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Alta informalidad entre las mujeres

"El debate por el trabajo de cuidado va a ser duro"

La frase la dejó Eleonor Faur en un encuentro organizado por la OIT. La precarización en el sector laboral en casas particulares sigue siendo alta, del 70%. Solo el 2% de esas trabajadoras está sindicalizada. El rol del Estado.

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Intercambio. Faur, de la Unsam, con Ponce de la OIT y Uribe de la OPS, esta semana en Buenos Aires. | OIT Argentina

Precariedad, falta de formación y fallas en la información resumen algunos de los puntos que se marcaron en un seminario sobre informalidad laboral organizado por la OIT Argentina esta semana. Allí se analizó el caso de las trabajadoras en casas particulares. Pese a que tanto la representación gremial como el Gobierno aseguran que hubo avances en la registración, el 70% sigue estando en negro.

Graciela Guzmán, representante del Ministerio de Trabajo, reconoció que es necesario mejorar la legislación, la protección y la capacitación. Y citó ejemplos de trabajo con ONGs en la capacitación para generar inserción laboral.

“La relación laboral es fácil de registrar y fácil de dar de baja”, indicó Marta Roncoroni, titular de la Unión del Personal de Casas Particulares (Upacp). Pero consideró que falta información. “En algunos organismos oficiales, cuando las mujeres van a pedir asesoramiento sobre el trabajo en casas particulares les dicen que se inscriban como monotributistas”, aseguró. Se trata de un régimen simplificado y especial para estos casos, en el que se puede registrar a los empleados por cantidad de horas trabajadas y se paga un proporcional de aportes.

Por otra parte, solo el 2% de las trabajadoras de casas particulares están sindicalizadas, lo que implica un bajo nivel de difusión de sus derechos y obligaciones.

Ayuda o empleo. “Eso que llaman ‘amor’ es trabajo no pago”, esgrimió la italiana Silvia Federici para referirse a las tareas de cuidado del hogar, chicos y jóvenes. Y en una relación de cercanía entre empleada y empleadora, esa idea sigue confundiendo el debate con nociones como la de “la mujer que ayuda en casa” en lugar de “la mujer que trabaja en casa”.

“Hay un cambio de paradigma al poner el cuidado como uno de los ejes de la política pública”, indicó la socióloga y académica de la Universidad de San Martín Eleonor Faur, quien recordó que hay proyectos presentados sobre el tema.

“El debate por el trabajo de cuidado va a ser muy duro”, reconoció, pero aseguró que reconocerlo como una actividad económica más podría generar nuevas oportunidades laborales. “Hay estudios que señalan que tracciona mucho más la economía y la mano de obra el cuidado que la infraestructura”, remarcó la especialista de la Unsam, aunque reconoció que “hay resistencias porque sigue primando la idea de que hay que privilegiar el trabajo masculino”.

“Lo más difícil para la trabajadora es el ‘vos me ayudás, yo te ayudo’ cultural, que va en desmedro de la relación laboral y hace difícil que la persona se crea trabajadora”, dijo Roncoroni, que preside la Upacp pero no se desempeñó como trabajadora en el sector.

Faur respondió: “El derecho no solo regula las relaciones no afectivas. También regula las afectivas. Y en el trabajo en casas particulares hay una relación de poder muy fuerte por parte de las empleadoras mientras que muchas de las trabajadoras están por debajo del salario mínimo vital y móvil”.

Niñez y vejez. Uno de cada diez niños se ocupa de tareas de cuidado de la casa, hermanos menores, abuelos o familiares enfermos, según planteó Gustavo Ponce, representante de la OIT en el país.

En tanto, Javier Uribe de la Organización Panamericana de la Salud marcó el escenario del otro lado de la escala etaria. “El edadismo es la principal fuente de discriminación del mundo”, afirmó, y agregó: “Todos seremos objeto de cuidado en algún momento”.

En ese marco, consideró que hay que avanzar en la profesionalización de los servicios, y señaló asimismo que en Estados Unidos, en una encuesta realizada entre los cuidadores registrados de adultos mayores, el 10% reconoció haber vulnerado o maltratado a las personas bajo su cuidado.