Si alguien pensaba que la Policía Federal Argentina no era suficientemente inclusiva a la luz de los tiempos que corren, ya podría retractarse, al menos en virtud de las novedades que trajo el 19 de abril de 2021, un día cargado de significaciones.
El 15 de abril, el Jefe de la Policía Federal Argentina, Comisario General Juan Carlos Hernández, resolvió que “se reconozca el Grado Honorario de Comisario General de la Policía Federal Argentina a la bienaventurada Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Institución”.
Lo cual significa, según el artículo segundo de la misma resolución, que a partir del 19 de abril, la Virgen es policía. Y para tal graduación no se eligió cualquier día sino la fecha del bicentenario de la policía, punto de inflexión muy anterior al 24 de diciembre de 1943, momento en que la fuerza pasara a llamarse Policía Federal Argentina. Pero además los uniformados azules celebran su día cada 19 de abril desde 1999. Y dispuestos a no ahorrar símbolos y festejos, el Correo Argentino inauguró un nuevo sello postal ($105) aplaudiendo el bicentenario de la presencia de la Policía Federal Argentina en la nación.
La bienamada Virgen María
María ya era una figura bienamada por los uniformados desde hace exactamente 75 años, cuando fue elegida Patrona de la institución que depende del Ministerio de Seguridad y tiene delegaciones en todas las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Su imagen corona la Capilla homónima del Departamento Escuela de Cadetes Comisario General Juan Angel Pirker, el centro educativo que forma desde 1906 a los uniformados que aspiran a puestos de mayor jerarquía. De esta institución -que en 1978 aceptó los primeros Cadetes Femeninos- también egresan Bomberos, Técnicos en Seguridad Pública y Ciudadana o en Investigación Criminal.
En el artículo 3° de la misma resolución que otorga un “cargo honorario a la Virgen”, se señala que la Patrona de los policías es inspiradora para los uniformados de azul. “La humildad, generosidad, templanza, carisma, diligencia y sobre todo servicio” son solo algunos de esos valores “que deben estar particularmente presentes en aquellos funcionarios que han abrazado la función policial como medio para servir a sus semejantes".
La policía, la Virgen María y el gallo
Fue idea del ministro Bernardino Rivadavia colocar al gallo en el centro de la insignia policial, cuando en 1821 nombró a Joaquín de Achával “Primer Jefe de Policía de la Ciudad de Buenos Aires”. El gallo –pensó- simboliza “la vigilancia constante” y le pareció un buen augurio. Luego, el escudo de la policía del Paraguay copiaría su idea.
Así que el concepto –habrían pensado- cerraba por todos lados: el gallo, la vigilia, la Virgen María, el sacrificio, la entrega, el día del policía, los 200 años….
La División de Relaciones Públicas y Ceremonial, de la Superintendencia de Planeamiento y Desarrollo Estratégico, junto con el Clero Policial pusieron manos inmediatas a la obra y coordinaron los aspectos protocolares para el 19 de abril.
A las 9 hs, en el Departamento Central de Policía, la Subjefa de la Institución, Comisario General Mabel Franco, acompañada de la Plana Mayor, el clero policial y una imagen de la Virgen de Luján, hizo efectivo el nombramiento de la Virgen María como “Comisario Honorario”.
Los Capellanes y el Personal de Clero Policial también dijeron presente: “ queremos unirnos a tan significativa celebración, y agradecer y honrar la ardua misión de los Policías, y alentarlos en tan digna y grande vocación de servicio. También queremos en esta oportunidad rendirle honores a quienes murieron o sufrieron grave daño a su salud en el cumplimiento de su sagrado deber, y elevamos por ellos nuestra oración a Dios y a la Santísima Virgen Nuestra Señora de Luján. ¡Feliz día a todos los policías!”, publicaron en la página oficial.
Y aunque la noticia de dotar a la Virgen María con un cargo policial haya sorprendido a no pocos argentinos, la realidad se impone muchas veces como dos caras de una misma moneda.
Al fin de cuentas, con el personaje de Julien Sorel, Stendhal se adelantó a todos en Rojo y Negro (1830), al describir la inefable dualidad del ser humano en un republicano con ideales napoleónicos que decía lo que todos querían oír, pero que no podía renunciar a buscarse a sí mismo, entre la sotana y las armas.
