Perfil
CóRDOBA
Ivan Vera

“Los empresarios se acostumbraron a copiar, por eso no saben innovar”

El consultor chileno especializado en innovación analiza cómo trabajan y fallan hoy las empresas en ese campo. Afirma que es idiota proteger la industria nacional.

19-11-2017vera
Vera viene trabajando en el campo de la innovación desde hace 3 décadas con clientes corporativos de talla global. | Álvaro Corral

Desde hace unos 30 años, Iván Vera trabaja en el campo de la innovación. Al frente de la consultora chilena Innspiral, es director de Fraunhofer Research Chile, fundador de Club de Innovación y tiene a clientes como Sodimac, Banco Santander, BBVA, Falabella, Walmart, Bayer y Arcor Chile, entre otros. En Córdoba, disertó invitado por la firma Alaya y dialogó con PERFIL CORDOBA.  

“Innovar es crear valor, es crear algo que tiene valor percibido por los clientes y usuarios y que siendo una nueva solución disponible en el mercado es adoptada por el público. Si es valioso y el usuario no lo adopta no es una innovación. Y no necesariamente se tiene que pagar. No pagamos para buscar en Google, pero lo usamos, el modelo de negocio está en otro lado. Si hay valor para el cliente y el usuario luego llegará la recompensa para las empresas”, afirma, al trazar una línea que explique qué es innovar hoy. 

-¿Un error común en las empresas es pensar en la monetización a la hora de la innovación?
-Es un error de los empresarios y gerentes. Hay errores clásicos. El primero es descuidar el largo plazo por el corto plazo. Otro error es enfocarse en los costos en lugar de ver el valor para los clientes, la innovación. Hay que desindexarse de los costos e indexarse al valor para poder aumentar las utilidades de la compañía.

-¿Por dónde se encara eso?
-Yo inventé un índice gerencial para empresas, el Índice de Intensidad de Innovación (III3), que indaga sobre cuál es el porcentaje de las utilidades de la compañía que vienen de innovaciones en los últimos 5 años. Ahí vemos cuáles son las innovaciones, que impacto han tenido, se puede tomar conciencia y se empieza a gestionar un portfolio de innovaciones para aumentar el Índice. Hay que pensar primero en innovar para el cliente y eso traerá como consecuencia beneficios para la empresa. Si uno no gestiona la innovación, no ocurre.

-¿El empresario le dedica tiempo a esto?
-Innovar es crear y el acto de creación es lo menos delegable que hay. Los gerentes no le dedican tiempo porque nadie les enseñó, ni sus profesores, ni sus jefes, porque la verdad es que venimos de países subdesarrollados, países que nunca necesitaron innovar para sobrevivir porque era más fácil copiar lo que se hacía afuera. El verbo copiar tiene menos dolor que el verbo crear, los empresarios se acostumbraron a copiar y hoy no saben innovar, pero se aprende.

-¿Qué significa la aceleración de la innovación? 
-La innovación es como el taekondo, una disciplina. Tiene un método, se trabaja, se aprende. Si empezamos a medir el nivel de innovación, podemos tomar una compañía X y gestionar la estrategia y el portfolio de innovación para que año a año vaya aumentando su intensidad y pase del 2% a 22%. Hay una condición indispensable, el jefe tiene que estar convencido. Si el Papa empieza a dudar de sus creencias se desmorona todo y una empresa funciona como una iglesia. En los primeros años no es un tema de inversión, es un tema del gasto operacional del año. Hay que meterlo en el presupuesto de operaciones, asignar responsabilidades y tiempos.

-Usted mide la innovación desde hace 13 años, ¿todavía es algo marginal?
-Lo veo como la Reforma Luterana. En un principio parecía que se decían blasfemias contra el Papa, pero luego se fueron contagiando, empieza un proceso cultural. En Chile está ocurriendo, es tal el nivel de competitividad y amenazas que están siendo enfrentados los gerentes generales. La amenaza actúa como proceso catalizador de la revolución innovadora. En mi país ayudó mucho la implacable apertura de mercado, se dijo que no se iba a proteger a ningún industrial, no estamos para proteger incompetentes. Si tú proteges la industria nacional empiezas a torcer el dinero de los contribuyentes para darle privilegios a un incompetente que tiene viviendo en la riqueza a su familia a costa de clientes y proveedores. Es regresivo, proteger la industria nacional es completamente idiota.

-¿Se puede innovar desde el Estado?
-Por supuesto, el servicio de impuestos internos en Chile hizo una innovación extraordinaria y ahora el 95% de los impuestos se recaudan on line. Hicieron eficiente la forma de meterte la mano en el bolsillo. El tema es que en el Estado juegan fuerzas ocultas, con intereses de minorías y de beneficio personal que juegan menos en el mundo privado. En el mundo privado les interesa el Ebitda de la empresa, el mundo público es más cínico, les interesa el Ebitda personal.