El pasado 16 de septiembre de 2022, unas líneas verdes brillantes atravesaron el cielo de Japón y fueron registradas en video por las cámaras de observación de meteoritos ubicadas cerca del monte Fuji. Sin embargo, en aquel momento nadie sabía realmente qué eran estas líneas que habían aparecido.
Actualmente, siete meses después del suceso, el curador del museo de la ciudad de Hiratsuka, Daichi Fujii, el operador de las cámaras que captaron las imágenes, rastreó su procedencia y descubrió que lo que habían visto eran los rayos láser del satélite ICESat-2 de la NASA.
Según explicó el científico del satélite ICESar-2, Tony Martino, desde el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland (Estados Unidos), esta se trata de la primera vez que el equipo ve imágenes de los rayos láser verdes que el artefacto transmite desde la órbita a la Tierra.
"ICESat-2 parecía estar casi directamente encima de él, con el rayo golpeando las nubes bajas en ángulo", remarcó el científico y aclaró: "Para ver el láser, debe estar exactamente en el lugar correcto, en el momento correcto y bajo las condiciones adecuadas".
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Dicho satélite fue lanzado en septiembre de 2018 con el objetivo de utilizar la luz láser para medir la altura del hielo, el agua y las superficies terrestres desde el espacio, según indicó Europa Press. En concreto, el artefacto dispara 10.000 veces por segundo y envía seis rayos de luz hacia la Tierra.
Entre otras cosas, el instrumento láser mencionado permite calcular las pérdidas de hielo de Groenlandia y la Antártida, verificar cuántos océanos polares permanecen congelados, precisar la altura de los depósitos de agua dulce y mapear las regiones costeras poco profundas.
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Asimismo, cabe aclarar que los rayos láser son disparados desde cientos de kilómetros en el espacio y no son dañinos. Por el contrario, son difíciles de detectar incluso aunque fuera posible pararse directamente debajo del satélite a observarlo.
De hecho, las cámaras y ojos humanos necesitan que la luz láser se refleje en algo para poder verla, es por ello que en esta oportunidad fueron cruciales las condiciones atmosféricas, dado que la noche donde fueron captadas las imágenes había suficientes nubes para dispersar los rayos láser y hacerlos visibles para las cámaras pero no tantas como para bloquearlos por completo.
AS/fl