BRASILIA (Eleonora Gosman).- En la embajada argentina en Brasilia, un edificio inaugurado hace una década con reminiscencias de templo griego, Daniel Scioli recibió a PERFIL. Venía de un día agitado por la firma de acuerdos entre la TV Pública de Argentina y la TV Brasil. Con rostro cansado pero feliz, el diplomático celebró otro “objetivo cumplido”. Era una de las metas que el gobierno de Alberto Fernández y el de Lula da Silva habían declarado prioritarias. “Hay un esfuerzo de ampliar la agenda de integración a los aspectos culturales, educativos y sociales” dijo el diplomático, al tiempo que comentó que el flamante convenio “incluye coproducciones”.
Dadas las circunstancias políticas domésticas, y también el historial de iniciativas bilaterales que a propósito de cambio de gobierno resultaron archivadas, esta corresponsal decidió preguntar sobre si habría garantía de continuidad de estos propósitos.
--Vamos a suponer que haya un cambio de aires políticos en el país ¿piensa que este dinamismo en las relaciones entre los dos países irá a continuar? ¿O quedará diluido?”.
--Creo que la relación con Brasil ya ha madurado mucho como política de Estado y una prueba es la marcha, por ejemplo, hacia la integración energética. En cuanto al tema industrial, cuando se tensó el Mercosur y corrió peligro de romperse, fue el sector privado de la industria que salió en defensa de una política de Estado de más de 30 años (el Mercosur) Estos acuerdos son beneficiosos para ambos países, en todas las áreas. Lo que se firmó cuando Lula viajó a Buenos Aires, el 23 de enero, se está implementado. Es de sentido común no cambiar lo que está bien y en marcha. Es el caso del proyecto que comenzó con el gobierno anterior de Jair Bolsonaro y ahora avanza en forma considerable: el segundo tramo del gasoducto que transportará el gas de Vaca Muerta hasta el sur brasileño.
Tal como indicó el embajador Scioli, acaban de ser eliminadas las últimas trabas que demoraban el emprendimiento gasífero. En un comunicado conjunto después de la bilateral Alberto-Lula del martes último, la tercera en lo que va del año, se informó oficialmente que hubo “un notorio avance respecto de la financiación de proyectos estratégicos”. Mencionó que el gasoducto tendrá la financiación del brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para “las exportaciones de tubos y chapas de acero brasileño” para la segunda etapa de la obra. Es más, el acuerdo firmado por ambos jefes de Estado indica que “ya no hay ningún obstáculo jurídico para involucrar al BNDES en el proyecto”.
--Todo sugiere que la presencia del presidente Fernández en Brasilia rindió buenos frutos. Ahora, la cumbre de los jefes de Estado de la región, según los medios brasileños, no parece haber aportado ventajas concretas. ¿Cómo lo ve usted?
--Creo que la iniciativa tomada por el presidente Lula, de reunir a los presidentes en Brasilia, fue muy oportuna. Hasta le diría que los planes en marcha entre Argentina y Brasil fueron muy inspiradores en ese sentido, pues demuestra que más allá de la afinidad política e ideológica, es posible apostar a emprendimientos concretos. Considero que la integración energética y de infraestructura podrán avanza porque responde a necesidades concretas de la región, que permitirán dar un salto cualitativo en competitividad y productividad. Estamos en una crisis de globalización que nos induce a fortalecer la “globalización” de la región.
Daniel Scioli: “Vamos a competir. Se cómo hacerlo y por donde hay que ir”
--¿De qué manera piensa que eso favorecerá a la Argentina?
--Sin duda la Argentina se verá beneficiada. Cuanta más escala tengamos, de cara a negociar con el mundo, mejor será para el país. Argentina tiene sectores estratégicos como minería, energía, alimentos y en conocimiento. Son áreas de generación genuina de divisas en que nos potenciamos y complementamos con las economías de la región. No hay que olvidar que nuestro país tiene sectores estratégicos: además de la energía, hay minerales, alimentos y conocimiento.
--Las tendencias del nuevo gobierno brasileño en el área económica difieren en forma sustancial del período anterior. En Brasilia no se cansan de afirmar que el proyecto es recuperar la industria. ¿Cómo ubica a la Argentina en ese contexto?
--Justamente estamos trabajando en planes conjuntos que nos den autonomía, a ambos países, en sectores estratégicos como los semiconductores. Se trata de no depender de los vaivenes internacionales, que alteraron por falta de insumos los procesos industriales nacionales. Vengo de hablar justamente con el Ministerio de Industria para reactivar un emprendimiento binacional sobre semiconductores. Hay una planta en Minas Gerais construida por capitales argentinos y brasileños, y que adquiere interés por Lula acaba de prorrogar los incentivos para ese sector.
--Pasando a la política argentina, ¿está realmente dispuesto a presentarse como candidato presidencial?
--Es una decisión que tomé con toda responsabilidad y convicción sobre la agenda que se viene para el próximo presidente. Este aprendizaje con la experiencia de Brasil, que incorporé a las vividas como vicepresidente y como gobernador, me ha dado una nueva visión de las perspectivas que deben estar en la nueva agenda. Ante aquellos que plantean dolarizar, que dicen dinamitar todo, estoy convencido que, a la hora de la verdad, y entendiendo la bronca que la gente tiene por el problema de la inflación y los salarios, irá a prevalecer una alternativa moderada, sensata, previsible y que genere confianza.
Pese a la presión K para que no haya PASO, Daniel Scioli ratificó que se presentará: "Voy igual"
--Lula garantizó que, sea cual fuera el próximo gobierno argentino, Brasil mantendrá las mejores relaciones. Pero no se puede ocultar que existen ciertos recelos, por eventuales victorias de la ultraderecha
--. La afinidad política siempre vincula las personas para que las cosas puedan mantenerse y mejorar. Yo confío en que de nuestro lado va a prevalecer la sensatez, la experiencia y la previsibilidad; y tengo muchas expectativas que nuestro espacio político pueda establecer una agenda hacia futuro. Tenemos condiciones de integrar las producciones, como es el caso de los semiconductores.
--¿Cómo ve las próximas PASO si en vez de un candidato de consenso, se llegan a presentar varios postulantes?
--Siento que dada la diversidad y la realidad de nuestro espacio político hay que darle a la ciudadanía el poder de elegir lo que considere como mejor; y hay que ordenar las candidaturas para darle la posibilidad, a lo largo de lo ancho del país, a todos aquellos que quieran participar. Más de un candidato en las PASO es más democrático.
--¿Quiere agregar algo?
--Sí, siento una gratitud enorme por Brasil, por la gente más humilde que me acompañó en el trabajo supervisando todo, por la construcción de relaciones personales entrañables. Justamente en 45 días iré a publicar un libro que cuenta mi experiencia en Brasil.