En un mundo alejado de nuestro tiempo en el que la energía es abundante, la sociedad podría alcanzar un nivel de desarrollo tecnológico nunca antes visto. Sin embargo, nuestro tiempo es otro, la inseguridad energética es, sin duda, uno de los problemas más acuciantes de nuestra era. Mientras las reservas de combustibles fósiles se agotan y la demanda mundial de energía sigue en aumento, es imperativo explorar y adaptar alternativas sostenibles y resilientes.
Un nuevo sistema energético global está emergiendo. En los últimos años se ha producido un cambio significativo en la forma en que se produce y se consume la energía a nivel mundial. Este cambio está basado en avances tecnológicos impresionantes, nuevas fuentes de energía renovable y sostenible. Este cambio está siendo impulsado por varios factores, como la preocupación por el cambio climático, la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y la disminución del costo de las tecnologías renovables.
Sin embargo, en 2022 un shock energético provocó el caos en Europa y gran parte del mundo, alimentando la inflación y haciendo más lenta esta transición energética. En 2023, el mundo seguirá lidiando con mercados inestables de petróleo y gas, pero también redoblará sus esfuerzos para crear un sistema energético que sea más barato, más limpio y más seguro. La era de los combustibles fósiles en el siglo XX presentó muchas negociaciones faustianas, desde la alianza de Franklin D. Roosevelt con la Casa de Saud en 1945 hasta los acuerdos de Europa con la Rusia postsoviética. En 2023 la mayoría de los países firmarán dos nuevos pactos complejos. A corto plazo, adoptarán la inversión en combustibles fósiles contaminantes a cambio de seguridad. A largo plazo, adoptarán una política industrial dirigida por el Estado en un intento de acelerar la construcción de energías renovables.
Raíces del Problema
Nuestra dependencia de los combustibles fósiles nos ha situado en una posición precaria. A medida que las reservas disminuyen, los precios aumentan, causando fluctuaciones económicas y tensiones geopolíticas. Además, la emisión de gases de efecto invernadero asociada con estos combustibles es una de las principales causas del cambio climático, que amenaza con agravar aún más la inseguridad energética al afectar la producción de energía renovable en muchas regiones.
Soluciones a Nuestro Alcance
Durante la conversación, analizamos formas para hacer frente a estos desafíos, desde cómo diversificar la matriz energética hasta nuevas arquitecturas para las redes eléctricas:
- Energías Renovables: Las tecnologías solar y eólica han experimentado una disminución en sus costos y un aumento en su eficiencia, lo que las sitúa como líderes en la carrera hacia la sostenibilidad. La energía hidroeléctrica y geotérmica también tienen un papel esencial en este nuevo escenario.
- Micro-redes y Almacenamiento: Los avances en baterías y almacenamiento energético permiten una gestión más eficiente de la energía, facilitando el aprovechamiento de fuentes intermitentes como el sol y el viento. Las micro-redes, sistemas energéticos descentralizados, pueden ofrecer resiliencia en lugares afectados por desastres o inestabilidades, permitiendo una recuperación más rápida y reduciendo la dependencia de grandes infraestructuras centralizadas.
- Fusión Nuclear: Aunque todavía en desarrollo, la fusión nuclear tiene el potencial de proporcionar una fuente de energía limpia y prácticamente inagotable. Las investigaciones en este campo podrían revolucionar el panorama energético global.
- Eficiencia Energética: La demanda energética puede reducirse considerablemente mediante la implementación de tecnologías y prácticas más eficientes. Desde edificios inteligentes hasta vehículos eléctricos, hay un amplio margen de mejora en casi todos los sectores.
Desafíos Geopolíticos y Sociales
La transición hacia un futuro más seguro en términos energéticos no está exenta de obstáculos. Las naciones ricas en petróleo y gas podrían enfrentar crisis económicas, mientras que otras podrían emerger como nuevos líderes energéticos debido a su capacidad para adaptarse y adoptar tecnologías renovables. Es esencial que, como comunidad global, trabajemos juntos para apoyar a aquellos que enfrentan desafíos y para garantizar un acceso equitativo a la energía.
Esto es lo que sintetiza el trilema energético que tiene como objetivo equilibrar la seguridad energética, el acceso a energía asequible y confiable y reducir el impacto ambiental. Equilibrar y gestionar estos vértices no será fácil y demandará acciones urgentes en varias áreas.
Conclusión
El futuro de la energía se presenta como una amalgama de retos y oportunidades. Durante la reunión de la Asamblea del Futuro se analizaron varios aspectos enfocados en entender la situación actual de la transición energética mundial y su impacto en la Argentina. La inseguridad energética es un recordatorio de nuestra vulnerabilidad compartida, pero también de nuestra capacidad colectiva para innovar y adaptarnos. En esta nueva era de inseguridad, Argentina nuevamente emerge como un actor clave que puede equilibrar la balanza y ayudar a otras naciones en el largo y complejo camino de la transición a energías más limpias y eficientes. Sin duda alguna, trazando un plan a largo plazo podemos convertirnos en un actor principal de esta nueva era y ver los beneficios instantáneos que eso traerá al país. Vaca Muerta es solo un ejemplo de lo que también podemos lograr con el litio, el viento, el hidrógeno y tantos otros recursos como las tierras raras y las enormes extensiones de tierra que tenemos. El futuro es brillante.
*Miembro de la Asamblea del Futuro del Grupo Perfil.