Un informe reciente de Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) vinculó de manera definitiva el fenómeno de la "marea roja" (hasta el momento se trataba tan solo de una hipótesis) con la muerte de más de 30 ballenas francas australes en la provincia de Chubut. El factor determinante habría sido una toxina letal para la fauna marina que, según los especialistas, crece en proliferaciones anómalas de algas.
Tras el análisis de los resultados de las necropsias, se conoció la causa que permite explicar el hallazgo de más de 30 cadáveres de ballenas que aparecieron esparcidos en la costa de Chubut, en estado de putrefacción.
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"La investigación realizada hasta la fecha sostiene la hipótesis según la cual la mortandad de ballenas se debió a una floración algal nociva en el Golfo Nuevo", confirmó el ICB en su sitio oficial.
Conclusiones del informe
"Las ballenas examinadas habían ingerido diatomeas Pseudo-nitzschia spp. y/o dinoflagelados del género Alexandrium complejo catenella/tamarense, productores de biotoxinas capaces de causar la muerte de aves y mamíferos marinos, incluyendo grandes ballenas", determinó el ICB.
Los expertos remarcaron asimismo el hallazgo de "biotoxinas del grupo paralizante de moluscos tanto en el contenido gastrointestinal como en diversos tejidos y fluidos de las ballenas muertas examinadas".
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"Las toxinas detectadas fueron neosaxitoxina en orina de 2 ballenas y en contenido intestinal de 1 ejemplar, en la cual además se halló saxitoxina y gonyautoxinas (estas en menor medida) y también saxitoxina en contenido intestinal de 1 ballena e hígado de 2", precisaron.
En paralelo se encontraron ejemplares sin vida de aves y lobos marinos, en los que también se comprobó la presencia de toxina paralizante de moluscos en volúmenes de gran magnitud.
La mayoría de los cetáceos afectados eran hembras
Desde el 10 de octubre no se registraron nuevas muertes de ballenas. La fecha fue observada con atención ya que coincidió con un descenso considerable en la abundancia de la especie productora de toxinas paralizantes en el plancton -del cual se alimentan los cetáceos- y en los niveles de biotoxinas en moluscos del Golfo Nuevo.
El parte informativo detalló que de las 30 ballenas encontradas muertas entre el 24 de septiembre y el 11 de octubre, había 26 adultas y 4 juveniles.
De las ballenas adultas 19 eran hembras, 2 machos y 5 no identificados. En cuanto a los especímenes juveniles, uno era macho y 3 no identificados.
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Se explicó que las toxinas afectaron principalmente a hembras adultas por la mayor demanda energética al estar amamantando a sus crías en los golfos de Península Valdés, donde migran los cetáceos año tras año para esa tarea que se convirtió en un foco de atracción turística.
El examen de los cadáveres de las ballenas
La mayoría de los cadáveres se encontraban en un avanzado estado de descomposición. Por lo tanto, se procedió a realizar las necropsias de seis ballenas, las que mejores condiciones presentaban para efectuar diagnósticos certeros.
También se colectaron muestras parciales, sin abrir cavidades, en otros tres ejemplares que se encontraron en áreas de uso público y no pudieron ser remolcados hacia otro sitio.
"No fue posible colectar muestras de 13 ballenas: 4 que vararon en áreas de uso público y 9 que estaban en avanzado estado de descomposición al momento del hallazgo o fueron removidas por el mar antes de ser examinadas" precisó el informe.
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Los especialistas seguían examinando las 8 ballenas restantes, que se hallaban en avanzado estado de putrefacción y en playas aisladas, de difícil acceso en el Golfo Nuevo.
El subsecretario de Pesca de la provincia de Chubut, Jorge Lopardo, había alertado días atrás que los niveles de toxina de la denominada marea roja alcanzaron a un récord en esta temporada.
"El nivel de toxinas paralizantes en moluscos llegó a las 107 mil unidades cuando normalmente no superaba los 400, lo que marca un récord histórico en la provincia. Esto nunca había pasado", observó.
CA/ED