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recursos humanos

Un ambiente laboral inclusivo puede también mejorar la productividad

La igualdad de género en el espacio laboral todavía es una meta pendiente. Para avanzar en esta dirección es necesario pensar prácticas y políticas que promuevan la equidad salarial, brinden oportunidades de desarrollo profesional sin sesgos de género y creen un entorno donde las voces y contribuciones de las mujeres sean valoradas y respetadas. El resultado puede, además, traer más compromiso con la empresa y mejores índices.

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Preocupació. Las tareas de cuidado que recaen mayoritariamente en las mujeres son una fuente de angustia en lo laboral. | shutterstock

Lejos de ser una simple consigna, la diversidad en el ámbito laboral pasó a ser una prioridad estratégica para las organizaciones. El último estudio de McKinsey (2023) demostró que las empresas con equipos ejecutivos que tienden a igualar la cantidad de hombres y mujeres tienen un 39% más de probabilidades de tener un rendimiento superior que las empresas menos inclusivas. El mismo porcentaje se observó para los equipos que incorporan diversidades étnicas. Este número fue aumentando desde 2015, año en que la consultora realizó el primer informe.

Pero no solo la igualdad y la inclusión representan un beneficio concreto, sino que la falta de diversidad en el espacio laboral puede traer un rendimiento negativo, pérdida de competitividad y falta de innovación, según el informe. Las empresas en el cuartil inferior en cuanto a diversidad de género y etnicidad tienen un 66 por ciento menos de probabilidades de tener un desempeño financiero superior al promedio.

Para garantizar la igualdad en el lugar de trabajo, el laboratorio de género de Pro Mujer –Gender Knowledge Lab– ofrece servicios de consultoría y asistencia técnica para brindar soluciones que acompañan a instituciones del sector privado, público y del tercer sector de América Latina a integrar la perspectiva de género, diversidad e inclusión en sus operaciones y modelos de negocios.

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Cuenta con dos plataformas digitales con herramientas de análisis, diagnóstico y recursos útiles para integrar la perspectiva de género y diversidad en empresas, independientemente del tamaño y del sector. Estas son la Plataforma de Género y la Caja de Herramientas ILU, o ILU Toolbox. La primera es un centro de conocimiento de código abierto con diversas estrategias de incorporación de la perspectiva de género, que diferentes actores del sector financiero pueden utilizar para promover la igualdad de género y la inclusión en el ecosistema. La segunda compila buenas prácticas y facilita recursos divididos en cuatro lentes de género para ayudar a las empresas a abordar las brechas existentes dentro de sus organizaciones.

Flexibilidad horaria en el trabajo: ¿es sinónimo de igualdad? La posibilidad de buscar un equilibrio entre los tiempos de trabajo y la vida personal es ofrecida por muchos establecimientos como parte de sus políticas de inclusión. Se la piensa especialmente para aquellas personas que tienen que combinar sus responsabilidades laborales con tareas de cuidado. Estas tareas recaen de forma asimétrica en las mujeres: se calcula que en América Latina las mujeres dedican entre 22 y 42 horas semanales a labores de cuidados de niños y niñas, personas adultas mayores o personas que requieren cuidados, lo que supone, en promedio, un peso de hasta tres veces más que los hombres, de acuerdo con la Cepal.

No obstante la existencia de políticas de flexibilidad y licencias de maternidad o de cuidados, un estudio publicado en el Harvard Business Review reveló que estas no necesariamente aumentan el nivel de confianza que tienen las mujeres en quienes las emplean. Esto se debe principalmente a que, en ocasiones, al iniciar o transitar el período de licencia, pueden ser percibidas como menos dedicadas y comprometidas, y hasta pueden ser indirectamente penalizadas, por ejemplo, al ser desplazadas de ciertas tareas estratégicas o al perder acceso a beneficios y promociones, por haber gozado ya de la baja por licencia de cuidados. Para muchas mujeres, el beneficio del horario flexible tiene un costo relativo, y esto puede limitar la confianza en su empresa.

Asimismo, que el enfoque de la licencia esté mayormente enfocado en la mujer refuerza la desproporción existente en la carga de cuidados señalada, siendo ella quien debe cumplir con las tareas de crianza o asistencia, por sobre las correspondientes al hombre.

Para que las políticas de licencias sean realmente efectivas, es necesario que las empresas adopten una mirada holística que integre la perspectiva de género, de co-rresponsabilidad, y vean a las personas trabajadoras como seres humanos integrales, cuyo balance entre vida personal y profesional sea igualmente equilibrado, independientemente del sexo o género. Al promover la incorporación de políticas de cuidados igualitarias, el centro de trabajo potenciará espacios laborales sanos y seguros, favoreciendo la productividad, el compromiso con los valores de la empresa, el rendimiento y la innovación, además de extender la confianza a los empleados y darles agencia: el poder de influir en sus circunstancias.

*Gerente global de Género y del Laboratorio de Conocimiento de Género de Pro Mujer (Gender Knowledge Lab, GKL).