Los primeros guacamayos rojos silvestres de Argentina comenzaron a volar
Se trata de dos pichones que nacieron en octubre en el Parque Iberá. Hace más de un siglo y medio que la especie estaba extinta en esa zona.
Hace más de un siglo y medio que el guacamayo rojo estaba extinto en Corrientes. En los últimos años, se realizaron esfuerzos para reintroducir la especie en los Estero del Iberá y actualmente los primeros pichones nacidos en estado silvestre comenzaron a realizar sus primeros vuelos por esa zona.
Tuco y Puré, como fueron bautizados por el equipo de la Fundación Rewilding Argentina, son las crías de dos guacamayos rojos adultos que fueron reintroducidos en el Parque Iberá. Ambos nacieron en octubre del año pasado dentro de unas cajas nido. Éstas fueron colocadas para ayudar a las aves en los meses de reproductividad. Cuando los pichones crecieron lo suficiente, personal de la fundación asistió a los padres y las crías se desarrollaron sin problemas.
Luego de tres meses, las jóvenes aves desarrollaron su plumaje y salieron de las cajas nido. Una de ellas, la más grande, primero realizó intentos de vuelo de 500 metros y luego viajes más extensos de varios kilómetros hasta montes cercanos. Por el momento siguen siendo alimentados por sus padres pero cuando puedan encontrar comida sin ellos, se espera que se independicen. Para controlar sus movimientos se les colocó unos collares que rastrean la ubicación en tiempo real.
El guacamayo rojo en Iberá
El proyecto para reintroducir al guacamayo rojo en Corrientes comenzó en 2015 con la Fundación Rewilding Argentina, la provincia de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales. A través de donaciones particulares y de zoológicos, se entrenó a varios guacamayos que estaban en cautivero para que aprendan las herramientas necesarias para vivir en la naturaleza.
Actualmente hay varios ejemplares que viven de forma independiente en Iberá y algunos de ellos formaron pareja en el último tiempo. Es el caso de las aves que dieron vida a Tuco y Puré. Todo este proyecto marca un hito para la zona ya que con la reinserción de esta especie se busca restablecer su funcionalidad ecológica como dispersora de semillas. Esto podría generar un beneficio para la recuperación de bosques nativos que han sufrido una gran deforestación a causa del ser humano y la actividad industrial sin controles.
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