OPINIóN
Pandemia

Argentinos varados en Andorra: "Queremos volver a casa y aún no recibimos respuestas"

Un grupo de instructores de sky que quedaron atrapados en el pequeño Principado europeo esperan el avión que los lleve de regreso al país.

Argentinos varados en Andorra
Argentinos varados en Andorra | Gentileza del autor

En estos tiempos de confinamiento que corren, las historias se multiplican con la misma velocidad que el Covid-19 salta de un cuerpo a otro. La que voy a contar tiene lugar en el Principado de Andorra, pequeño país ubicado entre España y Francia, y tiene como protagonista a Cecilia (31), licenciada en Recursos Humanos e instructora de sky y snowboard, que como muchos instructores argentinos, hace la temporada de invierno europeo en ese pequeño Principado.

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A través de una comunicación por Whatsapp, Cecilia cuenta a PERFIL que llegó a Andorra a mediados de noviembre por un contrato de trabajo en un centro de esquí, que finalizaba el 31 de marzo y tenía posibilidad de extenderse hasta el final de la Semana Santa. Lo que parecía una oportunidad laboral se convirtió en pesadilla. El 13 de marzo pasado, Cecilia y sus 60 compañeros –en total son 2.500 los argentinos varados en Andorra– recibieron la comunicación de que ese sería el último día de trabajo. El Principado decretaba el cierre de sus fronteras y todos debían cesar de inmediato sus actividades. “Así, de un momento a otro nos quedamos sin trabajo y con una incertidumbre que se reflejaba en los rostros de todos”, afirma Cecilia, cuya situación, y la del resto de argentinos en Andorra, empujó a Ricardo Darín a grabar un vídeo pidiendo ayuda para ellos.

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“Vivimos en un estado de incertidumbre en todos los sentidos. Especialmente por el lado económico ya que sin un ingreso fijo no podemos afrontar un alquiler, compra de comida, medicamentos, etc. Muchos de nosotros somos sostén de familia y vinimos a trabajar para enviar dinero a nuestras casas en la Argentina. Muchos estamos viviendo con el último sueldo, es lo único que tenemos para subsistir aquí por tiempo indeterminado. También existe un gran grupo de personas que lamentablemente están quedando en la calle sin más recursos”. Sobre llovido mojado, Cecilia agrega que el seguro de salud de ella y sus compañeros caduca el 30 de mayo, “y nuestro permiso temporal de trabajo el 3 de mayo, fecha a partir de la cual pasamos a ser ilegales en Andorra”.

Para colmo, el gobierno andorrano aún no tiene un plan determinado respecto a la situación posterior a esta fecha considerada límite. Los argentinos varados en Andorra se aferran a la posibilidad de que en breve se realicen testeos a toda la población, incluidos ellos, lo que les podría permitir contar con un certificado de salud, en caso de necesitar a la hora de habilitar el ingreso al país. Asimismo, Cecilia y sus amigos enviaron el pasado el 22 de abril una propuesta al Ministerio de Salud de la Argentina, donde presentaron un protocolo para el ingreso al país sin alterar la salud de los compatriotas.

Varados en los confines del mundo: los argentinos en lugares difíciles de alcanzar

Mientras esperan las buenas noticias de Buenos Aires que tardan en llegar (las malas llegaron con los vuelos autorizados y luego cancelados por nuestro propio país), Cecilia, una chica con un fuerte carácter que le mantiene con una moral muy alta, muestra una enorme gratitud hacia la sociedad andorrana: “Este pequeño pero gran país nos da resguardo mientras esperamos poder volver a casa. Los Gobiernos de cada Comuna otorgan alojamiento al que no tiene. La Cruz Roja nos da algo de comida”. Punto seguido subraya que dependen de la solidaridad de un pueblo lejano al nuestro y del que la gran mayoría nunca escuchó hablar, “salvo que seas alguno de nuestros amigos, hermanos o padres, y te hayamos mostrado un pequeño punto en las montañas entre España y Francia”.

Como a muchísimos argentinos sorprendidos por la pandemia en distintos puntos del planeta, una gran parte de este grupo de instructores –también hay cocineros, mozos, personal de mantenimiento y oficinistas– contaba con pasaje de vuelta, los cuales fueron cancelados; otros, dice Cecilia, compró su pasaje luego de declarada la pandemia y se vieron afectados de la misma forma. También están los que no poseen billetes de regreso y están esperando información precisa y real para adquirirlo. “Las respuestas de las aerolíneas son siempre las mismas, de igual forma las del consulado de Barcelona, del que dependemos. Lo único que nos dijeron hasta el momento es que debemos tener paciencia y esperar a que se contacte la Cancillería con nosotros”.

Argentinos varados en Andorra solicitan ayuda a las autoridades nacionales

¿Cómo pasan el tiempo en su particular confinamiento? Cecilia responde que como buenos argentinos que somos nos acompañamos entre todos, tomamos mate y miramos todo el tiempo el mail, esperando encontrar un contacto de Cancillería diciéndonos que nos ubican en un vuelo de regreso a casa. “Esa esperanza no la perdemos nunca. Esperamos que se cumpla rápido”.

Queremos volver a casa, ¡a nuestra casa! A estar con todos ustedes. Cumplimos con todos los protocolos sanitarios que corresponden, solo estamos pidiendo empatía de parte del pueblo argentino y una respuesta de nuestro Gobierno”, grito que puede escucharse en cada palabra escrita en esas líneas. Porque Cecilia sabe que es importante que el Gobierno argentino agilice la situación de los varados, “ya que a medida que los días pasan no sólo aumenta nuestra vulnerabilidad en todo sentido, sino que nos acercamos más a la fecha donde estalle el pico de contagio en nuestro país y puede que las medidas se vuelvan aún más duras”.

Seguramente más temprano que tarde, Cecilia podrá disfrutar de Darín en un cine o teatro de Buenos Aires, y recordará su confinamiento andorrano con la nostalgia que se recuerdan las aventuras con final feliz.

 

SM/FF