El nuevo presidente boliviano asumirá en medio de una grave debacle económica
Ambos candidatos se inclinan por recetas liberales para gobernar el país del altiplano. Pero Jorge “Tuto” Quiroga y Rodrigo Paz se diferencian en cuando a las formas y los tiempos de las medidas. Más allá de esa discrepancia, los dos tendrán que enfrentar un crítico panorama: alta inflación, severa escases de combustible y malestar social. La población espera cambios rápidos, tal como prometieron, y no hay mucha tolerancia a los desaciertos.
Jorge “Tuto” Quiroga
M.D.
Jorge “Tuto” Quiroga fue presidente de Bolivia entre 2001 y 2002, debido a la renuncia del entonces mandatario Hugo Banzer, quien había sido electo democráticamente en 1997, luego del golpe de Estado que dio en 1971.
Liberal a ultranza, Quiroga nació en Cochabamba en 1960 y muy joven viajó a Estados Unidos donde se graduó como ingeniero industrial en Texas. Le gusta señalar que es montañista aficionado.
Hoy, después de dos candidaturas fallidas (2005 y 2014), lidera las encuestas de intención de voto según los principales sondeos.
Quiroga trabajó en EE.UU. como ingeniero en sistemas en IBM hasta 1988, cuando regresó a Bolivia. Al año siguiente ingresó a la administración pública, como parte de una nueva élite liberal formada en el exterior. Se incorporó al gobierno de Jaime Paz Zamora (1989-1993) —padre de su actual rival en el ballotage—, donde se desempeñó en Cancillería y finalmente en el Ministerio de Finanzas, desde donde representó al país ante el Banco Mundial y el FMI.
Afiliado al partido Acción Democrática Nacionalista (ADN), fundado por Banzer, acompañó al ex dictador en la fórmula presidencial de 1997 y se convirtió en el vicepresidente más joven de la historia del país.
Tras la renuncia de Banzer, Quiroga asumió la presidencia y mantuvo el rumbo económico de apertura y privatizaciones iniciado en la década anterior. Durante su gestión, el PBI de Bolivia creció apenas 1,2% —el índice más bajo de Sudamérica—, mientras la pobreza extrema se agravó.
Quiroga se consolidó como uno de los críticos más duros de Evo Morales. En redes sociales lo calificó con apodos como “fraudulento depravado” y “cobarde”, mientras que llamó al gobierno de Luis Arce “gobierno debi-lucho”, en referencia al apodo del presidente.
El dirigente liberal acusa al MAS de haber llevado al país a la ruina y plantea un cambio radical, no solo en lo económico, sino también en la política internacional. Considera a Nicolás Maduro un dictador y exhibe como “medallas de condecoración” la prohibición de ingresar a Cuba en 2018 y a Venezuela en 2024, dos de los principales aliados de Morales.
Rodrigo Paz
M.D.
Rodrigo Paz tuvo que mudarse con frecuencia durante su infancia, aunque no por cambios de barrio sino de país: nació en España en 1967 durante el exilio de su familia y allí adoptó su segunda nacionalidad.
El candidato del Partido Demócrata Cristiano vivió en diez países antes de llegar, con 15 años a Bolivia. Obtuvo el título en Economía y Relaciones Internacionales, y culminó una maestría en Gestión Política en la American University de Estados Unidos.
Sus vínculos familiares lo conectaron directamente con el Palacio Quemado: su padre, Jaime Paz Zamora, gobernó entre 1989 y 1993, y su tío abuelo, Víctor Paz Estenssoro, fue presidente en cuatro ocasiones, artífice del voto universal y la reforma agraria, aunque también impulsó un programa neoliberal en 1985, en medio de un contexto de hiperinflación.
En su linaje también aparece otra figura política. Su tío, el guerrillero Néstor Paz, que murió de inanición luego de un combate.
En la primera vuelta, y contra lo que pronosticaban la mayoría de las encuestas, Rodrigo Paz logró el mayor caudal de votos y fue presentado como un outsider, aunque en realidad que no lo es tanto.
Más allá de sus vínculos familiares con la política, recién a los 32 años decidió dedicarse a la vida pública. Primero fue diputado por Tarija. Luego fue electo alcalde y actualmente se desempeña como senador por el departamento ubicado al sur de Bolivia que es rico en gas y petróleo. De allí donde proviene su familia.
Rodrigo Paz es una figura difícil de definir. En sus actos, mezcla consignas de todos los estilos: desde el conservador “Dios, familia, patria” hasta el guevarista “¡Hasta la victoria siempre!”, un gesto que refleja su capacidad de atraer a distintos públicos y suavizar etiquetas políticas.
El parecido con su padre, las cejas pobladas y su intenso pelo negro, funciona como un catalizador nostálgico para los viejos izquierdistas. Pero él propone un “capitalismo para todos”.
“No tengo por qué definirme, sino ofrecer al país una alternativa”, replicó en una entrevista con CNN cuando le pedían definiciones ideológicas.
Ahora busca superar a su rival de derecha, Jorge Quiroga, mostrando un poco más de moderación en las políticas que piensa aplicar. Aunque siempre liberales.
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