Entre este jueves por la tarde y mañana a la madrugada, arribarán al país unos 826 argentinos que quedaron varados en destinos remotos, de difícil acceso, a lo largo de Asia y África y, algunos de ellos, en Oceanía. Una operación que demandó semanas de planificación diplomática, tres aerolíneas operando a modo de colectivo y el traslado de cientos de argentinos hacia los puntos de embarque desde diversos países.
Los varados se encontraban dispersos a lo largo de 13 naciones: Tailandia, India, Malasia, Indonesia, Singapur, Japón, Corea del Sur, Kuwait, Catar, Kenia, Arabia Saudita, Australia y Etiopía. Fue necesario concentrarlos en cuatro de esos puntos por los cuales aceptaron operar Qatar Airways, Ethiopian y Latam, las tres firmas áereas involucradas, y que funcionaron como cabeceras o escalas de viajes a modo de "colectivo". Estas fueron Nueva Delhi, Bangkok, Doha y Adis Adeba.
Con cada gobierno siguiendo su propio modelo de cuarentena, la operación requirió semanas de gestiones a cargo de medio centenar de diplomáticos, en Buenos Aires y en las misiones del exterior, a fin de conseguir los permisos para que los argentinos pudieran abordar los vuelos. En algunos casos, eso demandó que muchos de ellos, que se habían alejados de las capitales, donde se encuentren los aeropuertos, o nunca las habían alcanzado siquiera, pudieran trasladarse con salvoconductos o medios de transporte dispuestos de manera particular.
Varados en los confines del mundo: los argentinos en lugares difíciles de alcanzar
En India, por caso, donde todavía rigen las restricciones, significó viajes en grupo de varios días desde diversos puntos del país hasta Nueva Delhi. Según reportes internos del ministerio, un grupo de 16 argentinos debió viajar unos dos mil kilómetros a los largo de dos días y medio desde Goa; otros 16 se trasladaron desde Chennai, 2600 kilómetros, por tres días; un tercer grupo de diez lo hizo desde West Bengal, a lo largo de 1600 kilómetros, en poco más de dos días y a siete se los pudo subir a un tren especial, desde la distante Guwahati, para un trayecto de casi 36 horas.
Aquel vuelo, de Latam, será el primero en arribar, previa escala en Bangkok, con 285 compatriotas a bordo. Acorde al registro de la Cancillería, no quedarían, por ahora, más varados argentinos en condición de vulnerabilidad en India, aunque resta traer más nacionales todavía. Algunos de esos pasajes, dicen en la Cancillería, fueron costeados por el ministerio, si bien el grueso tuvo que abonar su propio retorno a casa, como sucede en el grueso de los vuelos humanitarios.
Argentinos varados en el exterior: un largo camino a casa
El segundo de los vuelos arribará proveniente de Bangkok tras hacer escala en Adis Adeba, operado por Ethiopian luego de que el Gobierno y la firma etiope pudieran ponerse de acuerdo en los costos del servicio. El canciller Felipe Solá había denunciado a la aerolínea, en una reunión virtual con senadores, por pretender fijar un precio desorbitante. La negociación llevó tres semanas más y una queja pública de la firma aérea en respuesta al ministro, pero finalmente traerá al país a 260 argentinos que permanecían en Tailandia, Japón, Arabia Saudita y Kenia y pudieron reunirse en la ciudad tailandesa o en la capital de Etiopía.
En India, por caso, donde todavía rigen las restricciones, significó viajes en grupo de varios días desde diversos puntos del país hasta Nueva Delhi
Cerca de allí, subsisten unos 70 argentinos varados entre Camboya y Myanmar (Birmania). Los esfuerzos diplomáticos que se hicieron fueron infructuosos porque el gobierno tailandés mantiene el estricto cierre de sus fronteras y no les permitieron trasladarse hasta Bangkok para aprovechar el puente aéreo.
Por último, un avión de Qatar Airways arribará en la madrugada de mañana, luego de una demora en la salida desde Doha. En él volverán al país 281 argentinos provenientes de Tokio, Seúl, Kuala Lumpur, Yakarta, Singapur, Bangkok, Manila y Sidney. De los 21.493 argentinos que la Cancillería tenía registrados a lo largo del mundo con deseos de volver al país, a mediados del mes pasado, 2313 se repartían entre África, Asia y Oceanía. Pero las cifras son tan dinámicas que apenas sirven como foto de un momento.
CP