir hasta lo alto de la construcción a través de escaleras.
En La Aripuca el visitante también podrá saborear exquisitos helados de yerba mate, mermeladas caseras, almorzar en el restaurante local y escuchar música en vivo. Además podrá adquirir piezas únicas en maderas, piedras preciosas y artesanías guaraníes.
La Aripuca
Horario de atención: de 8.30 a 18, todos los días del año.
