reestablece la “doctrina monroe”

EE.UU. redefine su estrategia de seguridad con el foco en América Latina

El gobierno de Donald Trump publicó este viernes un documento que redefine su estrategia de Seguridad Nacional con la restauración del “predominio estadounidense” en la región. Impulsa la lucha contra las “migraciones masivas” y anticipa la “desaparición de la civilización” europea.

Planteo. Trump con el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Foto: cedoc

En un regreso a la trágica “Doctrina Monroe”, que llevó a Estados Unidos a respaldar numerosos gobiernos de facto en la región, el gobierno de Donald Trump publicó este viernes un documento que redefine su estrategia de Seguridad Nacional, donde aboga por la lucha contra las “migraciones masivas” y la restauración del “predominio estadounidense en América Latina”.

El documento, titulado “Estrategia Nacional de Seguridad”, expone con firmeza el objetivo de reforzar la influencia de Estados Unidos en Latinoamérica, donde la administración Trump montó un enorme operativo naval y aéreo contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, utilizando como excusa la necesidad de desarticular carteles del narcotráfico.

La nueva estrategia estadounidense, concebida bajo la visión “America First” (Estados Unidos Primero) de Trump, marca una reorientación de su política de los últimos años que había estado centrada en Asia. De todas maneras, sigue identificando a China como su principal competidor a nivel global.

Antimigración. El documento afirma que se aplicará un “Corolario Trump” a la Doctrina Monroe, de la década de 1820, cuando Washington consolidó su hegemonía frente a los europeos en América Latina, a la que consideraba el “patio trasero” de Estados Unidos. 

Washington reajustará su “presencia militar global para hacer frente a amenazas urgentes en nuestro Hemisferio, y alejarnos de escenarios cuya importancia relativa para la seguridad nacional estadounidense ha disminuido en las últimas décadas o años”, afirma el texto.

El gobierno de Trump quiere, además, poner fin a las migraciones masivas en el mundo y hacer del control de las fronteras “el elemento principal de la seguridad” estadounidense, de acuerdo al documento.

“La era de las migraciones masivas debe llegar a su fin. La seguridad de las fronteras es el elemento principal de la seguridad nacional”, señala la nueva estrategia.

“Debemos proteger a nuestro país contra las invasiones, no solo contra las migraciones descontroladas, sino también contra las amenazas transfronterizas como el terrorismo, las drogas, el espionaje y la trata de personas”, agrega.

El fin de Europa. En el documento, Washington también critica duramente a los aliados europeos y señala que EE.UU. respaldará a quienes se opongan a los valores promovidos por la Unión Europea, especialmente en materia de migración.

El gobierno afirma que cultivará una “resistencia a la trayectoria actual de Europa” dentro de las propias naciones europeas. Alemania respondió rápidamente, diciendo que no necesita “consejos externos”. 

El documento apunta la disminución de la participación de Europa en la economía global -que es en gran parte resultado del ascenso de China y otras potencias emergentes- y dijo: “Este declive económico está eclipsado por la perspectiva real y marcada de la desaparición de la civilización”.

“Si las tendencias actuales continúan, el continente será irreconocible en 20 años o menos”, apunta.

En momentos en que Trump busca poner fin a la guerra en Ucrania con un plan que sería favorable a Rusia, su gobierno acusa en el documento a los europeos de debilidad y afirma que Estados Unidos debería centrarse en “poner fin a la percepción, y prevenir la realidad, de la OTAN como una alianza en perpetua expansión”.

China y Oriente Medio. El texto agrega que Estados Unidos también impediría que otras potencias dominen el mundo, pero precisó: “Esto no significa desperdiciar sangre y recursos para limitar la influencia de todas las grandes y medianas potencias del mundo”.

Sobre China, la estrategia reitera los llamados a una región Asia-Pacífico “libre y abierta”, pero se centra más en la competencia económica que supone el gigante asiático. 

Tras mucha especulación sobre si Trump cedería en el tema de Taiwán, isla de régimen democrático que Beijing reclama como propia, la estrategia deja claro que Estados Unidos apoya el statu quo, pero instó a los aliados Japón y Corea del Sur a contribuir más para garantizar la defensa de Taiwán.

La estrategia presta relativamente poca atención a Oriente Medio, que durante mucho tiempo ha acaparado la atención de Washington. 

Tomando como base el aumento de la producción de energía en Estados Unidos, el documento afirma que “la razón histórica de Estados Unidos para centrarse en Oriente Medio disminuirá”. 

Oriente Medio ya no es “la fuente potencial de catástrofes inminentes que solía ser”, sino que “más bien está emergiendo como un lugar de asociación, amistad e inversión”, afirma el documento, que afirma sin embargo que la seguridad de Israel sigue siendo una prioridad para Washington.

 

Las consecuencias políticas en la región

La Doctrina Monroe fue una declaración de política exterior de los Estados Unidos, proclamada por el presidente James Monroe en 1823. 

Surgió en un contexto donde las nuevas repúblicas hispanoamericanas luchaban por consolidar su independencia, y existía el temor en Washington de que las potencias europeas, especialmente la Santa Alianza, intentaran restablecer colonias o extender su sistema monárquico en el continente americano .

La esencia de la doctrina se resumió en la frase “América para los americanos”, aunque sus críticos la interpretaron como “América para los estadounidenses”.  

Entre sus puntos principales establecía que los continentes americanos no debían considerarse ya como objetos de futura colonización por parte de ninguna potencia europea. Y que cualquier intento de las potencias europeas de extender su sistema político a cualquier porción del continente se consideraría peligroso para la paz y seguridad de Estados Unidos.

En forma paralela, EE.UU.se comprometía a no intervenir en los asuntos internos de las guerras entre potencias europeas ni en los asuntos de las colonias europeas existentes.

Efectos y Consecuencias. Inicialmente, la doctrina fue vista por muchos líderes latinoamericanos como un gesto de apoyo a su independencia.

Sin embargo, con el tiempo, se convirtió en una herramienta para asegurar la hegemonía de Estados Unidos en el continente, promoviendo una nueva forma de intervencionismo en la región.

La doctrina orientó el desplazamiento de la influencia europea (particularmente de España e Inglaterra) por la de Estados Unidos y sus empresas en América Latina.

El presidente Theodore Roosevelt añadió un corolario que transformó la doctrina. Postulaba que los desórdenes internos en las repúblicas latinoamericanas podían justificar la intervención de EE.UU. para “restablecer el orden”, sentando las bases de la política del “Gran Garrote” (The Big Stick). Fue utilizada para justificar numerosas intervenciones militares.