Eleonora Gosman: "Para Milei el Mercosur no debería existir"
La corresponsal de Perfil en Brasil analizó los resultados de la cumbre de Foz de Iguazú y la diestancia entre Javier Milei y Lula da Silva. “Es más una diferencia hablada que una diferencia concretada”, señaló.
Desde Brasil, la periodista Eleonora Gosman se refirió al rol de Javier Milei en el Mercosur después de la última cumbre del bloque en Foz de Iguazú. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), la corresponsal de Perfil describió una distancia “abismal” sobre la importancia del bloque entre Lula da Silva y el presidente argentino, aunque aclaró que, al momento de firmar resoluciones, la distancia es menor.
Eleonora Gosman es la corresponsal de Perfil en Brasil, con más de dos décadas en el país. Ha entrevistado a todos los presidentes de Brasil, entre ellos a Lula da Silva, y participó de cada una de las reuniones del Mercosur.
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En la última reunión del Mercosur en Foz de Iguazú quedaron más claro que nunca las diferencias ideológicas y personales, entre el presidente Javier Milei y el presidente Lula da Silva, a quien Milei pareciera despreciar. Los presidentes de Uruguay, de Paraguay y de Brasil hicieron el gesto del dedo levantado, que es clásicamente el gesto que hace La Libertad Avanza. En ese momento, Milei decidió tener las manos cruzadas, un gesto de desprecio inequívoco. ¿La frialdad entre Milei y Lula ya es nivel de témpano?
La verdad es que no sé si está a nivel de témpano. Es obvio que hay una diferencia abismal entre lo que piensa Lula, primero, sobre el Mercosur, o lo que piensa Brasil, mejor dicho, sobre el Mercosur, sobre la importancia del bloque, y lo que predica Milei sobre la importancia del bloque. Si vos ves los discursos y te atenés a lo que dijeron en la reunión, obviamente hay una distancia abismal entre las dos concepciones. Así es el caso, por ejemplo, de Santiago Peña, el paraguayo, que a pesar de que tuvo sus críticas, siempre dentro de un contexto medido y de reclamaciones justas, inclusive para su país. Y tampoco es el caso de Yamandú Orsi, aunque también dijo cosas que no coincidieron 100% con la posición brasileña. Acá la gran diferencia la hizo el presidente Javier Milei.
Para él este bloque no debería existir.
No sé si cree que no debería existir. Él, de alguna manera, lo que quiere es que haya una apertura total del bloque hacia otros mercados sin ninguna condición. Por ejemplo, el de Estados Unidos. Yo me imagino que algo de eso hay. Después el fracaso de la Unión Europea, que fue realmente fuerte, hay una decisión del Mercosur, o sea, de los cuatro presidentes, y en eso sí coincidió Milei. Porque uno tiene que ver también las resoluciones que uno firma como presidente, no solo las declaraciones. Hay una declaración presidencial que la sostienen los cuatro presidentes esenciales, que son los de Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay. Bolivia entró, pero todavía tiene que cumplir con determinados requisitos. Formalmente está dentro, pero no dentro de las decisiones. Y si ves realmente las cuestiones que ellos firmaron, te das cuenta de que no es tanta la diferencia tampoco. Es más una diferencia hablada que una diferencia concretada.
Hay decepción respecto del acuerdo con la Unión Europea. Después de 25 años de idas y vueltas, hace ocho años parecía que se firmaba y siempre Francia es el problema. Primero era porque estaba Jair Bolsonaro, entonces Francia argumentaba que Brasil no cuidaba la ecología. Pero ahora no está Bolsonaro, está Lula, sigue estando el mismo presidente francés y Francia nunca firma, porque en el fondo hay un tema con sus productores agropecuarios. ¿Qué desazón se percibió respecto del acuerdo con la Unión Europea? ¿Se cree que va a quedar en la nada?
La desazón fue profunda para todos, no solamente para Brasil. Lo dijeron todos sin excepción. Era un acuerdo muy importante. Incluso en la declaración final está la decepción por la no firma del acuerdo. Lo que pasa es que, por un lado, tenés esa decepción, pero por otro lado tenés muchas alternativas. Por ejemplo, hay en marcha un acuerdo con Japón y otro con India. Ya se firmó el acuerdo con el EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio), que son los países europeos que no están dentro de la Unión Europea. Y también está en marcha un acuerdo con los Emiratos Árabes. Entonces, no es que realmente no haya posibilidades. Además, está Panamá, cuyo presidente estuvo en la reunión, José Mulino. Entonces, me parece que esto tiene bastante peso.
Si uno analiza quién salió perdiendo en este caso, no tengo dudas de que al no firmar sale perdiendo la Unión Europea, porque deja de tener un bloque que podría ser importantísimo para algo que ha perdido gracias a Donald Trump, que es el protagonismo. Quizás vos tengas otra idea sobre la Unión Europea.
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No, al contrario, recuerdo perfectamente que Lula estaba vigorosamente a favor y Alberto Fernández no. Y ahora que Alberto Fernández ya no está, nuevamente Macron aparece con un martes 13. Cuando mencionás India y los Emiratos, todo me hace conectar con los BRICS ampliados. ¿La gran participación es de Brasil y de Itamaraty tratando de abrir esos acuerdos?
Hay que entender que estos mecanismos se anuncian durante una presidencia pro témpore de seis meses y luego se continúan. El EFTA ya está, eso fue firmado. Entre otras cosas, hay que recordar que está Suiza. Pero, por ejemplo, tenés el caso de Japón e India, que son acuerdos separados.
India y Emiratos son parte del BRICS.
India sí y Emiratos también, pero Japón no. Pero fijate una cosa muy interesante: el hecho de que ellos estén en el BRICS no implica que no puedan hacer acuerdos con otros. El BRICS no es obligatorio.
Me estaba refiriendo a cuánto Itamaraty es el que lleva adelante el engrandecimiento del Mercosur.
Estoy de acuerdo y es algo que me parece que no vio Milei cuando rechazó la pertenencia del país o la inclusión del país como asociado de los BRICS, por los mercados que tiene. No hay que olvidar que además está Indonesia, que seguramente en un futuro también tendrá algún acuerdo. Lo interesante de todo esto es que salen para adelante. La Unión Europea no está, es una pena porque era beneficioso en términos políticos y de geopolítica mundial, especialmente porque sacaba a algunos países, como Brasil, de la dependencia de otros países en el mundo. Eso levantaba mucho al Mercosur como bloque de decisión. En ese sentido también perdió el Mercosur, pero con la posibilidad de salir para adelante. Estos acuerdos que están ya en marcha son una salida hacia adelante, no un quedarse parado sin hacer nada.
Más allá de lo que los presidentes firman y hacen, donde pareciera estar el desacuerdo central entre Milei y Lula, con Estados Unidos como vector y Venezuela como punto radial, la relación personal muestra algo más. Fue tapa de varios diarios una foto del presidente de Paraguay, el de Uruguay y el de Brasil levantando el pulgar en el típico gesto de La Libertad Avanza, y justo cuando ellos hacen ese gesto, Javier Milei cruza sus manos debajo de la cintura. ¿Hay algo de sobreactuación de distanciamiento de Milei para con Lula, que no es de Lula para con Milei?
No tengas dudas de que hay una sobreactuación de Milei, y además lo ves justamente en el tema internacional, en el tema de Venezuela. Hay una diferencia no solo con Lula, también con los otros presidentes. Pero en este caso hay una sobreactuación donde Milei lo que plantea es cómo el Mercosur se engancha con Estados Unidos. Cuidado con eso. No es la reproducción del ALCA tal como se conocía, sino Mercosur más Estados Unidos. Eso es a lo que apunta en este momento Milei.
La relación entre Trump y Lula es muy razonable. Cuando ellos hablan, hablan en buenas condiciones. Se mantiene aquella simpatía que llevó a Trump a decir que Lula es un pragmático, una muy buena persona. Eso se mantiene, no hay distancia. Brasil es el país más grande de América del Sur y desde ese lugar Estados Unidos no puede prescindir de Brasil ni de las buenas relaciones con Brasil, independientemente de quién esté gobernando.
¿Es correcto decir que la candidatura del hijo de Bolsonaro, representando el campo político de su papá, beneficia la reelección de Lula y lo pone en una situación más favorable que, por ejemplo, una candidatura como la de Tarcísio, el gobernador de San Pablo?
Todos los candidatos que se han puesto sobre la mesa, sean de ultraderecha, como es el caso de Flávio Bolsonaro, o más de centro, como es el caso de Tarcísio (de Freitas), son candidatos distintos. Tarcísio no le caería mal al establishment, lo que pasa es que no tiene chances, o no muestra que las tenga. Falta todavía tiempo hasta octubre de 2026, unos diez meses, que es suficiente como para que las cosas se modifiquen. Pero hoy la diferencia es grande. El único que tiene una diferencia pequeña con Lula es Jair Bolsonaro, porque tiene que ver con cómo se engancha uno con los sectores populares. El establishment puede ser importante, pero numéricamente no hace la diferencia.
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Increíblemente, Lula hoy tiene más chances de ser electo que hace dos años.
Es así. Tiene más chances. Pero hay que ver qué pasa el año próximo. Está haciendo una política claramente electoral. Por ejemplo, en infraestructura, muchísimas obras planificadas que vienen de antes y que se van a terminar este año. Desde el punto de vista laboral, en vez de pensar una reforma que incluya un horario superior al internacional, expresó públicamente que quiere ver la posibilidad de implementar la jornada reducida.
Como Francia.
Sí, y otros países europeos. Desde el punto de vista económico, el PBI va a crecer más del 3%. La inflación es del 0,18%. El consumo empezó a estar más fuerte. El problema más serio que tenía Brasil, y que creo que este año lo van a resolver justamente por temas electorales, es que las tasas de interés están altas, en el orden del 15%, lo cual hace que el consumidor sienta en su bolsillo el tema de las tasas de interés.
Es una tasa de interés real en dólares de más del 10%. La inflación es 5%, la tasa es 15% y queda 10% neto por encima de la inflación. Y como Estados Unidos tiene 2% de inflación por año, es una tasa del 12%.
Eso también dice algo. Y el dólar está muy estable, con variaciones entre 5,20 y casi 5,45, no es una gran variación. Es un dólar fijo.
Hay que reconocer que Lula probablemente sea el presidente latinoamericano más exitoso del siglo, algo equivalente a lo que pudo haber sido Perón a mitad del siglo pasado. Es un presidente fuera de la norma y que, con su edad, pueda volver a ser reelecto con éxito, habla de una trayectoria absolutamente única.
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