Si bien algunos podrán afirmar que es equiparable a utilizar apps de citas o que representa el fin del romance, una empresa japonesa instaló máquinas expendedoras en un kiosco que, entre otros productos, muestra en sus góndolas posibles candidatos y candidatas para el matrimonio. Matching Advisor Press presenta un servicio económico y popular.
Al fondo de un local en el barrio de Kamata, en Tokio, casi inadvertida por estar rodeada de máquinas de bebidas, hay una estación de venta automática de color rosa. Si bien, a su interior, también hay café, té y gaseosas, la mayor parte de los estantes de la máquina expendedora de la empresa Matching Advisor Press están repletos de latas con información de personas que buscan encontrar el amor.
Cómo es el omiai, el "Tinder analógico" mediante máquinas expendedoras
Una especie de aviso clasificado en conserva o un Tinder analógico, la empresa coordina un servicio legendario que en Japón recibe el nombre de omiai. Si bien se suele traducir como “matrimonio arreglado”, desde hace mil años el omiai presenta una costumbre casamentera, una opción para quien busca el amor y necesita asistencia de expertos.
Si no hay onda, Matching Advisor Press se compromete a devolver el dinero inicial invertido en la lata
Esta máquina te permite “por unos yenes, obtener la pareja perfecta”, según su eslogan. A simple vista, se perciben diferentes latas con diseño de flores y textos en kanji. Bastante discretas, incluyen la edad de la persona que solicita pareja y una descripción realizada, en teoría, por un asesor matrimonial, donde se destacan los principales atractivos del o la candidata.
Las latas rosas son las de mujeres y las de color crema, las de los hombres. Las edades varían entre los 20 y los 50 años, pero todas las latas tienen el mismo módico precio: unos 7 dólares, 1000 yenes o un poco más de 1700 pesos argentinos. Hay un factor extra que aparece en esta inusual compra: la oferta es limitada y muy solicitada, por lo que existe un mensaje grabado que puede explicar que ya se agotó todo.
Al adquirir una lata, se está pagando la tarifa de consulta para una entrevista con la empresa, que no casualmente tiene sus oficinas en el piso de arriba del local. Si algún curioso quiere ir a visitar, la dirección es 5-19-6 Kamata, Ōta, Tokio, Japón. En esa consulta se termina el misterio: la empresa muestra una foto de la persona de la lata y ofrece información personal.
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El solicitante tiene que pasar por una entrevista de una hora y una sesión de asesoramiento con un casamentero antes de que le permitan reunirse con la pareja. En caso de que ambas partes estén interesadas, la empresa organiza una cena de tres horas a cuenta del cliente, junto a una tarifa de servicio adicional de 107 dólares, 15.000 yenes o 25.625 pesos argentinos. Sin embargo, si no hay onda, Matching Advisor Press se compromete a devolver el dinero inicial invertido en la lata.
Desde que se creó el servicio y se viralizó no pasó mucho tiempo. Un par de años, apenas. A pesar de eso, la masificación del fenómeno provocó un gran beneficio para el usuario: la máquina expendedora bajó el precio de las latas, que inicialmente triplicaba el valor actual. En el 2021, además de salir 3000 yenes la lata casamentera, existía un impuesto al matrimonio exitoso.
Ese pago extra era un problema para la sustentabilidad del negocio: 2.150 dólares, 300.000 yenes, 515.000 pesos argentinos. Si bien siempre habrá gente dispuesta a pagar ese monto a cambio de encontrar el amor o simplemente un matrimonio, ese impuesto era muy poco común en la industria omiai.
Actualmente, el total especulado a invertir en este servicio es de 114 dólares, 16.000 yenes, 27.325 pesos argentinos. Una ganga, si se consigue el amor y si se considera un mensaje en japonés que exhibe la máquina expendedora: “Todos los gastos de matrimonio son gratuitos”.
Vivan los novios.
ML / ED