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falleció a los 65 años

Quién era Roberto Porretti, el exintendente de Pinamar que intentó escapar de la policía y fue condenado por coimas

Había asumido la intendencia siete meses antes de que estallara el escándalo. La difusión pública de los hechos, en tanto, llevaron a los miembros del Concejo Deliberante a destituirlo de su cargo en 2008.

Roberto Porretti
Roberto Porretti | Cedoc Perfil

El fallecimiento este viernes del exintendente de Pinamar, Roberto Porretti, de 65 años, trajo de nuevo a la memoria el episodio de 2008, cuando protagonizó una polémica fuga para eludir a la Policía, que lo buscaba por la acusación de haber exigido coimas a los dueños del famoso boliche Ku en la costa atlántica para permitirles trabajar durante la temporada de verano.

Tras desestimar un recurso extraordinario, en febrero de este año, la Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena a dos años y medio de prisión en suspenso por intentar extorsionar a los dueños del complejo bailable “Ku-El Alma”, Rubén Darío Cameroni y Javier Armando Porjolovsky.

Según el fallo que lo encontró culpable, el ex jefe comunal y su entonces secretario de Gobierno les exigieron a los propietarios del boliche, la entrega de 175 mil pesos a cambio de no clausurar el lugar. De acuerdo con la investigación del caso, los pedidos de coima se realizaron entre fines del año 2007 y los primeros meses de 2008, en plena temporada de verano de la costa atlántica.

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Porretti, perteneciente al justicialismo, había asumido la intendencia siete meses antes de que estallara el escándalo. La difusión pública de los hechos, en tanto, llevaron a los miembros del Concejo Deliberante a destituirlo de su cargo en 2008.

“No aguanto más. Es una situación de mierda”, les dijo ese día a sus allegados, cuando hacía casi ocho horas que era buscado por 50 policías bonaerenses, que habían allanado sus dos casas y su despacho de la municipalidad. 

Roberto Porretti

Ya acusado por extorsión, abandonó una casa de la ciudad de Dolores en la que se había refugiado. Allí siguió los consejos de sus abogados sobre cómo debía proceder ante la orden de captura dictada en su contra. Fue entonces cuando se entregó ante el juez Gastón Ernesto Giles, acompañado por su hijo, el Juzgado de Garantías N° 3, situado en Ameghino 502.  Ahí lo detuvo la Policía.

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La polémica fuga de Porreti para evitar ser entrevistado

Con el afán de despistar a los periodistas que intentaban entrevistarlo, el exintendente utilizó cuatro automóviles, un cuatriciclo, tres dependencias públicas y de unas de sus casas como postas para cambiar de vehículo. Luego recurrió a la colaboración de personas cercanas para huir del grupo de policías que lo buscaba para detenerlo.

Inició su fuga en una Ford Courier conducida por su esposa, Cecilia Prieto. Se dirigieron a un desolado estacionamiento de la empresa de energía Eseba, ubicada sobre la ruta 11, cerca del acceso a Pinamar. Originalmente, planeaba cambiar de vehículo allí para abandonar la localidad, pero cambió de planes y se dirigió a La Lela, la casa junto al campo de golf que tenía alquilada.

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Continuó con sus maniobras de distracción, utilizando un Renault Laguna manejado por su chofer personal. Finalmente, decidió subirse a un Ford Mondeo, el mismo coche que Leonián usaba cuando era funcionario. Mientras tanto, su esposa logró alejar a un periodista usando su perro rottweiler.

Durante la huida, se valió de un conductor de cuatriciclo, quien, al parecer, era un empleado municipal que ayudó a que el Mondeo en el que viajaba Porretti entrara en el corralón de la Dirección de Servicios Públicos y saliera por otra puerta que daba a una calle lateral, ya con un destino desconocido. Además, contó con el apoyo de una camioneta 4x4 blanca.

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Minutos después llegó a la comisaría de Pinamar el pedido de captura. Lo buscaron sin suerte en el palacio comunal, en su domicilio particular y en otra casa que tenía en Valeria del Mar. Desde entonces se montó un operativo cerrojo en el acceso a Pinamar que implicó revisar auto por auto. Por la tarde, cuando supo de semejante despliegue, Porretti pidió a sus abogados entregarse “ya” a la Justicia. Ahí se dirigió hasta la casa en Dolores, donde se mantuvo durante sus últimas horas de libertad.

En aquel momento, se puso en marcha el sistema de sucesión en el gobierno municipal, y Rafael De Vito, que era el presidente del Cuerpo Legislativo y había sido su compañero de fórmula, asumió la jefatura en su lugar.

La detención de Porretti cerró lo que fue una etapa central para la causa que había comenzado el 12 de febrero de ese 2008, cuando la Justicia pidió su detención junto con la de Leonian, beneficiado con la prisión domiciliaria por problemas de salud. Desde aquel día, Porretti evitó su captura con un pedido de eximición de prisión y sucesivas apelaciones.

La vida de Porretti después del escándalo

El proceso judicial que involucró a Porretti se prolongó por más de 15 años. Durante este periodo, trabajó como docente y, en los últimos tiempos, se dedicó al sector inmobiliario. Según se pudo conocer, tenía una oficina en la vecina localidad de General Madariaga.

Participó en el desarrollo de grandes proyectos rurales, diseñados como chacras, con cercanía a las zonas urbanas y playas más concurridas de la región, como Pinamar y las localidades balnearias aledañas.

Su hijo Martín siguió su legado en la política. Abogado de profesión, el año pasado se postuló como precandidato a intendente: compitió en las primarias de Unión por la Patria, donde fue vencido por Gregorio Estanga, quien en las generales perdió la oportunidad de gobernar Pinamar por un solo voto.

 

RM / Gi