dolor y angustia en el entierro

Despidieron los restos de Brenda, Morena y Lara, y ordenaron la captura de un acusado

Las familias de las víctimas despidieron a las jóvenes en medio de escenas de dolor y pedidos de justicia, mientras la investigación avanzó con el pedido de captura internacional de Matías Agustín Ozorio, un joven de 28 años, señalado como mano derecha del narco apodado “Pequeño J”, acusado de ser el ideólogo de los asesinatos. Los fiscales sostienen que las víctimas fueron secuestradas, torturadas y mutiladas como parte de un mensaje interno para disciplinar a la organización. La mamá de Brenda prometió marchar hasta que “estén detenidos los verdaderos responsables”.

Último adiós. Los familiares de las tres jóvenes brutalmente asesinadas en la localidad de Florencio Varela reclamaron Justicia en la inhumación de los restos. Foto: cedoc

Los restos de Brenda Del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi fueron despedidos entre escenas de profundo dolor por sus familias y amigos, mientras la investigación del triple narcofemicidio de Florencio Varela sigue avanzando con más pruebas. Este viernes Interpol emitió una alerta roja para dar detener a Matías Agustín Ozorio, de 28 años, señalado como gatillero y mano derecha del narco apodado “Pequeño J”, acusado de ser el ideólogo de los asesinatos que conmocionaron a todo el conurbano bonaerense.

Los restos de Lara fueron inhumados en el cementerio Campo Santo de González, mientras que Brenda y Morena descansan en Parque Las Praderas de Lomas de Zamora. 

En medio del dolor, Sabrina, la mamá de Brenda, adelantó  que no se quedará quieta: “Voy a marchar todos los días hasta que me traigan a los verdaderos responsables y no a perejiles”. La mujer denunció fallas en la investigación y cuestionó a las autoridades. “No accionaron como corresponde, para eso pagamos los impuestos, pero después está el gobernador Axel Kicillof en Nueva York paseando”, lanzó.

Federico, primo de Brenda y de Morena, sostuvo que fue “el día más difícil para todos” y agradeció el acompañamiento de los medios. Antonio, abuelo de la joven, también se hizo escuchar: “Me van a ver parado en la puerta del Congreso. Que algún diputado o concejal tenga agallas y salga a hablar conmigo. No puede seguir esto así”.

Prófugos. La Justicia bonaerense investiga la participación de una estructura criminal detrás del triple crimen. Los ojos están puestos en “Pequeño J”, también apodado como “Julito”, un narco fantasma para las fuerzas de seguridad. Se cree que tiene 23 años, que es peruano y que utiliza distintos apellidos: Noguera o Valverde. Se lo señala como el autor intelectual del secuestro, las torturas y las mutilaciones de las tres jóvenes, acciones que habrían sido ejecutadas para enviar un mensaje disciplinador al resto de la organización.

Matías Ozorio, hoy con orden de captura internacional, aparece como su mano derecha. Es argentino y tiene 28 años. Si bien tiene domicilio en la Villa 21-24 de Barracas, también se movía por la Zavaleta y la 1-11-14. No figura en los registros judiciales de causas por narcotráfico, pero fuentes judiciales lo vinculan directamente con las operaciones de la banda.

Por la complejidad del caso, la investigación quedó en manos de tres fiscales: Diego Rulli, Adrián Arribas y Claudio Fornaro, de la Fiscalía de Homicidios de La Matanza. 

Una de las versiones sostiene que los asesinatos fueron ordenados por “Pequeño J” como justificación frente a sus superiores por un faltante de droga. Según las fuentes policiales, los autores llegaron a transmitir un video en vivo de Instagram para apenas 45 personas en el que decían: “Esto les pasa a los que nos roban”. Ese registro refuerza la hipótesis de que los crímenes funcionaron como una advertencia dentro del propio circuito narco.