En el territorio autónomo de las Islas Feroe cazar delfines y ballenas es habitual, pero el martes 14 de septiembre los pescadores mataron 1.423 delfines de flancos blancos y las fotos de los bañistas en las aguas ensangrentadas causaron estupor en el mundo entero.
La matanza tuvo lugar en la costa cerca de Skala, en la región Eysturoy, una de las 18 islas que conforman este archipiélago basáltico del Atlántico Norte en donde los fiordos, la niebla y la riqueza faunística son asombrosos.
A pesar de que el mundo entero comentó la sangría, los voceros del primer ministro feroés, Kai Leo Johannesen, la convalidaron.
"No hay duda de que la caza de cetáceos en las Islas Feroe es un espectáculo dramático para aquellos poco acostumbrados a cazar y a matar mamíferos. Sin embargo estas cacerías están bien organizadas y totalmente reguladas", declaró un colaborador del gobierno que tiene su sede en la capital, Torshavn.
Caza de delfines y ballenas
La economía de las islas estaba tradicionalmente basada en la cría de corderos y sobre todo en la pesca de arenque y bacalao. Sin embargo, en los años 80 intentaron diversificar los ingresos económicos y atraer inversiones ya que los jóvenes en edad universitaria o los graduados más calificados abandonan la isla y van a buscar un futuro en Dinamarca.
Aunque Feroe tiene relaciones internacionales como si fuera independiente no lo es ni integra la Unión Europea. La máxima autoridad de Feroe es la reina Margarita II de Dinamarca, pero el archipiélago, cuya ciudad más próxima es la escocesa Aberdeen, a 540 kilómetros, tiene moneda e idioma propios.
Herederos vikingos
La caza de cetáceos y mamíferos marinos es habitual y ancestral en las islas, pero desde que las Feroe comenzaron a promover el turismo para atraer divisas, la práctica no recibe adhesiones.
La mayor parte de sus presas son las ballenas piloto, también llamadas calderones, pero en esta oportunidad fueron delfines de flancos blancos, cuya caza también está autorizada.
Los animales son acorralados con barcos y una vez que no pueden escapar, los pescadores que están en tierra se acercan a matarlos con cuchillos. "Grind" o "Grindadrap" es el nombre de esta práctica que los feroes probablemente heredaron de los vikingos, sus primeros colonizadores en el año 800, tal vez a las órdenes del entonces ya famoso Ragnar Lothbrok, de quienes desciende buena parte de su población actual.
Aunque habitual, el episodio sorprendió incluso a algunos de los 13 medios de la comunidad feroesa: "No tenemos tradición de cazar estos mamíferos [sic], suele haber unos cuantos en la caza, pero no solemos matar a tantos", intentó justificar un periodista de la televisión pública local KVF, Hallur av Rana, ante la imagen de más de mil cetáceos sangrantes sobre la costa rocosa. "Parece bastante extremo e hizo falta tiempo para matarlos a todos cuando generalmente es bastante rápido", dijo el periodista, que intentó salir del paso diciendo que el 53% de la población del archipiélago se opone a la pesca de delfines.
En varias oportunidades, la ONG Sea Sheperd se opuso al grind por considerarlo una “práctica bárbara”, pero las autoridades de Feroe salieron al cruce diciendo que se trataba de una “caza sostenible” y que además la carne no se comercializaba sino que se destinaba al consumo local.
El archipiélago tiene una población total aproximada de 50000 habitante y 20.000 de ellos viven en la capital, Torshavn, y alrededores.
Según un cálculo local, en las aguas que rodean el archipiélago montañoso, escarpado y árido, hay alrededor de 100.000 calderones.
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