En el marco del Día Internacional de la Mujer, la marca IVECO en Argentina compartió algunas historias de vida de mujeres al volante de camiones que trabajan por las rutas argentinas.
Sueño cumplido
Uno de los casos es el de Marianela Gariboglio, de 23 años, que desde pequeña supo que su pasión y su sueño máximo era ser camionera. “Vengo de una familia de camioneros, somos parte de la quinta generación. Me crié entre camiones, siempre fue mi sueño. Mi principal motivación fue mi papá, a quien veía llegando de cada viaje con una sonrisa enorme. Siempre dije que quería ser camionera y nunca me faltó el apoyo de toda mi familia”, destaca con una gran sonrisa en su rostro.
Marianela obtuvo su carnet para conducir camiones con tan sólo 21 años y hoy trabaja trasladando cargas generales, ladrillos y cartones en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. Además, manifiesta: “Estoy feliz de tener esta oportunidad de estar haciendo lo que amo y que toda mi vida quise hacer. Ser camionera fue mi sueño y desde chiquita es mi cable a tierra. Disfruto de cada viaje con todo mi corazón y siento orgullo cada vez que me cruzo a alguien de mi familia en la ruta. Para mí no hay nada más lindo que compartir esto con ellos”.
Herencia camionera
Damaris Giuliana Bär tiene de 24 años de edad y comenta que desde pequeña soñaba con manejar un camión. Al igual que Gariboglio, Damaris posee una historia familiar junto a los camiones, ya que su padre, hermano y primos se desarrollan en el rubro desde siempre. La historia de Damaris es singular, ya que a los 19 años era parte de las Fuerzas Armadas en la ciudad de Puerto Santa Cruz y, luego de tres años de servicio, hizo realidad su sueño de ser camionera.
“Soy muy feliz viajando y sé que estamos marcando una nueva tendencia en la ruta inspirando a las mujeres para que no dejen de luchar por sus sueños”, destaca Bär a bordo de su camión Stralis con letras rosadas en el parabrisas que la identifican como “La Malcriada”.
Trabajo en pandemia
Por su parte, Karen Espindola realiza cargas generales en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. A bordo de un Hi-Way transporta productos de PVC, alimentos y cereales. Al igual que todos los camioneros del país, vivió una situación atípica debido a la pandemia y comenta: “Me la rebusco en la ruta para calentar agua, trabajamos con todas las prevenciones y lo más importante es que sigo manejando y trabajando en las rutas de mi país”.
Pasión al volante
Paola Louys trabaja en un negocio de venta de indumentaria de talles especiales en el que comenzó a utilizar un utilitario para trasladar sus pedidos. “Este mundo nuevo comenzó cuando fui a sacar el registro de conducir. Llegué al lugar y eran todos hombres, todos estaban expectantes. Cuando terminamos el curso, un compañero me confesó que nunca se hubiese imaginado que iba a aprobar para tener mi registro de conducir”, agrega Paola. “Tengo muchas anécdotas, y aun son más cuando somos mujeres las que trabajamos a bordo de un camión” afirma.
Paola sostiene que, manejando camionetas de gran tamaño en Capital Federal y GBA, sentía la mirada de todos en cada recorrido que hacía. “Me considero una camionera y sé que también es una gran salida laboral. Esto empieza como un trabajo y luego termina como una pasión. En mi familia tuve muy buena aceptación, fue un gran desafío para mí y lo compartí con todas las mujeres que tengo a mi alrededor”, y agrega: “Tengo 47 años, y mi sueño es trabajar con camiones aún más grandes”.
Nueva vida
Marcela Ocamica, que con su nuevo y flamante Tector traslada rollos, fardos y alimentos para caballos. Oriunda de Cardales, provincia de Buenos Aires, comenzó su trabajo hace 30 años en Capilla del Señor, donde se casó y tuvo cuatro hijos: Nicolás, Sebastián, Jeremías y Guillermo.
Su familia siempre se dedicó a la siembra de granos y a la confección de fardos y rollos, y Marcela tuvo la tarea de aprender a desarrollarse en el rubro. Es así que comenzó a distribuir pedidos pequeños con un Daily para luego hacerse cargo de la logística con el Tector que conduce actualmente.
"Estoy todo el día en la ruta yendo y viniendo, y muy contenta de lo hago. A veces mis hijos me dicen que me quede más en casa pero yo soy feliz con lo que hago y no me canso”.
LM