Luego de 18 meses de prohibiciones producto de la pandemia, la actividad teatral de la avenida Corrientes retoma su normalidad. Cerrada en marzo y reabierta en noviembre del 2020 —con apenas un 30 % del aforo permitido- la segunda ola de coronavirus la discontinuó nuevamente. Y recién ahora la situación empieza a normalizarse. Desde la presidencia de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET) aclaran que “haber estado tanto tiempo parados, en un sector que no es generador de grandes ahorros, fue un desafío más que difícil de afrontar”.
AADET agrupa el 99 % de la producción de teatro del circuito comercial, entre titulares de sala, productores de contenido escénico y música en vivo.
El desafío sanitario planteado hizo que el nicho teatral comercial tomara una decisión drástica, que mantuvo inalterable desde comienzos del 2020: la de cerrar todos las salas En el mientras tanto el sector, a través de la representación de AADET, trabajó en conjunto con el Ministerio de Cultura de la Nación en el diseño de instrumentos de salvataje económico que aseguraran su subsistencia. Algunos créditos a tasa blanda que fueron otorgados a las Pymes culturales, sumado a los ATP y el REPRO 2, hicieron posible a las compañías mantener a sus staff cobrando los salarios.
No es un logro menor que de las 40 salas teatrales de la avenida Corrientes, ninguna haya quebrado producto de la pandemia.
Hoy es síntoma de buena salud para el teatro comercial que, comparando las primeras tres semanas de octubre contra las mismas tres del 2019, se llegó a redondear un 88 % en la cantidad de espectadores. Aunque, por otro lado y pese a la recuperación en curso, haya un 26 % menos de obras en cartel que en ese momento.
En tiempos normales se presentan no menos de 100 distintos títulos en simultáneo en las salas de la avenida Corrientes.
Fue recién en el último mes y medio que crecieron la cantidad de títulos en cartel, junto con la asistencia del público en general. Y, aunque todavía no se hayan igualado los números de espectadores con los de la prepandemia, de todas formas el teatro vive ahora un clima de esperanza sustentado en los números que indican el crecimiento del público.
El circuito del teatro comercial porteño pasa del llanto a la risa, pese a que la incertidumbre y los riesgos económicos sigan presentes, siendo que si un artista se contagia, la obra en la que participa queda durante 15 días automáticamente suspendida, de acuerdo con el protocolo vigente.