Javier Pereyra es taxista desde hace 8 años, una indemnización producto de un accidente de tránsito le permitió comprar el vehículo y entrar en la profesión. “Primero fui tuitero y luego taxista”, dice entre risas y aclara que al no ser taxista de toda la vida tuvo que “aprender todo de cero”.
La camioneta que utiliza como taxi “hace un mes que esta parada” ya que se rompió la computadora y parte del sistema electrónico. Esto se sumó a algunas deudas que Javier venía arrastrando por créditos y préstamos. “Estaba muy asfixiado”, confiesa. A su pareja, “la Gisele” (como llama cariñosamente), se le ocurrió juntar el dinero para solucionar el problema por Twitter a través de la app “cafecito”; una plataforma de crowdfunding que busca unir a creadores de contenido, ONGs o proyectos con gente que quiera aportar a lo que hacen.
¡Se armó la rifa! Como saben, mi auto está roto y estoy sin laburar. Con su aporte participan por una miniescapada desde/hasta 150 km. de CABA.
Porfi, pongan su @ de Tuiter en el contacto así los identifico para sortear: https://t.co/dOngY7nuUB
(+info en siguiente tuit)
¡Gracias! https://t.co/Qcsg42Ps33— El Tachero de Tuiter (@ElGriegoOK) May 6, 2021Esto no les gusta a los autoritariosEl ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.Hoy más que nunca Suscribite
Una vez online, su propuesta para juntar dinero (sumas mínimas del valor de un café) que les permitiera arreglar el auto fue un éxito. Muchos se solidarizaron con lo ocurrido y empezaron a colaborar; lo hicieron a través de diferentes formas de envió electrónico de dinero. Ya lograron el objetivo, al momento juntaron más de 110 mil pesos para pagar al mecánico y así volver a trabajar pronto.
Cómo reaccionó el tachero de Twitter
“Me encuentro completamente sorprendió y emocionado”, dijo Javier. A modo de recompensa, por la ayuda brindada, decidió hacer un sorteo de viajes gratis entre quienes colaboraron, como si fuese una “rifa” con su respectivo premio.
Sobre la profesión explica que tiene una cartera de clientes que vienen de las redes sociales y con quienes se genera "como un vínculo especial” y fluye la conversación durante los viajes. “Muchos saben que soy observador de aves, me gusta leer (literatura) y también escribo cuentos”, lo que se traduce en charlas con los pasajeros.
También se cuelan los temas cotidianos, la política y obviamente la pandemia. De nacimiento es hincha de Boca aunque dice que perdió el vínculo estrecho con el futbol cuando “le cortaron las piernas al Diego”: esa fue la última vez que se emocionó con este deporte. Con la muerte de Maradona “me pasé llorando tres días”, dijo.
Sus problemas con el taxi no vienen de ahora. Explica que cuando empezó la pandemia el año pasado “estaba bastante preocupado porque no había información y hubo poco asesoramiento estatal de cómo manejarnos”. Entre Marzo y Julio estuvieron parados por el coronavirus, y cuenta que desde la Asociación de Taxistas de Capital (A.T.C.) hicieron colectas para llevar alimentos a choferes, algunos de los cuales “debieron bajarse del taxi”. En ese contexto se le rompió el vehículo y para arreglarlo debió recurrir a uno de los créditos a tasa cero del Gobierno, que hoy continúa pagando. Actualmente la situación de los viajes mejoró, expresó.
A los colegas taxistas les deja como mensaje en sus día: “tenemos que juntarnos más porque creo que la salida es colectiva, dice y clara que “a los taxistas muchas veces nos cuesta juntarnos para pensar las soluciones de manejar conjunta”.
En Argentina, el Día del Taxista se festeja cada 7 de mayo en conmemoración al nacimiento de Eva Duarte de Perón y en homenaje a los profesionales que trabajan con sus autos para facilitar el traslado de las personas. Es porque “el sindicato de taxistas se fundó en enero de 1950 en Puerto Nuevo, Ciudad de Buenos Aires, con la presencia de Evita”, destacan desde el Sindicato de Peones de Taxi de CABA.
MF/FF