SOCIEDAD
¿ASESINADA POR SU CUÑADO?

Crimen de la enfermera: el padre de los dos imputados acusa a uno y defiende a otro

"Yo conozco a mis hijos, tuve once. Pablo podría haber sido el asesino y creo que Gabriel es inocente", dijo Daniel Guevara, suegro de Marcela, asesinada en Longchamps.

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La enfermera asesinada de Longchamps. | minuto1

La enfermera Marcela Coronel, de 28 años, fue atacada de tres hachazos, estrangulada y finalmente asfixiada al ser sofocada cuando le taparon la boca y la nariz. Ahora, su esposo y su cuñado, imputador formalmente en la causa de homicido, permanecen detenidos mientras se desarrollan las investigaciones.

Gabriel Guevara, el esposo de la víctima, será indagado este martes, mientras que su hermano y cómplice, Pablo, se negó a declarar. Horas antes, el padre de los detenidos, Daniel Guevara, había asegurado que uno de ellos, Pablo, "fue el asesino" y en su poder la policía halló el teléfono celular y la tarjeta de ingreso al Hospital Italiano del barrio porteño de Almagro en el que la víctima trabajaba.

"El móvil del crimen fue que Pablo le fue a robar al hermano, Gabriel", sostuvo Daniel y arriesgó que el imputado vio salir de la casa a Marcela y decidió entrar a robar, pero un regreso anticipado lo puso en evidencia y derivó en una pelea que terminó en el homicidio. "Ella volvió de comprar y lo vio ahí adentro. Es lo que yo pienso, no estuve ahí", manifestó, y señaló que su hijo Pablo "anda con problemas familiares y anda loquísimo y necesitado de plata".

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Daniel Guevara afirmó que del hogar de su hijo Gabriel y la enfermera "faltaron 5.000 pesos, que eran para el alquiler". Para el padre de los detenidos por el crimen de Longchamps, Gabriel, el marido de la mujer asesinada, "es inocente". "Yo conozco a mis hijos, tuve once. Pablo podría haber sido el asesino y creo que Gabriel es inocente", dijo.

"No saben lo difícil que es esto. Pero lo llevé de la oreja.  ¿Sabés que feo que es cuando te allanan la casa que el oficial te dé la mano y diga 'gracias por haber ayudado en la investigación'?", agregó.

Según el hombre, Pablo, de 26 años, sabía que "la puerta del fondo se abría y no tenía llave porque estuvo viviendo ahí" cuando se quiso "suicidar" tras una pelea con la esposa, y su hermano Gabriel, de 24, lo alojó varios días en su casa.

En cuanto a las declaraciones de la hermana de la víctima, quien expresó sus sospechas sobre Gabriel, dijo: "ella tiene a su hermana en la tumba y la va a llorar y mañana la va a recordar. Yo metí a mi hijo en la tumba, vivo, y yo me voy a morir recordándolo y llorándolo".

Pablo y Gabriel Guevara fueron detenidos el sábado por la noche por orden de la fiscal especializada en Violencia de Género del Departamento Judicial Lomas de Zamora, Marcela Juan. En principio, a partir de una serie de contradicciones en sus primeros testimonios, la fiscal en principio había imputado solo al marido de la víctima.

Las sospechas sobre Pablo surgieron por los datos aportados por el padre y por Gabriel, además de los videos de cámaras de seguridad de la Municipalidad bonaerense de Almirante Brown que lo mostraron con su sobrina en brazos poco antes de que apareciera abandonada en Burzaco.

La madre de Marcela cree en la hipótesis del femicidio y apuntó contra la familia del marido: "Cuando nos enteramos que Marcela estaba muerta, nadie de la familia Guevara mostró signos de sensibilidad. Hoy entiendo que eso no fue una casualidad: son signos de complicidad".

"No creemos que esto haya sido obra sólo de dos personas, por más mínima ayuda que recibieron. Tenemos derecho a saberlo: asesinos, cómplices, encubridores. Todos fueron partícipes de esta injusticia", aseguró.

El femicidio de Coronel se descubrió el 28 de mayo pasado, cuando su hija fue encontrada deambulando sola por las calles de Burzaco. Gabriel, padre de la niña, se presentó en la comisaría y fue con la policía hasta su casa para saber qué había pasado, ya que a la mañana la niña había quedado al cuidado de su pareja, la enfermera Coronel.

En la casa de la calle Roberto Arlt al 3500 de Longchamps, la policía encontró el cuerpo de Marcela en una habitación utilizada como depósito. La autopsia determinó que la mujer fue atacada de tres hachazos, que luego fue estrangulada a lazo y que finalmente murió asfixiada al ser sofocada cuando le taparon la boca y la nariz.