Luego de haber comenzado una “intensa actividad tanto sísmica como de deformación”, el pasado 11 de septiembre, el volcán Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, lleva más de un mes en erupción tragando a su paso más de una hectárea de territorio isleño por hora.
El volcán español, ubicado en el centro sur de la isla canaria ya acumula incontables sismos y la intensa toxicidad de la atmósfera llevó a las autoridades isleñas a pedir a los habitantes del municipio de El Paso, uno de los más próximos al volcán, que se queden dentro de sus casas, bajo techo, al menos hasta el 19 de octubre a las 21 horas, debido al aire irrespirable.
Los mapas satelitales que se difundieron permiten observar a distancia el manchón rojo de los ríos de lava en la zona. La lava sigue tragando, fagocitando terreno a medida que avanza, desde las erupciones registradas en las últimas horas.
Hasta ahora, esta nueva erupción sepultó otras 22 hectáreas en 13 horas, según los cálculos tomados por el sistema europeo Copérnico y difundidos por las agencias españolas.
La más fuerte de las últimas erupciones horas se registró poco antes de la medianoche del domingo. Ocurrió a 36 kilómetros de profundidad y tuvo una magnitud 4,6 según dato del National Geographic Institute.
Hasta la fecha, la superficie devorada por las erupciones ya asciende a 811,8 hectáreas desde que empezó la actividad volcánica de este pico que no erupcionaba desde el año 1971, según los últimos datos recogidos por la prensa española. Ya se destruyeron o quedaron dañados 1.956 edificios y muchos de ellos fueron viviendas habitadas. En total, siete mil personas fueron evacuadas.
MM CP
