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INFORME DE LA OIT

Brecha de remuneración basada en género: la equidad debe esperar 60 años

las mujeres ganan 23% menos que los hombres. La situación se registra en casi todo el mundo, y si bien un documento de la Organización Internacional del Trabajo destaca que la brecha se está cerrando, el cambio es muy lento: a este ritmo podría esperarse una equidad salarial para el año 2086. Argentina no escapa a esa realidad: las mujeres deberían trabajar, en promedio, 8 días y 10 horas más que los varones ocupados para ganar lo mismo que ellos en un mes.

Brecha
DESEQUILIBRIO. Las mujeres ganan en promedio el 77% de lo que ganan los hombres. | Shutterstock

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al ritmo de avance actual, la brecha salarial de género en el mundo podría cerrarse en seis décadas. 

“En todos los países hay diferencias de remuneración entre las mujeres y los hombres. Se estima que la diferencia entre sus salarios, expresada como porcentaje del salario del hombre, es del 23% en el mundo”, asegura la organización. Esto significa que las mujeres ganan, en promedio, un 77% de lo que ganan los hombres. 

Argentina no escapa a las estadísticas mundiales. De acuerdo con los datos de la OIT, “por cada peso que gana un hombre, una mujer gana 27 centavos menos”. La cifra es parecida a la de otros países de la región como Brasil, donde las mujeres cobran en promedio 24 centavos menos por cada peso que se les paga a los hombres. 

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La organización afirma que “si bien esta brecha va cerrándose lentamente, al ritmo actual, habremos tardado al menos hasta 2086 para lograr la igualdad de remuneración en el mundo”.

Existe un Convenio internacional sobre igualdad de remuneración que 175 países, entre ellos Argentina, ratificaron. El documento, que data de 1951, define, en el primero de sus artículos, el término remuneración: “Comprende el salario o sueldo ordinario, básico o mínimo, y cualquier otro emolumento en dinero o en especie pagados por el empleador, directa o indirectamente, al trabajador, en concepto del empleo”. También especifica que “la expresión igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor designa las tasas de remuneración fijadas sin discriminación en cuanto al sexo”.

Según el informe de la OIT, la brecha salarial está directamente vinculada a otras desigualdades: el acceso a educación y formación (una cuestión que se ha subsanado en la mayoría de los países pero que persiste en otros); el mayor tiempo que las mujeres invierten en tareas de cuidado (por lo que se ven forzadas a restarle horas al trabajo y reducen posibilidades de promoción dentro de la empresa); la segregación ocupacional (los hombres siguen predominando en puestos de trabajo mejor pagados y de nivel alto), y el menor grado de sindicación y negociación colectiva (las empresas que emplean a mujeres tienden a ser pequeñas y tienen menos posibilidades de estar representadas en mesas de negociación). 

La discriminación salarial puede ser directa o indirecta. En el primero de los casos, define la OIT, “los salarios se basan específicamente en si se trata de una mujer o de un hombre”. Pero, en otros casos, la discriminación no es tan lineal. Por ejemplo, “el sistema de fijar sueldos inferiores en sectores en los que tradicionalmente se concentran las mujeres”, señalaron.

De acuerdo con el Observatorio de Políticas de Género argentino, “esta disparidad se observa por diversos factores que muchas veces exceden al ámbito laboral, pero influyen en la percepción del salario, y hace que las trabajadoras se posicionen en desventaja”.

Entre las cuestiones que impactan en el salario y que explican en parte esta brecha, están, según el Observatorio, “la cantidad de horas dedicadas al trabajo; la distribución desigual de las tareas de cuidado y del hogar en la dinámica familiar; la calificación de las tareas consideradas más ‘femeninas’ o más ‘masculinas’; el presentismo, y el uso de las licencias por responsabilidades de cuidado”.

Según los últimos datos del organismo, en ámbitos de trabajo formal los hombres cobran hasta 30% más que las mujeres, mientras en el ámbito informal esta brecha aumenta hasta el 35,6%. 

Los últimos informes del Ministerio de Economía también ratifican estas diferencias. En promedio, las mujeres deben trabajar 8 días y 10 horas más que los varones ocupados para ganar lo mismo que ellos en un mes. 

La OIT concluye que garantizar la igualdad salarial implica tener en cuenta también sus causas. “Resolver las cuestiones causantes de las diferencias de remuneración tiene una repercusión que va más allá del aumento salarial de las mujeres”. Por lo tanto, conseguir la equidad salarial “es una de las formas más importantes de luchar contra la discriminación basada en el sexo en el lugar de trabajo y de fomentar la igualdad de género”.