Cesar Biondini: “Hay signos dictatoriales en el gobierno de Milei”

—¿Cuál es la lectura que hace de la derrota electoral que sufrió La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires?

—El resultado es producto de un desgaste lógico por parte del gobierno de Javier Milei. La gente expresó un rechazo no solamente a las políticas sociales implementadas, sino también y de manera muy notoria a los casos de corrupción, en particular a las coimas que involucrarían a Karina Milei. Ese hecho influyó de manera decisiva y desalentó fuertemente el voto a favor del oficialismo. Es interesante remarcar que, aunque la victoria de Fuerza Patria fue clara en la primera y tercera sección electoral, no ocurrió lo mismo en el resto de la Provincia. Allí se consolidaron los vecinalismos, lo cual demuestra que la polarización, si bien se refleja en los grandes números, no fue absoluta. En varias zonas se observó una disminución del apoyo a los partidos tradicionales y un crecimiento de otras alternativas. Por eso, no está dicha la última palabra. Incluso, Fuerza Patria perdió en distritos clave como Bahía Blanca y Mar del Plata. Esto no significa un respaldo a Milei, sino más bien una señal de que la sociedad está buscando nuevas opciones. Milei pareció encarnarlas en un primer momento, pero no logró sostener esa expectativa, y la ciudadanía continúa explorando alternativas políticas.

—¿Cómo define al gobierno de Milei?

—Me parece que es una autocracia. Porque está en todo momento intentando limitar o delimitar al resto de los poderes públicos. Se opone siempre al Congreso, siempre se opone al Poder Judicial, choca permanentemente con eso. Busca recortar facultades a ambos poderes, que son justamente de contrapeso del Poder Ejecutivo. Hay signos dictatoriales en el gobierno de Milei. Lo vemos en los discursos, lo vemos en el manejo que Milei tiene del partido. Y, en esta elección, vemos que suelen elegir a personajes famosos, pero que son bastante débiles en cuanto al criterio propio. No se observa que, por ejemplo, los libertarios busquen a aquellos que se han formado al interior de su propio partido. Lo que ellos buscan es gente famosa, que le diga a todo que sí. Como Lilia Lemoine, que se inmola en Twitter cada vez que puede.

—Dice que es un gobierno con signos dictatoriales, pero es un gobierno elegido democráticamente. ¿Puede ampliar esa definición?

—Yo no niego la legitimidad del Gobierno, desde el punto de vista de su origen. Pero también, digo que no solo es la legitimidad del origen, sino también es la legitimidad de la práctica. Ha habido muchos gobiernos que han tenido un origen absolutamente legítimo y que, poco a poco, fueron tornando hacia gobiernos dictatoriales. Podría aplicar a la Alemania de Hitler. Tenemos hoy un caso del que no se habla mucho, el ejemplo de Zelenski en Ucrania. ¿Por qué no hay elecciones en Ucrania cuando el pueblo ucraniano está pidiendo elecciones? Lo condujo a una guerra, y hoy dice no, yo no puedo hacer elecciones porque estoy en guerra. 

—En medio de la crisis que atraviesa La Libertad Avanza muchas miradas se dirigen a la figura de Victoria Villarruel. ¿Usted tiene algún puente de contacto con la vicepresidenta?

—Ella evidentemente forma todavía parte del gobierno de Milei, con lo cual no, no hay puente alguno. A nivel familiar, sí tuve un vínculo, pero más que con ella, con la familia de ella. El padre de Victoria era muy amigo de mi padre, Eduardo Villarruel, quien falleció durante la pandemia. Él fue comando en la Guerra de Malvinas. Peleó bajo las órdenes del Coronel Seineldín, un hombre muy patriota, muy nacionalista, por eso siempre tuvo muy buen vínculo con mi padre. Yo después también conocí a la mamá de Victoria, que de hecho fue candidata en dos oportunidades, en las elecciones del 2005 y el 2009, cuando nos presentamos elecciones. Y también, tuve el gusto de conocer al abuelo de Victoria, que fue el primer historiador argentino que abordó desde el punto de vista del militar geopolítico la causa Malvinas. Escribió un libro muy importante para la Armada. Pero en este momento hay una diferencia ideológica con la vicepresidenta. También hay que remarcar que es la persona que votó la Ley Bases, entonces hay cuestiones que más allá del aprecio a nivel familiar que uno puede llegar a tener hoy por hoy no hay un vínculo.

—En la familia de Villarruel hay militares que participaron de la represión durante la última dictadura. ¿Qué piensa al respecto?

—Mi padre fue secretario general de la Juventud Peronista en 1981 en la Capital Federal. Y mi madre viene de una familia peronista. A mí me educaron bajo ese concepto. No conozco a fondo la historia de la familia de Villarruel. Y no quiero decir una cosa por otra. En lo personal digo que mi padre tenía una alta estima por la cuestión de Malvinas. Y yo, en lo personal, siempre lo manifesté: estoy totalmente en contra de lo que ocurrió durante el gobierno militar, porque más allá de que la subversión fue una realidad y que hay víctimas de la subversión, lo que se derrocó fue un gobierno constitucional, y todo lo que ocurrió durante la represión ilegal fueron crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad. En eso no tengo ningún tipo de duda. 

—Usted se refirió en otras preguntas a la causa Malvinas y seguramente sabe que Milei se pronunció admirador de Margareth Thatcher. ¿Milei está ofendiendo la memoria de los caídos en Malvinas?

—Sí, Milei la pisotea todo el tiempo a la memoria de los caídos. Primero y principal, Milei es el único mandatario del retorno de la democracia que en sus discursos prácticamente no habla de Malvinas. La única vez que habló a fondo de Malvinas habló del derecho de autodeterminación de los kelpers. Es un gobierno que ha dejado de lado la causa Malvinas. No lo digo solo yo, esto se nota mucho en el tema diplomático. La defensa de Malvinas fue siempre la característica, de todas nuestras relaciones exteriores. Y Milei aniquiló ese consenso. Es un gobierno absolutamente entreguista en cuanto a lo que es Malvinas. 

—Le agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas de la USBA  y le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final.

—Me parece importante en esta época, cuando hay tanto discurso de odio y tanta bronca, poder devolver un poco el sentido nacional. Yo lo que busco, siempre es poner el norte en la Argentina. Creo que lo que falta justamente en el crecimiento y el desarrollo de nuestro país es el diálogo, así que me parece importante el diálogo y en ese sentido, agradecido por el espacio.

Por Andrés Gómez y Tamara Ormeño
Estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación
Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA)