El día de los enamorados o "San Valentín" es una de las celebraciones más promocionadas después de Navidad. El 14 de febrero, parejas de todo el mundo se miman mutuamente con regalos, palabras de aprecio y planes románticos que alimentan la relación.
Las producciones de Hollywood suelen dedicar películas enteras a tejer la trama dentro de esta festividad. Si bien es en Estados Unidos el país en el cual mayor trascendencia adquiere esta fecha, su raíz está más vinculada a las tradiciones religiosas cristianas y latinas.
San Valentín, así como su nombre sugiere, fue un obispo luego canonizado santo, que nació en el año 175 en Terni, Italia. Durante este período aún continuaba vigente el poderío del Imperio Romano y el cristianismo se encontraba prohibido.
Los primeros seguidores de Jesús, si revelaban su Fe públicamente, podían sufrir el peor de los destinos. Recién en el año 313 D.C, durante la gobernanza de Constantino, se firmó el Edicto de Milán que cesó la persecución de los cristianos.
Antes de eso, los sacramentos debían ser celebrados en secreto. En este marco de clandestinidad, Valentín era uno de los eclesiásticos que arriesgaba su vida para ayudar a las personas a contraer matrimonio bajo la bendición de la iglesia.
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En ese momento se encontraba como emperador Claudio II el Gótico, quien reglamentó que los soldados no debían casarse al creer que cuando los integrantes del ejército mantenían la soltería, mejoraban el rendimiento y aumentaban su valentía. Para él, la presión que sentían los soldados de volver para reencontrarse y proteger a su esposa disminuía las posibilidades de una campaña militar victoriosa.
Valentín no estaba de acuerdo con el gobernante y decidió empezar a unir a los soldados con sus amadas a escondidas.
A sus 94 años fue descubierto y condenado a muerte en el 269 D.C. La forma en que murió fue atroz: lo lapidaron y decapitaron luego de unos meses en cautiverio. El mártir, antes de ser asesinado, fue torturado con la intención de ejemplificar al resto de los cristianos el castigo que les esperaba si osaban desafiar nuevamente al emperador.
Su último suspiro de vida lo dio el 14 de febrero del año 270 D.C. Y es por eso que durante esta fecha se celebra el Día de los enamorados, en honor del santo que murió, para que las parejas puedan festejar su amor ante la voluntad divina.
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Actualmente, sus restos continúan descansando en Terni, su ciudad natal. Sin embargo, cabe destacar que la versión actual de esta festividad se cruza con elementos paganos que provienen de la antigua Roma. Entre el 3 y el 15 de febrero los romanos celebraban la fiesta de lupercalia o Lupercales. En esta celebración esta civilización buscaba invocar la fertilidad, con rituales vinculados a deleites sexuales.
Fue así que cuando la iglesia ya estaba aceptada y constituida como autoridad, usó la fecha para resignificarla. El Papa Gelasio estableció desde el 494 d.C el 14 como día de culto al santo.
