"Fidel fue mi segundo papá, después de la muerte de mi viejo, es el dolor más fuerte que sentí", dijo Diego Armando Maradona el 25 de noviembre de 2016, cuando falleció el líder cubano Fidel Castro. El destino tiene más imponderables que el universo, porque, como su papá adoptivo, Maradona terminó muriendo el mismo día que él. Casi como Stepehen Hawkins, que se fue de este mundo el mismo día en que había nacido Albert Einstein.
Papás o Papas, con o sin tilde, el vínculo de la mayor estrella del fútbol argentino con los patriarcas sacros o seculares será un tema para recordar.
Siempre polémico, como no podía ser de otro modo tratándose del astro deportivo. Cuando Juan Pablo II lo recibió en el año 2000, Diego Armando se enojó porque su regalo oficial fue un rosario. Ante todo, porque al dárselo, le dijo: “este es especial para vos, Diego". Cuando lo miró, era igual que el de Claudia Villafañe y su madre, Dalma Salvadora Franco, alias doña Tota.
Más disruptivas fueron sus declaraciones de entonces, al regresar de la Santa Sede, ya en Cuba, en donde se encontraba en tratamiento médico. En una entrevista al periodista Daniel Tognetti, para el programa "Punto.doc", que emitía Azul TV Maradona le dijo, haciendo referencia a su anfitrión papal: “¡Es un h... d… p…! Vive en un lugar con techos de oro, mientras tanta gente pasa hambre, y después va y besa la tierra de los países pobres" (ver video).
El entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, rechazó en forma enérgica el “ataque verbal”, a través de una publicación en AICA. “Las palabras de Maradona hieren profundamente la sensibilidad del pueblo argentino, que ama y respeta al Santo Padre. Permiten constatar con dolor los efectos terribles que la droga causa en una persona que, en este caso, fue creyente", apostrofaba en ese momento el padre Guillermo Marcó, vocero del Arzobispado.
Inmediatamente, un practicante católico, Andrés Mestre, respaldó la postura de Bergoglio y presentó una querella. La jueza en lo correccional Angela Braidot la desestimó. Maradona nunca quiso retractarse.
Muy diferente fue su vínculo con el Papa Francisco. El 1 de septiembre de 2014, se vieron por primera vez. Fue una visita oficial en el Aula Pablo VI con motivo del ´Partido por la Paz” que se jugaría en Roma para promover la cooperación interreligiosa. El ídolo que en vida fue adorado como un dios y que despertó, tal vez sin desearlo, su propio credo (la iglesia maradoniana) se dejó emocionar. Para una figura de su talla debía ser difícil encontrar a alguien a quien admirar. Y sin embargo, se le dio. El Sumo Pontífice le comentó: “¡estás más joven!”. Diego se sintió feliz.
Le costó despegarse; le dejó su camiseta con el nombre “Francisco”, pero el personal de seguridad le urgía gentilmente seguir camino. A la salida, El 10, un creador de metáforas que nos dejó frases imborrables, un maestro del discurso indirecto libre, le regaló otra reverencia:
“El papa Francisco es mucho más que Maradona. Él es el verdadero fuera de serie”, resumió el ídolo hablando de sí.
En la segunda cita, en la residencia papal de Santa Marta, a solas y apenas cuatro días más tarde, se dieron un prolongado abrazo. Se escuchó al ídolo susurrar en el oído papal: “te quiero mucho, de verdad”. Hablaron durante 15 minutos (información oficial) que a Diego le habrán parecido un suspiro. Para Eduardo Valdés, el entonces Embajador ante la Santa Sede y actual diputado nacional de CABA por el Frente de Todos, la reunión de dos horas (el tiempo es subjetivo, después de todo), fue el recuerdo de toda una vida: “Diego terminó la reunión gritando ‘ahora me puedo morir tranquilo!’ ”, citó Valdés en su twitter.
“El mundo lo necesita. Menos mal que Francisco no fue arquero. Cuando me abrazó pensé en mi madre y dentro de mí recé. Estoy contento de haber vuelto a la Iglesia”, declaró Maradona luego, rebobinando. Y agregó que la llegada de Francisco al Vaticano le cambió su parecer sobre la Iglesia Católica. “Me había alejado de la Iglesia, porque pensaba que no estaba lo suficientemente cerca de los necesitados, pero con Francisco es diferente”. Los periodistas repreguntaron: “Y él qué le dijo?”. “Que me estaba esperando”, remató.
Dos años antes, Francisco le había preguntado a Ronaldinho: “quién es mejor? Pelé o Maradona?... lo dejamos ahí! Autorespondió, el Pontífice.
Hace minutos, el mensaje más cercano a la investidura papal que salió del Vaticano fue el de Guillermo Karcher, el obispo que es Oficial de Protocolo Papal, el mismo que se dejó ver junto a él en el balcón de 2013 cuando fue consagrado pontífice. "Adiós Diego - QEPD / RIP", publicó Karcher, en su cuenta de twitter.
Por otra parte, el vocero papal Matteo Bruni señaló a la Agencia Telam que el Papa "lo recuerda con la oración, como hizo en los días pasados desde que se enteró de sus condiciones de salud”.
A varias horas del deceso del astro que permitió que Francisco lo devolviera a la Iglesia como hijo pródigo, aún se siguen esperando las palabras oficiales de despedida del Santo Padre, su padre, al menos en segunda o tercera línea de sucesión. Sino más, porque a esta altura, millones de argentinos sienten que se les fue un pedazo del corazón.