Además de las personas infectadas y las víctimas fatales, la pandemia por el coronavirus también afecta el autoestima de las personas. Especialmente la de los más chicos, quienes hace casi tres meses que se encuentran encerrados en sus casas y su entretenimiento está basado en las opciones virtuales. Pero ahora, los niños pueden recibir a payasos en las puertas de sus casas para que presencien un show. Se trata de “Generación Espontánea”, un proyecto de Cecilia Basilico en el que los artistas van hasta la vereda de los domicilios y ofrecen un espectáculo de malabares y burbujas que se disfruta desde las ventanas, para mantener las prevenciones al contagio de la enfermedad.
“La gente nos devuelve mucho cariño después de cada espectáculo. Se siente la falta del entretenimiento”, cuenta Cecilia Basilico.
“Mis ingresos dependen de mi emprendimiento de shows en cumpleaños, pero desde el inicio de la cuarentena se cortó todo. Entonces, se me ocurrió que, como podían hacerse envíos de comida, ¿por qué no hacer lo mismo con un show de malabares si se mantienen los mismos cuidados?”, cuenta Basilico sobre “un momento ameno y divertido que la gente necesita”. Para llevarlo a cabo, ella se contactó con otros colegas que también habían quedado desempleados como artistas durante la pandemia y los convocó al “delivery de payasos”. Además, en cada función, se regala un kit de burbujas gigantes para que los más chicos continúen el juego en sus casas.
Basilico cuenta que, desde que arrancó con la idea, ya lleva hecho más de 30 envíos de payasos. “La gente lo recibe con mucha emoción. Hay veces que otros vecinos también se suman desde los balcones”, dice la mujer acerca del proyecto que es apto para todo público. En este sentido, los payasos también visitaron un geriátrico. “Ellos están muy tristes porque no pueden recibir visitas”, recuerda Basilico. Luego, dice que, en esa ocasión, “implementamos un protocolo para ponernos en un jardín grande, a más de tres metros de distancia. Fue algo muy emotivo”, recuerda la payasa del espectáculo en el que también dejaron las burbujas gigantes para que jueguen los residentes del hogar para ancianos.
“Mis ingresos dependen de mi emprendimiento de shows en cumpleaños, pero desde el inicio de la cuarentena se cortó todo", asegura la delivery de payasos Cecilia Basilico.
“Como madre, entiendo que con la cuarentena los chicos se aburren y ya se van acabando las opciones de entretenimiento. Una también está cansada y con angustia. Por eso, pensé qué me gustaría a mí, en este momento, que suceda en el cumpleaños de mi hijo”, dice Basilico. “La gente nos devuelve mucho cariño después de cada espectáculo. Se siente la falta del entretenimiento”, cierra.
CP
