Si bien catalogó a la homosexualidad como un "pecado" el Papa Francisco le pidió ayer martes 25 de enero a todos los obispos católigos que apoyen las legislaciones que respaldan a la diversidad sexual. Y sostuvo que "ser homosexual no es delito".
Lo hizo en una entrevista que brindó a The Associated Press, donde calificó como injustas las legislaciones que, por el contrario, establecen un marco de criminalidad sobre quienes tienen atracción y preferencias sexuales con personas del mismo género. "El obispo tiene un proceso de conversión", dijo al tiempo que los exhortó a mostrar "ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros".
En ese contexto, el Sumo Pontífice dijo que la Iglesia como institución puede y debe trabajar para ponerle fin a las leyes de ese estilo.
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"Somos todos hijos de Dios y Dios nos quiere como estamos y con la fuerza que luchamos cada uno por nuestra dignidad", consideró durante la entrevista concedida en el hotel Vaticano, donde pasa sus días desde que fue elegido como Papa.
“El ser homosexual no es un delito. No es un delito. Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo”, lanzó el líder religioso.
No es la primera vez que el Papa se refiere de manera favorable a la comunidad LGBT. Su acercamiento a la comunidad ha sido uno de los rasgos distintivos de su papado al frente de una institución atravesada por ideas vetustas en materia de diversidad sexual que consideran, aún hoy, que las relaciones homosexuales son "intrínsecamente desordenadas".
Las leyes que criminalizan a la comunidad LGBT
Para el Papa argentino, las personas homosexuales deben ser recibidas y respetadas como cualquier otra persona, sin verse marginadas ni discriminadas.
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Ese espíritu, a su entender, es contrario al que plantean las leyes prohibitivas que existen en África y Oriente Medio, que datan de la era colonial británica o fueron redactadas con una inspiración en la ley islámica. Y una gran cantidad de obispos alrededor del Mundo las han defendido alineándolas a la concepción mencionada antes, de que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados.
Pero Estados Unidos también tiene normativas que criminalizan a la comunidad. Son más de una docena los estados con legislación vigente en contra de la sodomía a pesar de que un fallo de la Corte Suprema las declaró inconstitucional.
"Quién soy yo para juzgar", se preguntó el Papa cuando le preguntaron en 2013 por un sacerdote que supuestamente era gay. La declaración fue muy popular y dejó entrever de entrada la postura del Papa.
Además, cuando era arzobispo de Buenos Aires en varias ocasiones se posicionó a favor de ofrecerle protecciones legales a las parejas del mismo sexo, aunque como una postura alternativa a apoyar al matrimonio homosexual, prohibido por la doctrina de la Iglesia católica. Más allá de eso, en Argentina se hizo ley el matrimonio igualitario.
La tercera posición de Francisco
Más allá de eso, Francisco ha sido blanco de numerosas críticas por parte de integrantes de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales por un decreto de 2021 en el que el Vaticano reafirmó la doctrina de que la Iglesia no puede bendecir las uniones entre personas del mismo sexo "porque Dios no puede bendecir el pecado".
La postura es sostenida por el Papa.
AS/fl