El mundo del conocimiento o de la ciencia suele ser uno de los ámbitos más masculinos pero, en los últimos años, esa tendencia pareciera comenzar a cambiar. Dentro de todos los ámbitos que conforman la Economía del Conocimiento y la Ciencia, la mujer trabajadora e investigadora está muy presente en las áreas dedicadas a la biotecnología y a la industria farmacéutica. Tanto es así que este último sector tiene la segunda tasa de femineidad más alta con el 49,3% de los puestos ocupados por mujeres, después del de nanotecnología y de servicios empresariales con el 51,8%.
Ana Nicola y Patricia Sabella, dos mujeres líderes en sus puestos que ocupan cargos jerárquicos tanto del sector público como privado, se unieron para dirigir un proyecto único en el país que recibió el apoyo del Ministerio de Economía de la Nación a través de la Secretaría de Economía del Conocimiento.
Ana Nicola es médica veterinaria y se desempeña como directora general de Laboratorios y Control Técnico del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Actualmente trabaja en el proyecto de desarrollo y caracterización de cepas extrarregionales para vacunas de fiebre aftosa, una iniciativa en conjunto con el laboratorio Biogénesis Bagó.
“Este proyecto nace a partir del espíritu de unión entre el ámbito público y el privado, para llevar a cabo iniciativas que impliquen una mejora sustantiva para el país”, dijo Ana Nicola. “Con la pandemia se vio demostrada la necesidad de la biotecnología y de generar nuevas plataformas de vacunas. Ahora estamos trabajando con cepas extrarregionales para ampliar el banco de antígenos de fiebre aftosa en Argentina y contener un posible brote, en el caso de que ingrese la enfermedad”, explicó.
Ana Nicola también coordina la red nacional de laboratorios públicos y privados registrados ante el Senasa que tiene por objetivo que todo el país pueda acceder a la oferta de diagnóstico y de análisis de inocuidad –tanto de sanidad animal como vegetal– para garantizar el estatus sanitario a nivel nacional y tomar las acciones necesarias.
El Senasa, además, jugó un rol clave durante la pandemia del covid-19 incorporándose rápidamente a la red nacional de diagnóstico “Detectar” (Dispositivo Estratégico de Testeo para coronavirus en territorio argentino). En ese momento, adoptaron los protocolos necesarios y ajustaron ciertos aspectos logísticos para procesar las muestras humanas y, así, detectar casos de manera temprana en poblaciones de riesgo.
“Desde mi lugar de mujer siempre me sentí respetada, reconocida y valorada. El Senasa me brindó un gran crecimiento profesional y he tenido un protagonismo que fue creciendo a lo largo de los años”, destacó Ana Nicola. Y agregó: “El laboratorio también tiene una Comisión de Diversidad y Género, hay muchas mujeres profesionales con cargos en función ejecutiva”.
Patricia Sabella es licenciada en Biotecnología y se encarga de gestionar y coordinar el portafolio de proyectos estratégicos en Biogénesis Bagó. “La idea de trabajar en conjunto con el Senasa surgió a partir de la necesidad de avanzar en nuevos desarrollos de banco de antígenos de aftosa y de vacunas contra la fiebre aftosa, producto del que somos líderes. Un proyecto sinérgico que refuerza el aparato científico-técnico argentino y aporta exportaciones al país a futuro”, contó por su parte.
Patricia Sabella se formó en la Universidad de Quilmes y realizó un posgrado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Inició su carrera profesional en España, donde estuvo trabajando diez años en el sector privado. Posteriormente fue “repatriada” a la Argentina, como ella misma cuenta, para participar de un proyecto de vacunas humanas en una planta nueva de Buenos Aires y finalmente se quedó en el país.
“Si bien es algo que tiene que seguir evolucionando, cada vez veo más mujeres en puestos importantes”, dijo Patricia Sabella y agregó que el aporte “tiene que ver con otro punto de vista, ni mejor ni peor, una impronta diferente en la manera de gestionar y de relacionarse”.
Tanto Ana Nicola como Patricia Sabella remarcaron la importancia de la articulación público-privada para impulsar mejoras y nuevos desarrollos que, a su vez, le permitan al país exportar más y generar más divisas. La Economía del Conocimiento se posiciona como un sector estratégico que genera empleo de calidad y que prevé alcanzar exportaciones por US$ 7 mil millones en 2022 y superar los US$ 10 mil millones en 2023.