Martín Tetaz: “No veo que el Fondo esté contento con el Gobierno reventando dólares”
El diputado radical participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de la Universidad del Sur de Buenos Aires. Por qué Javier Milei es mejor político que economista. La diagonal de la sensatez. Y cuál será el precio del dólar después de las elecciones.
—La mayoría de los economistas coinciden en que el Gobierno está haciendo un esfuerzo para mantener el tipo de cambio estable hasta el domingo 26 de octubre, cuando se realicen las elecciones nacionales. ¿Cuál podría ser, entonces, el precio del dólar el 27 de octubre?
—Es una gran pregunta, que no tiene una respuesta fácil porque depende del resultado de la elección. Para los mercados, el resultado de la elección es más o menos el que se desprendía de las encuestas la semana antes de las elecciones. Probablemente, la semana después de las elecciones no haya ningún cambio en el resultado, porque ya va a haber estado anticipándose ese resultado dentro del precio del dólar. En cambio, si el resultado fuera diferente al que se anunciaba, en un sentido o en el otro, entonces seguramente va a haber un ajuste de esas expectativas traducido al precio. Y, entonces, si el resultado es mucho peor para el Gobierno de lo que espera el mercado, tenés que esperar presión sobre el dólar. Y además hay un poco de incertidumbre también respecto a si el Gobierno después de las elecciones va a mantener esta banda de intervención que hoy ya está en $1450, o después de las elecciones la va a abandonar la sospecha. El acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario es que después de las elecciones no hay más bandas, como el de hoy, de un esquema de flotación administrada. No veo que el Fondo Monetario esté contento con el Gobierno reventando dólares para defender una paridad cambiaria, porque si el resultado es malo para el oficialismo tampoco es capaz de que sea sostenible.
—¿El Gobierno tiene un plan económico sostenible o estamos yendo a la fase de un ajuste sin horizonte claro?
—Todavía es presuntuoso llamarlo un plan económico. Hay un plan de estabilización, que por ahora está en pañales. Que cuando uno mira la inestabilidad cambiaria del último mes, no se hubiera producido si ya tuviéramos un Banco Central independiente. Me gusta decirlo de esta manera: el éxito del plan económico se mide por la irrelevancia de la próxima elección. Si tu plan económico efectivamente se estabiliza y tenés éxito, entonces, el resultado de la próxima elección a los efectos de la estabilización es irrelevante. Por ejemplo en Uruguay, gana un Orsi pero antes ganaba Lacalle Pou y no pasaba nada con el dólar ni con la inflación. En Brasil, gana Lula pero antes ganaba un Bolsonaro y no pasaba nada. En Chile, ganaba Piñera pero ahora gana Boric que es del Partido Comunista y tampoco pasa nada. A nosotros nos falta mucho para llegar hasta ahí. Todavía es un chico en pañales el programa económico.
—Javier Milei vetó el aumento a los jubilados y la asistencia a discapacitados, para mantener el superavit, pero luego de haber anunciado rebaja a las retenciones agrícolas. ¿Cuál es su opinión al respecto?
—Son dos cosas distintas. A las retenciones hay que eliminarlas porque es un impuesto que genera subdesarrollo. Argentina hace 75 años que tiene cada 5 años una crisis de balanza de pago que se queda con 100 dólares. Y se quedan 100 dólares porque atenta contra los sectores que generan dólares. Es decir, en ningún país del mundo les pone impuesto a las exportaciones. Al revés, en el mundo las subsidian a las exportaciones. El paso hacia la eliminación de las de las retenciones es un paso positivo y que por otro lado la plata que vos necesitás para darle a los jubilados el 7%, es algo que les corresponde, porque no es un aumento real, es simplemente devolverle la inflación del año pasado. Eso se paga con el aumento de la recaudación producido también por la inflación. Hay una confusión muy grande cuando el Gobierno trata de instalar ese aumento del 7% como un gasto nuevo, porque no se trata de jubilar más gente o de aumentar la cantidad de ministerios. No estás creando un gasto nuevo, lo único que estás haciendo es actualizar por inflación el mismo gasto anterior. O sea, los jubilados.
Martin Tetaz participó del Ciclo de Entrevistas con estudiantes de Comunicación de la USBA.
—En las últimas intervenciones, sus discursos son claramente antikirchneristas, a la vez que plantea diferencias con el Gobierno y habla de encontrar la “diagonal de la sensatez”. ¿Podrías explicarlo con mayor profundidad?
—Al haberse extremado las posiciones kirchneristas, hacia la izquierda, y del Gobierno, hacia una derecha conservadora, hay un montón de gente que no está cómoda con ninguno de esos dos extremos y que quiere alguna opción alternativa que tenga la capacidad de hacer las reformas que estos extremos han perdido. Porque al extremarte en tu posición política, perdés apoyo para hacer un montón de reformas. Entonces, por ejemplo, falta una reforma educativa, una reforma de salud, una reforma de la infraestructura, que este Gobierno por su ideología no está dispuesto a hacer, no lo va a hacer y alguien lo tiene que hacer. No hay ningún ejemplo en ningún país del mundo que se desarrollé sin infraestructura. Pero también faltó una reforma laboral importante, una reforma previsional importante, una reforma impositiva importante. Y este gobierno no está haciendo ninguna de esas reformas. Entonces hay una demanda muy grande. Hay un montón de gente que quiere que alguien represente esta necesidad de encarar de formas que le faltan a la Argentina. Esa es la oportunidad. Me parece que hay que construirla.
—¿Esa diagonal de la sensatez podría incluir sectores del PRO, del peronismo, de la UCR y de lo que fue Juntos por el Cambio?
—Yo vengo conversando con muchas de las figuras políticas que definen la lógica de cada uno de los espacios. Muchos de ellos son compañeros míos en la Cámara de Diputados, por ejemplo, María Eugenia Vidal. Pero al mismo tiempo, tengo muy buena relación con muchos de los dirigentes de lo que era Junto por el Cambio, tanto del radicalismo, de la Coalición Cívica, como el propio Mauricio Macri. Y por lo tanto, es natural esa conversación. El Gobierno está tratando de tentar a un montón de sectores para que se sumen a la construcción política de ellos. Seguramente, el kirchnerismo va a hacer lo propio, con alguien tratando de ampliarse hacia algún otro tipo de espacio. Yo creo que todo el mundo se mueve y trata de conversar con todos los sectores. Esta idea de la diagonal de la sensatez es un poco una conclusión de todas las conversaciones que voy teniendo con otros espacios.
—¿Usted opina que el mileismo y el kirchnerismo son más de lo mismo?
—Tienen algunos puntos en común. Tienen un poco una raíz populista, es decir, la raíz populista que antes se veía en la izquierda, ahora se ve en un populismo de derecha. El giro conservador, una agenda contracultural que está planteando el Gobierno de Milei, no le resuelve ningún problema. Ahora sí busca construir un resultado electoral cuando el Presidente evita tener un Banco Central independiente y un presupuesto aprobado por el Congreso. Esencialmente lo que está tratando de transmitirle a la población es: “Miren que gano yo o esto se va todo a la mierda”. Ese es el planteo de raíz estrictamente populista. Entonces, claro, tienen una raíz populista bastante compartida.
—En este mismo Ciclo de Entrevistas con estudiantes de Comunicación de la USBA, usted dijo en 2023 que Milei era un gran economista. ¿Sigue pensando lo mismo?
—Sí, pero ahora es mejor político que economista. O sea, a mí me sorprendió su capacidad política. Milei es muy pragmático en la política, contrario de lo que muchos nos imaginábamos que iba a ocurrir, sobre todo en base a sus discursos. Pero llegó y muy rápidamente hizo todos los acuerdos políticos que tenía que hacer con el peronismo. Lo puso Daniel Scioli, el candidato peronista de Cristina a Presidente, dentro de su gabinete. Y negoció con los gobernadores. Y, espero que no tenga éxito en ello, pero está intentando deglutir al PRO en una negociación que es una falta de respeto directamente. Milei está siendo algo muy peronista en ese sentido, pero no porque ideológicamente sea peronista, sino en términos de su habilidad para entender la nueva forma de la comunicación.
—¿Qué medidas de Milei apoya y cuáles rechaza?
—El avance hacia la concepción del equilibrio presupuestario es correcta y el Estado tiene que tener particularmente equilibrio y probablemente durante un tiempo algún superávit fiscal. Me parece que es una decisión correcta en líneas generales, solo que yo no coincido con los sectores que el Presidente eligió ajustar. A mí me parece que hay, por ejemplo sectores que le financiaron la campaña al Presidente que tienen beneficios en Tierra del Fuego porque producen en Tierra del Fuego, con un régimen de beneficios tributarios que se diseñó hace 50 años atrás. Hoy la realidad es completamente distinta. Tierra del Fuego, las distintas provincias y sectores económicos no tienen porqué tener un régimen distinto al resto del país. Si sumás todos los regímenes especiales que tienen Buenos Aires, Tierra del Fuego, para los sectores económicos son 4 puntos del PBI. Entonces yo hubiera ido por terminar con los privilegios y no tanto por un ajuste a los que se que merecían su ingreso, que eran los jubilados, o la salud, o la educación. No concibo que por 2000 pesos le digan que te que se equivocó y que tendría que haber elegido otra profesión. Me parece que es un error entonces en eso, ahora, después por ejemplo, todo el marco desregulatorio que está encarando el Gobierno también me parece un acierto. La gestión del ministro (Federico) Sturzenegger me parece que es buena, alguien tenía que empezar a desandar la maraña de regulaciones y de trámites inútiles que tiene la Argentina. Dentro de mis críticas principales, la número uno es donde elige hacer el ajuste, el Presidente. La número dos depende esta idea de que el Presidente quiere que la estabilidad dependa de él y no consolida la estabilidad en Argentina con instituciones como corresponde, o sea, con un Banco Central independiente y con un presupuesto equilibrado. Y mi tercera crítica importante es a la política exterior del Presidente Milei que me parece que no es buena para Argentina. Es una política exterior tan extrema como la otra, pero mirando para el otro lado y que no es pragmática para la Argentina. Argentina tiene que ir a hacer negocios con todos los países del mundo que pueda y tiene que conseguir oportunidades para que vengan inversiones y sin pedir el documento a los que quieran venir a invertir.
—Agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas con estudiantes de Comunicación de la USBA y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.
—Ustedes son estudiantes de Comunicación y la comunicación está atravesando una transformación muy fuerte, un cambio tecnológico brutal, no solamente en Argentina. Esto está pasando con el New York Times y con todos los medios de comunicación del mundo, que se están achicando de manera dramática, porque están cambiando los paradigmas de la comunicación. Ese es el desafío más importante para ustedes.
María Luz Carone y Tamara Ormeño
Estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación
Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA)
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