"Es fundamentalmente ridículo que sea un debate sobre libertad", cuestionó el embajador del Reino de Bélgica en Buenos Aires, Peter Maddens, al ser consultado sobre los argumentos de aquellos que se oponen a las cuarentenas en la Argentina o en Europa, durante su participación en un desayuno diplomático virtual del Club Europeo. Además, se refirió al reciente acuerdo alcanzado en la Unión Europea para financiar la reconstrucción y exhortó a repensar el lugar del bloque en el mundo.
"No entiendo la reacción, para nada. Hay fotos en internet que muestran muy bien para qué sirve el distanciamiento social", esgrimió el diplomático ante una consulta de PERFIL durante la tanda de preguntas y respuestas. Subrayó que si bien la humanidad ha aprendido a convivir con virus desde siempre, el problema con el Covid19 es que "es un virus contra el cual no sabemos protegernos todavía". Frente a lo cual, la única solución posible es prevenir el contagio mientras avanzan las investigaciones sobre la vacuna. "Por ahora y hasta ese momento, tenemos que utilizar otras medidas para protegernos", sostuvo.
No obstante ello, en muchos países surgieron fuertes debates en torno a la implementación de las cuarentenas. Algunas veces derivaron en enfrentamientos políticos entre autoridades regionales y locales y el gobierno central, como en el caso de Brasil y Estados Unidos, cuyos presidentes desalentaban los aislamientos. Otras veces, germinaron dentro de las sociedades ganando fuerza a medida que transcurrían las semanas, como en la Argentina, manifestándose mediante actos públicos en abierto desafío a las autoridades.
Maddens señaló a la generación de los baby boomers, responsable de enfrentar la pandemia, por actuar, a menudo, con egoísmo, a diferencia de la época de su padre y su abuelo, responsables de la reconstrucción de Europa y de montar las bases mundiales de un sistema para garantizar la paz. Ellos pasaron semanas viviendo en sótanos, describió el representante europeo, bajo el asedio de las bombas. Sin calefacción, luz, internet o comodidades de cualquier tipo. Mientras que los contemporáneos "usamos cinturón de seguridad en nuestros automóviles pero el distanciamiento social o el uso de tapabocas se convierte en un problema de libertad personal en lugar de responsabilidad social. Y la cuarentena es una carga más que una medida de seguridad y protección", señaló durante su exposición inicial.
"Usamos cinturón de seguridad pero el distanciamiento social o el uso de tapabocas se convierte en un problema de libertad personal en lugar de responsabilidad social."
Frente a la repregunta de este medio, Maddens destacó que "la libertad se para donde empieza la de otro y si con un tapabocas usted protege al otro, es una obligación humana". Y enfatizó: "Se termina el debate ahí. No hay debate sobre la libertad, simplemente no la hay. No entiendo el razonamiento detrás de alguien que dice que no quiere usar un tapabocas porque está detrás su libertad".
Maddens aprovechó, además, su disertación para referirse al reciente acuerdo alcanzado por los 27 miembros de la Unión Europea, apenas unas horas antes del desayuno. Calificado como histórico, y propio de un entendimiento de posguerra, reserva un fondo total de 750 mil millones de euros para la reconstrucción del bloque, mediante subsidios (390 mil millones) y préstamos (360 mil millones) y la novedad de que se financiará a través de la emisión de deuda desde la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE.
"Lo que pasó anoche es sumamente importante porque quizás, ahora que ya no estamos hablando de plata, podemos hablar de cosas estructurales e institucionales", se esperanzó Maddens. En efecto, tamaño entendimiento solo fue posible luego de maratónicas sesiones de discusión a lo largo de cuatro días que acercaron posiciones entre las naciones más necesitadas, como España e Italia, y los más resistentes a un salvavidas regional, liderados por los Países Bajos, Austria, Suecia y Finlandia. El diplomático belga auguró que, una vez encauzada en su camino a la reactivación, la Unión Europea podría pensar su proyección en el mapa global.
"Pasamos demasiado tiempo mirando adentro sin mirar el papel que podemos y debemos jugar afuera porque tenemos una base filosófica, sociológica, política de libertad, de liberalismo, democracia y derechos humanos tan exitosa que la podemos vender afuera", deslizó. "El mundo no tiene que ser una colección de países autocráticos y liberales. Puede ser un mundo de países liberales. Tenemos una buena historia que contar. Pero tenemos que tomarnos el lugar que ocupamos en el plano mundial y parar de mirar adentro", insistió.
Por último, mencionó el reconocimiento del Rey Felipe por carta de los "actos de violencia y crueldad" cometidos durante la esclavización del Congo por parte de su país. Lo resaltó como una respuesta a una demanda de reconciliación, que cobró forma con el resurgimiento del Black Lives Matter, en respuesta al asesinato de George Floyd en manos de un policía de Minneapolis, en mayo. Y en ese contexto, Maddens narró el pasado de su propia familia, perpetuando ese sistema de dominación, pese a sus buenas intenciones de solo buscar prosperar en aquellas tierras, como parte de esa interpelación pública del monarca. "Se necesita reconciliación", acentuó.
MB / DS